El escenario será el apacible paisaje serrano de Villa Giardino, en Córdoba . Allí confluirán dirigentes, legisladores, gobernadores y funcionarios radicales de todo el país convocados para «discutir políticas de Estado y la agenda parlamentaria de este año». Sin embargo, el debate real, el que verdaderamente le interesa al radical de a pie, pasará por otro lado y se resume en un reclamo: que Cambiemos , la unión de la UCR con Pro y la Coalición Cívica, deje de ser una alianza electoral y parlamentaria para madurar en una coalición de gobierno efectiva.
Este pasaje implica que la UCR se convierta en socia activa en la toma de decisiones de gobierno, insisten los voceros. No un partido al que el Poder Ejecutivo le notifica las decisiones una vez tomadas. Después de la seguidilla de «errores no forzados» que cometió el presidente Mauricio Macri en el último mes y medio, este reclamo se escucha cada vez más fuerte dentro del partido y, paradójicamente, no tiene como destinatario al Gobierno, sino a la propia conducción partidaria.
Ernesto Sanz, uno de los destinatarios de las críticas, no estará en Villa Giardino para escucharlas, pues se halla de gira en España junto con el Presidente. Sí, en cambio, estará presente el jefe del radicalismo, José Corral, un hombre también cercano a Macri. Habrá que ver si Corral acepta salirse del programa oficial de la cumbre y habilita la discusión interna.
También se lo verá rondar por los pasillos del hotel Luz y Fuerza -sede del encuentro- al ex ministro de Hacienda y Finanzas Alfonso Prat-Gay. Después de su salida intempestiva del Gobierno, en diciembre pasado, tendrá su primera aparición pública junto a los radicales.
Quien faltará, pero con aviso, es Martín Lousteau, que también fue invitado: como embajador en los Estados Unidos debió atender esta semana una delegación de gobernadores que, encabezada por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, viajó en busca de créditos (ver aparte). Lousteau y su posible candidatura a diputado por la Capital, por fuera de Cambiemos y enfrentándose a Pro, es otra de las cuestiones que distancian al radicalismo del Gobierno.
«Ojalá que, más allá de las exposiciones temáticas que están previstas en Villa Giardino, se abra un verdadero y sincero debate sobre qué papel debe cumplir la UCR dentro de Cambiemos y de qué manera nuestro partido puede ser más útil», confió, aunque algo escéptico, el diputado Ricardo Alfonsín, una de las voces disonantes sobre la actitud de la UCR en su relación con Pro.
«Las críticas (hacia algunas medidas del Gobierno) se formulan en voz baja, como si se temiera importunar al Gobierno. Yo creo que al contrario, debemos alzar nuestra voz porque así se evitan los errores y se fortalece la coalición. Está bien rectificar los errores cometidos, pero los costos, a medida que se acumulan, afectan la gestión», indicó Alfonsín. Por problemas de salud, Alfonsín no estará presente en Villa Giardino.
Pero sí asistirá Juan Manuel Casella, otra de las voces críticas, quien llevará un documento para abrir el debate. «El partido no funciona bien desde el punto de vista institucional: tiene poca comunicación con la gente, no tiene voz», sostuvo Casella en declaraciones a Radio Nacional.
fuente LA NACIÒN