El gremialista Hugo Moyano, líder de Camioneros, denunció ayer ante la Justicia que fue amenazado de muerte.
Mientras avanzan distintas causas judiciales en su contra, Moyano informó en una presentación que el domingo pasado encontraron en una escalera de la sede del Sanatorio San Justo, perteneciente a la obra social de Camioneros, en La Matanza, 13 proyectiles calibre 9 milímetros dentro de un envoltorio semiabierto «compuesto de tres servilletas de papel».
Moyano afirmó en su denuncia: «Queda muy claro que el destinatario de la amenaza de muerte soy yo y que la intimidación pública está dirigida contra los miles de trabajadores que esperan de su dirigencia sindical acciones concretas para la defensa de sus derechos». Los delitos que denunció fueron «amenazas e intimidación pública».
Moyano firmó su presentación judicial junto con su abogado, Daniel Llermanos.En su escrito, el sindicalista detalló que quien encontró los proyectiles fue la enfermera de guardia María Ávalos, a quien pidió citar como testigo. El hallazgo, según la denuncia, fue cerca de las 13.15 en una de las escaleras de emergencia, entre la planta baja y el primer piso, del sanatorio.
En este marco, Llermanos pidió una inspección judicial del sanatorio y un peritaje balístico, mientras que Camioneros dispuso las cámaras de seguridad para identificar a los responsables del hecho.
Moyano afirmó en su escrito que lo sucedido debe enmarcarse en un «contexto»: que él denunció a altos funcionarios del Poder Ejecutivo y que hay «presiones» para llevarlo a la cárcel. Y dijo: «En los últimos seis meses se ha incrementado la persecución política en mi contra». El jefe sindical lo vinculó al reclamo de aumento salarial de su gremio. «Hay ejércitos de trolls financiados por el Ejecutivo e innumerables presiones a miembros del Poder Judicial para que me involucren en causas penales para llevarme a la cárcel», dijo.
En cuanto a los supuestos autores, según Moyano, «una posibilidad es que sea la mano sucia de los que pretenden precarizar a los trabajadores».
De acuerdo con el sindicalista, detrás de las investigaciones judiciales que avanzan en su contra existirían «manos sucias» buscando «desprestigiar y atemorizar» a los dirigentes políticos y sindicalistas. «Tengo la muy fundada sospecha de que la sociedad está siendo preparada y estimulada para descabezar los movimientos populares, a cualquier precio, aunque sea mediante intimidación pública con explosivos», afirmó.
Moyano dijo además que para este «mensaje mafioso» se emplearon «casualmente las mismas balas que emplea la policía y en un número idéntico al que almacenan los cargadores de las pistolas Browning 9 milímetros», que es un mensaje que tiene «olor a servicios de inteligencia» y que «el número 13 es en el lenguaje popular el símbolo de la desgracia y de la muerte».
fuente LA NACION