Después de varios días en los que priorizó la toma de distancia, y con el mismo término con el que fustigó a los empleados estatales la semana pasada, el presidente Mauricio Macri se metió de lleno en el conflicto social y político que aflige desde el fin de semana pasado a Santa Cruz y complica la gestión de la gobernadora Alicia Kirchner .
«Estamos seguros, y viendo lo que está pasando en Santa Cruz y en tantos otros lugares, de que tenemos que alejar la figura del Estado de que parezca un aguantadero de la política», dijo el Presidente durante un acto y en forma simultánea con un nuevo ataque verbal de la gobernadora contra la Casa Rosada. Alicia Kirchner respondió enojada por esos pedidos: «¿Cuál es el plan serio? ¿Echar gente? No lo voy a hacer».
Las críticas de Macri y su alusión implícita a la sobredimensionada planta estatal santacruceña (subió un 10 por ciento desde que Alicia Kirchner es gobernadora) no fueron aisladas.
En su exposición ante el Senado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, habló de «una provincia con riquezas naturales que debe encontrar el modo de sanear sus cuentas públicas». Ocurrió al término de otra jornada de protestas, tomas de ministerios y acampes en la provincia en reclamo del pago de sueldos atrasados.
El Gobierno exige que Alicia Kirchner encare reformas en su deficitaria caja jubilatoria y achique los gastos de su planta estatal, cambios que la cuñada de la ex presidenta Cristina Kirchner rechaza.
«El Estado es un lugar que tiene que convocar a partir del concurso público, donde el prestigio, la capacitación, el esfuerzo diario, tienen que representar el trabajo que hace cada una de esas personas», agregó Macri en el CCK durante el lanzamiento oficial del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), a cargo del ministro de Modernización, Andrés Ibarra.
Macri y Peña continuaron de ese modo con el pedido que hiciera anteayer el ministro del Interior Rogelio Frigerio, quien en declaraciones radiales reclamó «un plan serio» para la provincia, con cambios en la deficitaria caja jubilatoria santacruceña; fustigó el crecimiento de la planta estatal en Santa Cruz y sugirió modificar la ley de lemas en esa provincia, que en 2015 permitió el triunfo de Alicia Kirchner por sobre el radical Eduardo Costa, el candidato más votado individualmente en aquellos comicios.
La gobernadora contestó en duros términos. «¿Cuál es el plan serio? ¿Echar gente? No lo voy a hacer», afirmó Alicia Kirchner en declaraciones a LU 14 Radio Provincia. De inmediato pidió que las represas provinciales cuya construcción está frenada «estén funcionando» y que Santa Cruz vuelva a recibir «los reembolsos (a las exportaciones por puertos patagónicos)», unos $ 345 millones anuales, calculó.
«Hoy todo está sujeto a los ingresos de los empleados públicos, ellos son los que mueven la economía en la provincia. Eso pasa porque están bajando las regalías petroleras. Todo está bajando en la economía, no solamente en Santa Cruz, sino en todo el país», apuntó la mandataria, dejando en claro que su intención, y la de su cuñada Cristina Kirchner, es no seguir los consejos provenientes de Balcarce 50. Reconoció, de todos modos, que la planta de estatales de la provincia «es de 54.301 empleados públicos entre activos y pasivos, más 20.000 municipales», dijo.
En la Casa Rosada volvieron a calificar de «delirio» estos argumentos. «Subieron el número de empleados de manera abrupta y generaron ocupación de manera artificial. Les decimos que arreglen los números, ellos sabrán de qué manera hacerlo», afirmaron cerca del jefe de Gabinete. «Tienen un esquema inviable y podrían hacer muchas cosas con ayuda de la Nación», agregó otro vocero.
La semana pasada, en la presentación del Compromiso Federal por la Modernización, y con doce gobernadores en la Casa Rosada, Macri pidió «dejar de lado la intervención nociva de la política en transformar el Estado en aguantadero, en lugar de algo que jerarquiza y potencia». Alicia Kirchner estuvo ausente.
En el Gobierno dicen que no pondrán trabas para el crédito de $ 900 millones pedido por Santa Cruz al Banco Nación para resolver la urgencia, aunque lo supeditaron a que la provincia dé «garantías» de que devolverá el dinero. Cerca de Frigerio sostienen que a la provincia «le fue muy mal, y le pidieron intereses muy altos» cuando salió a pedir fondos en el mercado internacional.
Mientras el conflicto social no cede en la provincia, el diálogo entre el Gobierno y la administración kirchnerista está virtualmente paralizado. Sin embargo, el ministro de Economía santacruceño, Juan Donnini, se verá mañana en la Casa Rosada con funcionarios del Ministerio del Interior. Ibarra afirmó a LA NACIÓN que «Santa Cruz no firmó el compromiso por la modernización, sus representantes vinieron dos veces a la reunión del consejo federal para modernizar la administración pública y luego dejaron de participar».
fuente LA NACION