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Escuchas telefónicas y un arrepentido complican al cuñado de De Vido

Claudio Minnicelli, conocido como «Mono», no estaba bien cuando llegó a los tribunales. Tuvo un pico de presión. Por sus antecedentes cardíacos (sufrió dos infartos), el juez Marcelo Aguinsky ordenó que los médicos judiciales lo revisaran: aconsejaron no indagarlo hasta que esté estabilizado. Cuando ya estaba recuperado, Minnicelli, que es cuñado del diputado kirchnerista Julio De Vido , hizo uso de su derecho constitucional y se negó a declarar. Lo haría mañana, después de que su defensa tuviera acceso a los 25 cuerpos del expediente y analizara las pruebas en su contra. Declarará en el juzgado en lo penal económico N° 6, en el segundo piso de avenida de los Inmigrantes 1950, en Retiro.

Minnicelli, que fue detenido anteanoche por la policía bonaerense en Chapadmalal tras estar casi nueve meses prófugo, está acusado de integrar una asociación ilícita dedicada al contrabando en la Aduana. La causa tiene diez procesados. El cuñado de De Vido fue el último sospechoso en ser apresado: escuchas telefónicas y la palabra de uno de los imputados, que intentó acogerse a la figura del arrepentido, lo comprometen. Así lo informó a LA NACION una calificada fuente judicial. «Estaba [Minnicelli] en el movimiento del dinero de la banda criminal», agregó el vocero consultado.

Según la investigación de la fiscal María Gabriela Ruiz Morales y Aguinsky, la «banda criminal», con colaboración de personal jerárquico de la Dirección General de Aduanas (DGA), intentó llevarse seis contenedores secuestrados por la Justicia de una terminal portuaria a un depósito en Lanús. La gran parte de la mercadería era de la industria textil.

«Merced a las tareas de escucha directa dispuestas en el ámbito del tribunal y en función del análisis de los elementos que se incorporaron al expediente, se fueron delineando las aristas de la actividad presuntamente delictiva que habían estado desarrollando varias personas, en forma organizada, con el objeto de lograr el ingreso ilícito de una serie de contenedores de mercaderías», afirmó el juez Aguinsky en noviembre pasado, cuando procesó a nueve personas.

Entre los procesados con prisión preventiva, y a quien le embargaron los bienes hasta cubrir la suma de 22.181.818 pesos, está Oldemar Barreiro Laborda, que para los investigadores era una pieza fundamental en la organización criminal porque «daba instrucciones en un tono imperativo».

Una de las escuchas telefónicas incorporadas al expediente judicial es una conversación entre «Mono» Minnicelli y Barreiro Laborda, alias «Cuki», «León» o «Lion». En la charla, el cuñado de De Vido le dijo a su interlocutor: «No, ahí recién hablé que la gente que iba a poner tiene miedo, no la ponen, que los BL [por Bill of Lading, conocimiento de embarque], parece se lo entrega el lunes, que no los terminó y ahora le va a entregar 14 BL nada más, pero de los cuales diez ya tenemos cobrados, nada».

La investigación comenzó tras una denuncia presentada por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), y en menos de un año la primera parte de la causa está a punto de ser elevada a juicio oral y público. En los tribunales valoraron que una causa de corrupción donde hay funcionarios de la DGA procesados llegue a la etapa de juicio oral y público.

La organización, según la investigación, intentó sacar los contenedores secuestrados por medio de la presentación de documentación apócrifa ante «el servicio aduanero o sospechándose la alteración de la información en los propios sistemas informáticos de la Aduana».

Otro de los procesados, pero sin prisión preventiva, es Federico Tiscornia Salort, hermano del ex juez Guillermo Tiscornia. Tiscornia Salort fue quien intentó acogerse a la figura del arrepentido.

«Por medio de una red social se pone en contacto conmigo Minnicelli, a quien conozco como «el Mono» en abril o mayo de 2016, quien en esa oportunidad me manifiesta ser la mano derecha de Barreiro Laborda», afirmó Tisconia. Y recordó una reunión entre él, Barreiro Laborda y Minnicelli en un lujoso hotel.

fuente LA NACION

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