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Un sector de la CGT le ofreció al Gobierno frenar el paro que impulsa Moyano

En el teléfono celular de Jorge Triaca se acumularon la semana pasada mensajes de ocho de los diez sindicalistas más influyentes de la CGT. Algunos de ellos incluso peregrinaron por el despacho principal del piso 13 del Ministerio de Trabajo.

El mensaje que le llevaron al ministro fue casi idéntico en todos los casos: hay un polo sindical en construcción que está dispuesto a neutralizar como sea el paro que impulsan los aliados de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo.

El intercambio entre Triaca y los sindicalistas más moderados dejó en evidencia otra situación que refleja el debilitamiento de la CGT: cada dirigente buscó avanzar por las suyas en acuerdos para su gremio en lugar de explorar una estrategia común con el resto de sus colegas de la central obrera.

La dispersión alimenta las intenciones oficiales de modificar convenios colectivos por sector como paso previo a impulsar una reforma laboral más amplia, que haría foco en la baja de las contribuciones patronales y en beneficios impositivos para aquellos empleadores que regularicen su planta de trabajadores.

El debate en la CGT de activar el segundo paro general contra la gestión de Mauricio Macri nació débil y sin consenso absoluto.

Así lo demostró la foto de la protesta del 22 de agosto último, en la que hubo muchos gremialistas que le quitaron el hombro al reclamo y evitaron subir al palco, copado principalmente por figuras del moyanismo.

Debilitamiento

El plan de lucha pierde fuerzas cada día: el sector de «los Gordos» (grandes gremios) y el de los autodenominados «independientes» (Uocra y estatales de UPCN y AySA) cerraron filas el jueves pasado para impedir un endurecimiento gremial contra el Gobierno e intentar restablecer orgánicamente su vínculo con la Casa Rosada tras la tensión que generó la movilización a la Plaza de Mayo.

Los referentes de estos espacios fueron los primeros en recurrir al ministro Triaca para tomar distancia de la retórica combativa que se escenificó el 22 de agosto.

«Los Gordos» no están solos: en la misma línea mueven sus fichas los colectiveros de la UTA, los ferroviarios de la Fraternidad y el puñado de gremios que integra el Movimiento de Acción Sindical Argentino, que lidera el taxista Omar Viviani.

Estos reagrupamientos aíslan a Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, los hombres de Hugo Moyano y de Luis Barrionuevo en el triunvirato de mando de la CGT.

Sin embargo, ambos intentaron recomponer el vínculo con el ministro Triaca y lo llamaron por teléfono.

Plenario

Los gremios definirán su postura el 25 de este mes en un comité central confederal en el que se ventilarán las diferencias que surcan actualmente a la dirigencia sindical.

El encuentro se transformará en una suerte de cabildo abierto con tono deliberativo.

Schmid, que fue el impulsor de la convocatoria, ratificó a LA NACION que se hará el plenario a pesar de las presiones de los otros sectores para suspenderlo.

«El confederal se va hacer. El clima va a depender de la ofensiva del Gobierno contra el movimiento obrero. No se descartan medidas de fuerzas, será un debate», dijo Schmid.

Asistirán el 25 a la CGT los gremios enrolados en la Corriente Federal, que encabeza el bancario Sergio Palazzo. Este bastión cree que podría torcer la balanza para activar una huelga.

«Vamos a plantear un paro, ésa fue una de las opciones que se lanzaron en Plaza de Mayo», plantó postura un referente de la Corriente Federal.

Surcada por las diferencias y virtualmente fracturada, la CGT convocaría a su comisión directiva para un día de la segunda semana de septiembre.

Mientras tanto, el triunvirato de mando de la central sindical hace equilibrio para evitar que se formalice la ruptura y avanza en un acuerdo para poner paños fríos en la interna para restablecer su vínculo con el Gobierno.

La conducción de la CGT está dispuesta a conservar la alianza más allá de las tensiones que la atraviesan.

A los gremialistas los desvelan hoy principalmente dos cosas. La primera es que quieren participar en los detalles y en el debate de cualquier plan de reforma laboral e impositiva que impulse el oficialismo.

Y la segunda está en relación directa con su participación en la interna del peronismo.

Por ese motivo, una de las consignas a debatir en el confederal será reactivar reuniones con gobernadores y legisladores del justicialismo.

Los gremios se consideran relegados de la fuerza partidaria y pretenden recuperar el protagonismo para la reconstrucción que se avizora después de las elecciones legislativas del 22 de octubre.

Para Rodríguez, «No es momento» para una huelga

El titular de UPCN y secretario adjunto de la CGT, Andrés Rodríguez, consideró ayer que «en el actual contexto, no es momento para hacer un paro». De esta manera se sumó directamente a los otros sectores obreros que cuestionan la eventual medida de fuerza y contribuyen, así, a la fragmentación de la central.

«Eso no significa resignar una lucha ni deshacerse de los reclamos de la agenda de los trabajadores, simplemente establecer que en el actual contexto no es momento para hacer un paro», dijo en conversación con Radio El Mundo.

Para el dirigente de UPCN, el plan que se definirá en las próximas reuniones del consejo directivo «puede hasta determinar un diálogo con el Gobierno para reivindicar la agenda propia de la CGT». En esa línea, aseguró que el triunviro Juan Carlos Schmid nunca dio por sentado en su discurso de la marcha del 22 de agosto que se llame efectivamente a una medida de fuerza en la reunión prevista para el 25 de septiembre.

Rodríguez buscó así poner paños fríos sobre algunos sectores, como el moyanismo, que insisten en endurecer la postura contra el Gobierno y tomar acciones concretas.

Los gremios, divididos en sus posturas ante el oficialismo

Algunos sectores prefieren mantener el diálogo abierto; otros, avanzar con protestas

Pablo Moyano

Líder camioneros

«No se descarta un paro general, no se descartan otras movilizaciones. En la reunión del 25 de septiembre se va a discutir dentro de la CGT cómo se sigue confrontando a este gobierno»

El moyanismo es uno de los sectores que encabezan una postura más dura hacia el Gobierno. Pablo Moyano desde hace rato mantiene un vínculo tenso con la CGT, justamente por la falta de acciones concretas contra la actual administración

Andrés Rodríguez

Titular UPCN

«La dirigencia sindical debe generar un programa de acción, pero en el actual contexto no es momento para hacer un paro»

El titular de UPCN e integrante de la CGT buscó expresar una posición más conciliadora. Ayer dijo que «no es el momento para un paro». «Los Gordos» e «independientes» están negociando por su cuenta con el Gobierno en este sentido

Juan Carlos Schmid

Triunviro de la CGT

«El clima va a depender de la ofensiva del Gobierno contra el movimiento obrero. No se descartan medidas de fuerza, será un debate (el 25 de septiembre)»

En agosto, cuando la CGT realizó una marcha en la que se esperaba que se fijara una fecha de paro, la central decidió en cambio hacer una convocatoria para el 25 de septiembre y definir allí los pasos a seguir. Ahora, Schmid no da por sentada ninguna medida

fuente LA NACION

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