El Tribunal Oral Federal de Jujuy dio a conocer los argumentos por los cuales condenó a la detenida líder de la organización Tupac Amaru, Milagro Sala, a tres años de prisión en suspenso por los daños provocados por sus seguidores en un acto del que participaba el ahora gobernador de esa provincia, Gerardo Morales, en 2009, y de los que ella fue considerada instigadora.
Los jueces Federico Díaz, María Alejandra Cataldi y Mario Juárez Almaraz firmaron el viernes pasado la sentencia de casi 150 hojas y en las que se resume lo debatido durante el juicio oral y público llevado a cabo en diciembre pasado en la capital jujeña. Salas también deberá realizar tareas comunitarias en Cáritas o una institución similar que el juez de Ejecución Penal determine por tres horas semanales, según surge del texto, al que Clarín tuvo acceso.
De acuerdo con los jueces, la detenida líder de la Tupac Amaru instigó a María Graciela López, también condenada, a provocar los daños en el local donde el entonces senador radical daría una charla «en dos reuniones que tuvieron lugar en la casa de Sala con presencia de varios dirigentes de organizaciones sociales, en las cuales solicitó a todos los presentes que se realizara un escrache a Gerardo Morales».
Los jueces dieron por acreditado que Sala pidió a los presentes en esas reuniones «su participación en tales acciones, y describió las acciones a realizar», además de detallar «lo que había que hacer y prometió dar los huevos para el escrache», según surge de la sentencia.
«Ustedes vos Cochi, manden gente, le voy a dar para los huevos, no hay que dejarlo hablar», dijo Sala en una de esas reuniones, según sostuvo en el juicio el testigo René Arellano y citó el tribunal en su sentencia. Los jueces también convalidaron a otra testigo objetada por la defensa de Sala que narró esos encuentros, Cristina Chauque.
«De estas palabras surge que el fin de la acción de hecho planificada era que el senador Morales no hablara, no pudiera expresarse en la conferencia», sostuvieron los magistrados.
«Si hay que pegar, peguen, si hay que tirar, tiren, si se pueden arrimar a ese hijo de puta péguenlo», habría dicho Sala en esas reuniones previas al escrache, según declaró Chauque en el juicio y citó el tribunal en su sentencia.
«Y que también dijo que si era necesario, iban a ir a tirotear la casa de ese hijo de puta, porque no se va a venir a cagar de risa de nosotros. Va a venir a sacarnos todo», había añadido la testigo, según recordaron los jueces.
«Está claro que las acciones que se instigaron por parte de Sala tenían un evidente contenido de violencia que exceden el marco de una protesta o escrache para entrar en el ámbito de lo delictual», sostuvieron los miembros del tribunal oral federal jujeño.
«Milagro Sala instigó a una protesta violenta, que conllevaba golpes a Morales y rotura de sillas. Cuando se examinan en concreto los hechos que sucedieron con posterioridad a la instigación, se advierte que respondieron al carácter de lo solicitado por Sala (una protesta violenta, con daños en bienes del local donde debía darse la conferencia)», agregaron los magistrados.
Al igual que en la causa por la que está presa, por graves acusaciones por el manejo de fondos públicos para la construcción de viviendas, la defensa de Salas dijo que el «escrache» a Morales fue espontánea y forma parte de la protesta social. Sin embargo, los jueces desacreditaron la versión de los otros dos condenados, María Graciela López y Gustavo Salvatierra, de que se encontraban en el lugar de los hechos casi de casualidad.
Morales fue agredido cuando se disponía a dar una charla en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la capital jujeña el 16 de octubre de 2009 junto con el entonces titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, el también auditor y legislador radical por esa provincia Alejandro Nieva y el entonces diputado nacional Miguel Angel Giubergia.
fuente CLARÌN