Con la confianza de que el proyecto presentado ayer en la Cámara de Diputados va a llegar al recinto antes de mitad de año, los promotores de la legalización del aborto ya trabajan en la construcción de una mayoría para lograr la aprobación de la reforma y su posterior giro al Senado.
Dar el debate con argumentos racionales, evitar exposiciones agresivas e impedir las dilaciones en el tratamiento son los puntos básicos de la estrategia definida por el núcleo duro de los 71 diputados de casi todas las bancadas que firmaron la iniciativa. Es el respaldo más numeroso que obtiene el proyecto en el Congreso desde su primera presentación, en 2006.
«Hasta ahora solo apostábamos a darle visibilidad al tema, desde los márgenes de la política. Hoy, con el compromiso de que va a darse el debate, tenemos que cambiar el chip y desarrollar una estrategia que nos permita ganar la votación», dijo a LA NACION una diputada del oficialismo, después de la presentación de la iniciativa.
De acuerdo con el conteo que lleva adelante Economía Femini(s)ta, una de las organizaciones que promueven la reforma, hay 95 diputados que se manifestaron a favor de la iniciativa, 102 en contra y 58 que todavía no se definieron. El desenlace es incierto. En forma simultánea a la presentación del proyecto de legalización, 15 diputados antiabortistas, con Juan Brügge a la cabeza, presentaron una iniciativa titulada «ley de protección de la mujer embarazada y el niño por nacer».
Pese a que la discusión divide de manera transversal a casi todas las bancadas, más de la mitad de las firmas del proyecto de legalización provienen del kirchnerismo.
Lo acompañaron 38 integrantes del Frente para la Victoria (FPV), 14 de la UCR, cinco de Pro, cuatro del Movimiento Evita, tres del Frente de Izquierda, tres de Evolución Radical, dos del Frente Renovador, uno de Libres del Sur y uno del Bloque Justicialista.
El 45 por ciento de los firmantes son mujeres, apenas por encima del 41 por ciento de presencia femenina actual en la Cámara baja. La iniciativa fue presentada dos días antes del paro internacional de la mujer, que girará en torno de la consigna de la despenalización del aborto.
Pañuelos verdes
«¡Anticonceptivos para no abortar! ¡Aborto legal para no morir!», gritaron varias veces los dirigentes y manifestantes que colmaron ayer la sala 1 del anexo C de la Cámara de Diputados, desde las 10.30, con pañuelos verdes en sus cuellos. La mayoría eran militantes de organizaciones feministas.
El proyecto señala en su primer artículo que «en ejercicio del derecho humano a la salud, toda mujer tiene derecho a decidir voluntariamente la interrupción de su embarazo durante las primeras catorce semanas del proceso gestacional».
Se garantiza el acceso al aborto, sin decisión judicial previa, en un plazo de cinco días desde su requerimiento, en todas las entidades del sistema de salud. La práctica debe ser cubierta por las obras sociales y las empresas de medicina prepaga.
Al frente de la presentación estuvieron las primeras cuatro firmantes, que fueron las diputadas Victoria Donda (Libres del Sur), Brenda Austin (UCR), Mónica Macha (FPV) y Romina del Pla (FIT).
«Tenemos la responsabilidad de que esta discusión se dé donde se tiene que dar, en el recinto, sin excusas. Es una discusión entre los que queremos aborto legal, seguro y gratuito, y los que quieren abortos clandestinos», dijo Donda.
En un cierre muy aplaudido, la diputada sostuvo que el proyecto tiene nombre y apellido: «Se llama María Campos, una madre de cinco hijos que murió la semana pasada en Santiago del Estero por un aborto clandestino».
Las expositoras anteriores afirmaron que se hacen 500.000 abortos clandestinos por año en el país, y reclamaron la producción estatal de misoprostol, la droga de uso traumatológico que utilizan muchas mujeres para abortar.
El único matiz en la presentación del proyecto se produjo cuando el diputado Daniel Lipovetsky (Pro), quien apoya la despenalización y estará a cargo de la coordinación del debate en comisión, destacó la mención del tema que había hecho el Presidente en la Asamblea Legislativa y sostuvo que la apertura de la discusión ya era un triunfo. «¡Queremos la ley!», le respondieron a los gritos.
Minutos después, al ser designado presidente de la Comisión de Legislación General, Lipovetsky confirmó que el tratamiento empezará el 20 de marzo, con una reunión conjunta de las cuatro comisiones a las que será girada la iniciativa.
En ese encuentro se definirá el cronograma de tratamiento, que, de acuerdo con los promotores de la reforma, debería llegar al recinto antes del comienzo del Mundial de fútbol de Rusia, el 14 de junio.
fuente LA NACION