Los sectores que integran el consejo directivo de la CGT no acordaron este jueves la fecha de convocatoria al Comité Central Confederal (CCC) para iniciar el proceso de renovación de la conducción de la central obrera, por lo que los dirigentes gremiales convinieron un cuarto intermedio hasta el 3 de mayo.
Luego de casi cinco horas de deliberaciones, en las que hubo quórum para sesionar, los sectores que integran el consejo directivo no alcanzaron un acuerdo para iniciar el camino de renovación y elección de una nueva conducción, por lo que la salida fue el «cuarto intermedio» hasta el 3 de mayo, cuando se profundizará el debate.
En una conferencia de prensa posterior a ese intenso intercambio, el secretario de Prensa y Comunicación, el dirigente del seguro Jorge Sola, negó de forma enfática que el consejo directivo haya incursionado en «el análisis de fechas y candidatos a integrar la futura conducción» y resaltó que los gremialistas analizaran diversos temas internos sobre el funcionamiento de la central y sobre la realidad político-económica.
Sin embargo, los 31 dirigentes del consejo directivo que garantizaron el quórum en el histórico edificio de Azopardo 802 «patearon para adelante» el inicio formal del proceso de unidad y solo convinieron continuar las negociaciones y discusiones en mayo próximo, según publicó la agencia Télam.
El gran triunfador de la jornada fue el gastronómico Luis Barrionuevo -exjefe de la CGT Azul y Blanca-, quien aunque durante semanas se encargó de difundir que no participaría en ningún armado obrero a futuro, impuso como nuevo miembro de consejo directivo a través de sus representantes al primer vocal titular, Luis Cejas (viajantes de comercio), como nuevo secretario de Interior de la conducción (un hombre de su riñón y uno de sus principales cuadros) en reemplazo del renunciante metalúrgico Francisco Gutiérrez.
«La CGT recuperó hoy su funcionamiento y normalidad y analizó en primer término el tratamiento de las renuncias de Gutiérrez y Pablo Moyano como secretarios de Interior y Gremial, respectivamente. Se aceptó la del dirigente metalúrgico y fue reemplazado por Cejas. Pero en el caso de camioneros se decidió enviar una carta a ese gremio para que la ratifique o no y para que confirme si lo reemplazará por otro hombre propio», dijo Sola.
Gutiérrez fue reemplazado por Cejas porque de forma oportuna la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Antonio Caló envió un escrito a Azopardo para renunciar al cargo.
En cambio, los camioneros aún no definieron de manera formal si la dimisión de Moyano fue personal o si determinará su reemplazo por otro hombre de la organización.
Llamó la atención que Sola bajase a ofrecer la conferencia de prensa en soledad absoluta, sin la compañía de ninguno de los triunviros o de otro dirigente de conducción.
El dirigente del Seguro -quien militó en el moyanismo-, indicó que la central sindical repudió «la situación que se vive en Brasil a partir de la realidad del expresidente Inacio Lula Da Silva», se solidarizó con los trabajadores de ese país y condenó «las declaraciones y el intervencionismo de las Fuerzas Armadas cariocas en ese proceso».
«La CGT repudia la situación judicial a la que es sometido el expresidente y considera que la realidad brasileña se corresponde con un golpe institucional», puntualizó Sola.
Además, el consejo directivo analizó un anteproyecto de ley de su autoría respecto a la Ley de Prevención de Riesgos del Trabajo y adelantó que en las próximas semanas se reunirán los cuadros técnicos de la central obrera con los funcionarios de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) y otras organizaciones del sector.
Pero la discusión de fondo, es decir, los tiempos de la renovación de una conducción que varios de sus integrantes ya consideraron «desgastada», no alcanzó coincidencias.
Sin embargo, Sola señaló a la prensa que «esa discusión no se agotó y, por lo mismo, se convino un cuarto intermedio hasta el 3 de mayo» próximo, por lo que expresó que «el triunvirato y el consejo directivo continúan funcionando y tienen mandato hasta 2020».
«No hubo discusión de fechas del Confederal y de convocatoria al Congreso Extraordinario que debe elegir nueva conducción. La futura central debe ser consagrada sobre la base de la representatividad, los objetivos que se propone y el futuro de país al que aspira. La CGT no es ni será oficialista pero apuesta al diálogo, porque el gobierno es el espejo -como siempre- del poder de turno. El Ejecutivo debe negociar con el movimiento obrero porque los trabajadores son otra de las patas del poder», explicó.
Sola añadió que la central obrera debe discutir su rol en esa estructura de poder porque representa «una pata de ese poder constituido en la Argentina», y señaló que habrá que debatir mucho para recién luego determinar «fechas de convocatoria y nombres».
Mientras tanto, continuarán las conversaciones entre todos los espacios sindicales en procura de integrar a «la mayor parte del movimiento obrero y unirlo», porque «es preciso no apurarse, ya que el apuro y el atolondramiento conduce siempre a errores», afirmó.
«El consejo directivo no analizó el tema paritario porque esa realidad le corresponde a cada gremio, que lo lleva adelante según su característica particular de actividad», dijo Sola, para quien «el diálogo o la discusión con el gobierno debe existir siempre».
Un tema que preocupa a los variados espacios sindicales que pugnan por ingresar al futuro consejo directivo es el tema de las organizaciones sociales y de los piqueteros.
Sola admitió que el consejo directivo se enfrascó en esa realidad porque «la estructura de los asalariados se modificó en el país», aunque reconoció que existen «matices».
En realidad, ni ‘gordos’ ni ‘independientes’ -mucho menos las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas- aceptarán incorporar al futuro consejo directivo a esos sectores.
Ramón Ayala, de ‘las 62’, ya fue terminante: «el histórico brazo político del sindicalismo peronista quiere volver a la central, al igual que otros sectores. Pero no aceptará compartir la conducción con espacios que no sean los sindicatos confederados».
Ello también será todo un debate y discusión, ya que mientras la CGT deliberaba hoy en Azopardo, Pablo Moyano, por ejemplo, recibía en su despacho del gremio camionero a Juan Grabois, jefe de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
Los dirigentes de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) y de ambas CTA (Autónoma y de los Trabajadores) aguardan con expectativa las resoluciones del consejo directivo obrero.
Varios dirigentes de esos espacios -que no integran el consejo directivo cegetista- opinaron que lo ocurrido en Azopardo fue «una barbaridad y aberración».
Sin embargo, aguardan expectantes, mientras el titular de la filial porteña de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), Daniel Catalano, sorprendió a todo el espectro gremial -en consonancia con el anuncio formulado por Hugo Yasky hace algunas semanas- y fue categórico al señalar: «hay que acortar los plazos y volver a la CGT».
Todo un anuncio y desafío, aún verde, que deberá aguardar definiciones orgánicas.