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Un manejo de fondos que contrasta con las gestiones kirchneristas

Terminado 2016, quedan dos conclusiones sobre la relación entre el Gobierno y los presupuestos. La primera es que el nivel de ejecución de las partidas del primer año del macrismo fueron lo opuesto a las prácticas del kirchnerismo. La segunda es que el número de reasignación de partidas llegó a un nivel tan elevado como el que aplicaba el kirchnerismo.

Tiene una explicación. El notorio nivel de subejecuciones en varias dependencias de la administración pública en 2016 contrasta con la abultada sobreejecución con la que el kirchnerismo solía llegar a fin de año.
Según el presidente de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), Rafael Flores, la subestimación del presupuesto por parte del gobierno de Cristina Kirchner terminaba empujando al Poder Ejecutivo a decretar continuos reordenamientos del gasto para hacer frente a la situación económica real, no prevista al momento de ser debatida en el Congreso.
«Durante el kirchnerismo, el presupuesto estaba subestimado. Los números previstos para el gasto eran menores que los que se terminaban ejecutando. Durante el año se iban adecuando [las partidas] y el presupuesto terminaba siendo hasta 35% mayor», señaló Flores en diálogo con LA NACION.
En términos nominales, la sobreejecución quedó demostrada en varias áreas. Según datos que provee el Observador Presupuestario de ASAP, el Ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido, tuvo a comienzos de 2015 un presupuesto estimado de $ 120.622 millones, pero terminó gastando $ 153.611 millones (el 127,3%). El mismo porcentaje se mantiene para la Jefatura de Gabinete, en el último tramo ocupada por Aníbal Fernández, que tuvo un presupuesto de $ 7668 millones y gastó $ 9767 millones.

En tanto, el presupuesto 2015 para Desarrollo Social, entonces liderado por Alicia Kirchner, contemplaba un gasto de $ 68.242 millones, pero las erogaciones alcanzaron los $ 82.027 millones (120,2%). El caso fue similar también para la Anses, que estuvo dirigida por Diego Bossio, que tenía asignados $ 449.530 millones y erogó $ 540.874 millones (120%). Además, en el Ministerio del Interior se ejecutó el 110% de lo previsto: $ 41.962 millones sobre $ 38.127 millones.
En 2015 hubo otras áreas, como la de seguridad, que tuvieron subejecuciones, pero lejos de los números de 2016.

Por otro lado, según los últimos registros de la ASAP, hubo unas 55 reasignaciones de partidas en 2016, un número elevado si se considera el presupuesto como una verdadera hoja de ruta. Esa supuesta guía con la que se manejó el presidente Mauricio Macri durante sus primeros 12 meses de gestión fue enviada al Congreso por Cristina Kirchner e ideada a partir de las prioridades de gasto de su gobierno. Además, el gobierno saliente preveía una inflación del 14,5%, un crecimiento del 3% del PBI y un dólar de $ 10,6.

La Auditoría General de la Nación (AGN) solía cuestionar ese vacío entre lo que aprobaba el Congreso y lo que finalmente se ejecutaba. En uno de los informes que presentó en el Senado, el organismo llamó la atención sobre el tema. Particularmente en 2014, cuando la AGN estaba comandada por Leandro Despouy, calificó el manejo de fondos como de una «enorme discrecionalidad» y afirmó que la política de reasignación de partidas era «la principal arma de adiestramiento y disciplinamiento político y electoral».

Según Flores, el haber transitado el año que pasó con un presupuesto creado por la hoy oposición explicaría, al menos en parte, el motivo de las reasignaciones. «Éste es un gobierno que no diseñó este presupuesto. Lo heredó de la gestión anterior y lo fue cambiando según sus prioridades. [En 2016] hubo 55 modificaciones, que son demasiadas», sostuvo el presidente de la entidad.

En ese sentido, lo razonable sería que 2017 terminara con un nivel mucho menor de modificaciones, pues el presupuesto sí se acomoda a los ejes priorizados por Cambiemos, a pesar de los cambios impuestos en el diálogo con la oposición.

Además, en noviembre el Senado convirtió en ley la iniciativa que imponía límites al jefe de Gabinete para ordenar reasignaciones presupuestarias libremente y sin control del Parlamento.

Debate por un decreto de Macri

La Comisión Bicameral de Trámite Legislativo del Congreso se reunirá pasado mañana para analizar el decreto que modificó partidas del presupuesto 2016. Se analizará el DNU 1244/16, que fijó ampliación de gastos del Congreso y de la Corte. La presidencia de la comisión parlamentaria está en manos del opositor kirchnerista Marcos Cleri (FPV-Santa Fe).

 

fuente LA NACIÒN

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