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La CGT salió al cruce y apuntó contra el «relato» y la corrupción política

En privado, cuando Mauricio Macri se refiere a las mafias sindicales, suele ejemplificar como caso testigo el de Omar «Caballo» Suárez, el ex jefe del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Suárez está preso desde el 13 de septiembre pasado por bloquear puertos, por extorsionar a empresarios y por ser el presunto jefe de una asociación ilícita. Su gremio fue intervenido por orden judicial el 18 de febrero de 2016 y desde entonces se destaparon decenas de irregularidades y negociados que el sindicalista desmintió desde el encierro.

Públicamente, Macri se refirió ayer a las mafias sindicales, empresarias, políticas y judiciales. Prometió desterrarlas. Entre los gremios, la mención del Presidente generó malestar y lo tomaron como una agresión antes del primer paro general contra la gestión oficialista, que está previsto para pasado mañana y que se anticipa contundente.

La CGT salió al cruce casi de inmediato. Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, dos de los tres integrantes de la jefatura de la CGT, desafiaron al Presidente a denunciar a las mafias en la Justicia y le recordaron los «escándalos que salpican al Gobierno», como el caso del Correo Argentino.

«Lo tiene que denunciar si las hay. ¿A qué se refiere? Creo que las mafias están en el empresariado, manejan la economía del país», dijo Acuña a Radio El Mundo.

Las mismas sospechas que Macri tiene del sindicalismo Schmid las tiene de la dirigencia política. «Hay mucha tela para cortar puertas para adentro en lugar de depositar los ojos en los sindicatos. [Macri] ha estado involucrado en escándalos que salpican a su gobierno y que no han dejado en claro el entramado de negocios», dijo a Radio Continental. Schmid también habló de «negociados» y «corrupción política».

Gerardo Martínez , líder de la Uocra, asistió ayer al acto en la Casa Rosada en el que Macri hizo referencia a las mafias sindicales. Pidió que el Gobierno aporte información en lugar de hablar generalidades. «Que denuncie a las mafias en la Justicia, si no es un relato exagerado muy parecido al que había con el anterior gobierno. Hay un tono fuerte, pero después no pasa nada», dijo Martínez a LA NACION. Y agregó: «Se pareció a un discurso de campaña electoral, que nada tenía que ver con el motivo de la reunión. Me hizo acordar a Cristina [Kirchner] cuando invitaba a [Antonio] Caló».

El jefe de los albañiles de la Uocra, además, puso en duda el alcance del plan de viviendas que anunció ayer el Presidente. «Ojalá que se reactive la obra pública, pero me llamó la atención que en la Casa Rosada no había presencia de las provincias. No estuvo ni un solo gobernador», sugirió Martínez.

José Luis Lingeri , de AySA, fue el otro sindicalista que escuchó a Macri en persona. El momento más incómodo fue cuando el Presidente les enrostró las consecuencias económicas del paro general de pasado mañana. Ambos lo tomaron como un desafío.

Hubo además otros dos episodios que levantaron la tensión antes de la huelga de pasado mañana. El primero fue la polémica por la frase de Macri acerca de los colectivos y el choripán como herramientas para captar adherentes a las movilizaciones. Apeló a ello para diferenciar la espontaneidad de la marcha de apoyo al Gobierno del sábado pasado de lo que fueron las diferentes protestas en contra del oficialismo que se desarrollaron durante marzo.

El otro asunto que tensa el vínculo es la intención del Gobierno de impulsar cambios en las cúpulas de los gremios. Sin embargo, en este punto, surgen contradicciones. Mientras Macri reclama una «renovación sindical», habla seguido con Hugo Moyano y Luis Barrionuevo, quienes están al frente de sus gremios desde 1986 y 1979, respectivamente. Privilegia incluso el diálogo íntimo con ellos antes que con sus sucesores de la CGT unificada, quienes, en la teoría, encarnan el recambio.

Reacción por la renovación sindical

El Ministerio de Trabajo impulsa auditorías en los gremios en busca de irregularidades en los procesos eleccionarios y detectar casos en los que no se cumpla con el 30% del cupo femenino. Uno de los sindicatos que Jorge Triaca tiene en la mira es el del Seguro, según informaron a LA NACION fuentes cercanas al ministro. Sin embargo, desde el Sindicato del Seguro desmintieron ayer cualquier irregularidad y aportaron documentación en la que se constata que el Ministerio de Trabajo avaló las elecciones que se llevaron a cabo el año pasado.

fuente LA NACION

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