Facundo Moyano volvió a agitar el tablero gremial. Propuso descabezar al triunvirato de mando de la CGT y acordar un liderazgo común, con un solo secretario general. Insistirá con esta idea después del paro general que prevé la central obrera para el 6 de abril próximo.
En la cúpula de la CGT, sin embargo, la propuesta del hijo de Hugo Moyano ya fue rechazada. Casualmente, quien bajó por completa esa posibilidad fue Juan Carlos Schmid, el integrante del triunvirato que representa a los gremios que comulgan con el moyanismo.
“No hay que fantasear con un liderazgo único y fuerte. Hay un triunvirato porque entre las tres vertientes no pudimos elegir a uno solo. No hay hoy un dirigente que toque pito y que reúna a todas las tribus. No pasó con Rucci ni con Ubaldini”, dijo Schmid, quien no ocultó las diferencias internas que salieron a la luz después de los incidentes en la movilización del 7 de marzo pasado.
Dentro de la CGT, Facundo Moyano, que ocupa la secretaría de cultura, es cada vez más resistido por sus colegas. De hecho, su futuro en la central obrera es incierto, según admitieron desde su entorno.
Facundo Moyano impulsa al bancario Sergio Palazzo para liderar la CGT. Palazzo es el referente actual de la Corriente Federal, un espacio en el que confluye un puñado de gremios que no comulga con el triunvirato de mando. “Con Palazzo hablamos de la problemática social y gremial”, dijo Moyano a LA NACION. Además, confirmó que planteará dentro de la CGT la necesidad de unificar en una sola persona la secretaría general.
La cruzada de Facundo no tiene el aval de su padre. Todo lo contrario. La semana pasada hubo una cumbre entre los gremios moyanistas en la sede de Cerveceros en la que se pactó respaldar a Schmid tras los cuestionamientos que habían surgido por los desbordes en la marcha. El espaldarazo a Schmid fue por orden de Hugo Moyano, quien digita desde las sombras algunas estrategias de la CGT.
Facundo Moyano dejó la semana pasada su cargo en el sindicato de peajes para dedicarse tiempo completo a la política. El diputado nacional que es aliado del massimo esconde una motivación central: competir electoralmente en la provincia de Buenos Aires en 2019, cuando finalice el mandato en su banca de la Cámara alta. Está convencido de que su popularidad está en alza y maneja periódicamente encuestas privadas que le ratifican ese rumbo. En su entorno, sugieren que los encuentros que tuvo con Susana Giménez impulsaron aún más las estadísticas.
fuente LA NACIÒN