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La muerte del fiscal: «Cato», el espía sin nombre que debía cuidar a Nisman

Un espía misterioso identificado como «Cato» que custodió a Alberto Nisman durante varios meses, un puesto de diarios sospechado de haber oficiado de garita para seguir los movimientos del fiscal y cientos de cruces de llamadas que alcanzan a 4000 teléfonos ligados a funcionarios y ex funcionarios de inteligencia. Los investigadores de la muerte de Nisman apuestan a que alguno de estos tres ejes les aporte información concreta para dar con los supuestos autores materiales del presunto homicidio. A casi dos años de la muerte del fiscal, admiten que no están cerca de lograrlo.

Según el fiscal de la causa, Eduardo Taiano, no hay dudas de que a Nisman lo mataron, pero no se sabe quién. De acuerdo con el último dictamen que presentó, se desconoce el supuesto móvil y no hay un sospechoso de haber sido el autor material. Taiano sólo tiene un presunto «partícipe necesario»: Diego Lagomarsino , el dueño del arma.

En estos días, el juzgado de Julián Ercolini trabaja en una resolución para procesarlo antes de fin de año. La buena noticia para Lagomarsino es que el juez no tiene intenciones de enviarlo a la cárcel. Por ahora, seguirá en su casa, con la tobillera electrónica que controla sus movimientos.

Pero Lagomarsino sería parte de un asesinato cometido por alguien más. En cuanto al resto, Taiano tiene, paradójicamente, una mirada bastante parecida a la de su antecesora la fiscal Viviana Fein cuando fue apartada del caso: está convencido de que para entender la muerte tiene que investigar los vínculos del hecho con los servicios de inteligencia.

Fein decía que la habían corrido justo cuando apuntaba a las llamadas que espías, ex espías y funcionarios cruzaron el fin de semana de la muerte de Nisman, cuando ya estaba fallecido, pero en teoría nadie lo sabía. Ya en la gestión Taiano se amplió el estudio de esas llamadas y hoy se están peritando unos 4000 teléfonos, según informaron fuentes de la causa. El resultado de ese estudio gigantesco no va a estar listo este año.

Un testimonio crucial en la causa Nisman

El agente «Cato»

Además, Taiano le envió un oficio a la AFI (ex Secretaría de Inteligencia) para averiguar si efectivamente alguien identificado como «Cato» trabajaba allí y citarlo a declarar. Uno de los responsables de la custodia oficial de Nisman, Rubén Benítez, contó en su última declaración judicial que «Cato» era de la Secretaría de Inteligencia y se había sumado a la custodia del fiscal. «Hablaba de sí mismo como Carnero o Garnero», declaró Benítez, que contó además que antes de «Cato» hubo otro agente junto a Nisman y que solían moverse -la custodia oficial incluida- en un auto de la Secretaría de Inteligencia.

«Antes de «Cato», había entrado otra persona, apodada «Chiquito», que también era de la Secretaría», dijo Benítez. Taiano espera la respuesta de la AFI y apuesta a poder citarlos a todos.

También espera informes sobre el quiosco de diarios que estaba instalado frente a las torres Le Parc, donde vivía Nisman, y que sospechan que podía funcionar como un puesto desde donde se controlaba al fiscal.

En el caso del quiosco, el supuesto seguimiento podría haber sido a espaldas de Nisman. En cuanto a «Cato», no. Según Benítez, fue el propio fiscal quien le informó que iban a trabajar juntos.

«La tarea de estos era reforzar la custodia; yo conducía y ellos se sentaban atrás. No sé cómo los asignaron a la custodia, porque yo fui un día y me dijo «ellos van a estar con usted»», dice el acta de la declaración de Benítez del mes pasado. Según él, la incorporación fue «después del juicio de la AMIA» y la situación «duró aproximadamente un año».

Benítez contó también que él estuvo presente cuando Nisman le dijo a «Cato» «que volviera a su destino».

fuente LA NACION

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