En la jornada de mayor tensión entre el oficialismo y el kirchnerismo, el gobierno de Mauricio Macri siguió muy de cerca la sesión parlamentaria de ayer por la expulsión del diputado y ex ministro de Planificación Julio De Vido de la Cámara baja. Los candidatos de Cambiemos tomarán de aquí en más esta votación para marcar en blanco sobre negro durante la campaña rumbo a las PASO del 13 de agosto: quiénes son los que están a favor y en contra de la impunidad.
«Estamos a 18 días de las elecciones y aquí se van a ver con claridad quiénes sostienen a De Vido que está involucrado en 135 denuncias de corrupción», dijo a LA NACION un funcionario de acceso directo al jefe del Gabinete, Marcos Peña . «Esto es blanco contra negro, acá estás o no estás contra la corrupción», reforzó uno de los principales funcionarios que rodean al Presidente.
El propio Peña se expresó en esos términos, en diálogo con Canal 7, de Neuquén: «Es muy valioso que se dé la discusión y que quede claro quiénes están protegiendo a De Vido y creen que debe seguir en la Cámara y quiénes no. Independientemente del resultado, es sano que exista ese debate y que continúen las causas en la Justicia».
El mensaje es claro: el discurso electoral de Cambiemos será acusar al kirchnerismo y a la ex presidenta Cristina Kirchner, la candidata a senadora por Unidad Ciudadana, de convalidar la corrupción.
Macri viajó ayer a Tucumán, donde hizo sendos actos de campaña y mantuvo un contrapunto con el gobernador Juan Manzur, cercano al kirchnerismo. Luego regresó a Buenos Aires y se refugió en Olivos. «El Presidente está atento, aunque no está pendiente del tema; está con varias reuniones. Pero le parece importante poder mostrarle a la sociedad quién está a favor o en contra de la impunidad», dijo un vocero.
El Gobierno considera que los candidatos de Cambiemos, especialmente en la provincia de Buenos Aires, podrán capitalizar el resultado de la sesión de la Cámara baja para fortalecer el discurso de combate contra la corrupción. Pero cerca de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, había una sensación agridulce. Las encuestas indican que la ex presidenta Cristina Kirchner sigue con una alta intención de voto y la expulsión de De Vido no le haría daño alguno. «Lo pueden meter preso a De Vido siete veces y el votante kirchnerista no va a cambiar su voto por eso», dijo un asesor de Vidal.
Incluso, tampoco esta sesión podría diferenciar a Cambiemos del Frente Renovador. Ocurre que los dos frentes electorales impulsan la expulsión de De Vido de la Cámara, por lo cual esta sesión no podrá arrojar contrastes entre ambos.
Así fue la votación en el Congreso
Dentro del equipo de Vidal había cierta desazón porque la sesión en Diputados acaparó la atención de las transmisiones en vivo de los canales de noticias desde el Congreso, y dejó en un claro segundo plano el acto que la gobernadora encabezó ayer con sus candidatos en Lanús. El oficialismo había apostado fuerte a la repercusión de ese acto para sacar ventajas en el conurbano bonaerense. Todavía las encuestas en el oficialismo siguen dando una leve ventaja a Cristina Kirchner y la estrategia del Gobierno es concentrar la pelea voto a voto en el corazón del conurbano, bastión peronista.
Peña estaba al tanto de las alternativas en Diputados, pero también se ocupó de la campaña y la gestión. En el Ministerio del Interior estaba el centro de operaciones con el Congreso. El ministro Rogelio Frigerio y su viceministro, Sebastián García de Luca, tenían línea directa con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. La operación parlamentaria por los votos, las presencias y las ausencias a la hora de la votación, sobre la noche, corrió por cuenta de Monzó y del jefe del bloque de Pro, Nicolás Massot.
«La sesión sirve como efecto político. Pero es muy difícil el éxito. Nunca, salvo excepciones, Cambiemos reunió los dos tercios de los votos de los presentes para una sesión», decían en la cartera política.
Un dato relevante para Interior será visualizar el mapa de los votos, porque ellos darán cuenta de cómo se conforma la liga de gobernadores del PJ dentro del Congreso. Por ejemplo, el mandatario de San Juan, Sergio Uñac, quería la expulsión de De Vido, pero su antecesor y diputado José Luis Gioja no aceptaba esa salida. En cambio, el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, adelantó que sus diputados iban a acompañar a Cambiemos y al Frente Renovador para apartar al ex ministro kirchnerista.
fuente LA NACION