Por los parlantes suena «Ji, ji, ji», la canción de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Abajo del escenario el público se agita: saltan y cantan a viva voz, el pogo crece y el clima es idéntico al de un recital del Indio Solari. Las banderas se agitan con frenesí, pero la particularidad es que ninguna lleva la cara del músico. Tampoco de Cristina, de Néstor o de Perón. Son todas banderas argentinas.
El acto de lanzamiento del frente Unidad Ciudadana que encabezó ayer Cristina Kirchner en el estadio Julio Humberto Grondona fue atípico: desde la estética hasta la duración del discurso marcaron un contraste con los despliegues que suele hacer el kirchnerismo. De todos modos, el hecho de hacerlo en Avellaneda, tierra del ultrakirchnerista Jorge Ferraresi, la organización de La Cámpora, los bombos y platillos y las presencias de ciertos dirigentes mantuvieron el tinte peronista.
Desde el mediodía, docenas de micros y autos se apilaron en las inmediaciones del estadio de Arsenal de Sarandí. Los militantes caminaban las últimas cuadras que los separaban de la cancha mientras se anudaban banderas argentinas al cuello. Otros las desenrollaban y las hacían flamear. La consigna que se difundió en las últimas semanas en las redes sociales fue clara y se cumplió casi a rajatabla: nada de pancartas partidarias. Algunos vendedores ambulantes vieron así la oportunidad e improvisaron puestos con banderas argentinas a $ 20.
El ingreso y la salida fueron algo caóticos. Sorprendió no ver una significativa cantidad de pecheras de La Cámpora apostadas en la entrada, como es costumbre. Así, algunos militantes tuvieron que empujar y apretar para pasar por los accesos, algo estrechos. Incluso, durante la jornada, varios debieron ser auxiliados por los médicos, que sí abundaban.
Una vez adentro, las gradas se llenaron con facilidad y cada vez que alguien trataba de colgar una pancarta partidaria del alambrado, al cántico de «sin banderas» lo detenían. Una excepción, claro, fue la tribuna a la derecha del escenario, copada por asistentes de La Matanza. Todos sostenían carteles en los que se leía: «Cristina, Verónica (Magario, la intendenta) y Fernando (Espinoza, ex intendente y referente del espacio) y una banda con trompetas y bombos acompañaba el cántico de: «Vamos a volver».
Durante las horas de espera -a las 13 el estadio ya estaba colmado y el discurso comenzó a las 15.30- se fue reproduciendo una lista de Spotify con colaboración abierta de los militantes.
Cuando finalmente Cristina pisó el escenario, el público rugió para recibirla y miles de dedos en forma de «V» se elevaron al cielo. Sin perder el tiempo, los militantes entonaron un pedido: «Senadora. Cristina senadora». Al ver que se sonreía, subieron la apuesta y pidieron que vuelva a conducir el país.
La ex mandataria, también diferenciándose de otras oportunidades, se plantó como la única protagonista: todos los dirigentes y políticos quedaron a sus espaldas, en un palco, pero ninguno pisó el escenario.
Con una breve introducción de quince minutos -despegándose de su estilo discursivo extenso-, Cristina luego dedicó la siguiente media hora a hacer subir a personas que ejemplificaban, en sus términos, los fracasos de Cambiemos. Desempleados, investigadores del Conicet que se quedaron sin beca e, incluso, una pareja de discapacitados que habían perdido su pensión fueron rodeándola y abrazándola. Hacia el final, ese momento se sintió algo extenso y el golpe de efecto del cierre quedó un poco apagado. De todos modos, el público despidió a su líder cantando el Himno a viva voz.
El palco VIP
En las tribunas del estadio de Arsenal, en una suerte de VIP, se ubicaron las máximas figuras del kirchnerismo. A Máximo Kirchner se lo vio rodeado por los camporistas Axel Kicillof, Andrés Larroque y Juan Cabandié, pero también por el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández y otras espadas del FPV, como Juliana Di Tullio, Martín Sabbatella y Sergio Berni. Otra de las presencias destacadas fue la del ex gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien ratificó su alianza con Cristina y hasta podría ser candidato a diputado.
We use cookies on our website to give you the most relevant experience by remembering your preferences and repeat visits. By clicking “Accept”, you consent to the use of ALL the cookies.
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Relacionados
Explicaciones del Gobierno Nacional para pagar en cuotas jubilaciones
Nuevo dueño para Ayudín
¿Contra la CASTA? Senadora de Libertad Avanza mete a la familia al Senado