Juan Manuel Abal Medina , exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner, admitió ayer ante la Justicia que recibió dinero de empresarios para la campaña electoral. Lo reconoció a través de un escrito que presentó ante el juez federal Claudio Bonadio por el escándalo de los cuadernos de las coimas .
Por orden de Abal Medina, su secretario privado, Martín Larraburu, estuvo a cargo de transportar el dinero, que terminaba en la Casa Rosada, según las anotaciones de Oscar Centeno, el chofer de Roberto Baratta.
Los planes de Abal Medina cambiaron ayer al mediodía cuando Bonadio le mostró el material que contenían dos pendrives con información detallada sobre los ingresos y egresos de la campaña de 2013.
Su secretario privado anotó las iniciales de algunos nombres vinculadas a cifras entre las que aparecen Cristina Kirchner y Julio De Vido, entre otros dirigentes kirchneristas, informaron fuentes judiciales. Aunque no es preciso identificar si esos registros, obtenidos durante el allanamiento al domicilio de Larraburu, se refieren a aportes ilegales.
El exfuncionario kirchnerista desvinculó a su secretario privado -que permanece detenido- de cualquier responsabilidad, ya que «actuó de acuerdo a sus instrucciones generales», dijeron cerca del exjefe de Gabinete.
Abal Medina negó las acusaciones por coimas en el escrito que le entregó al juez. Se retiró de Comodoro Py cerca de las 16, en libertad. En su declaración, apuntó contra Baratta como la persona que «recolectaba» los pagos que realizaban los empresarios para financiar la campaña.
«Siempre entendí que dichos aportes de privados eran voluntarios y de ninguna manera exigidos bajo coerción», indicó Abal Medina en un comunicado. También dijo desconocer quiénes eran los empresarios que hacían los pagos y negó cualquier vinculo con ellos.
Sin embargo, la mayoría de los empresarios que declararon ante la Justicia por esta causa dijeron que eran presionados por Baratta para realizar millonarios pagos para gastos de proselitismo.
La campaña del Frente para la Victoria (FPV) en la provincia de Buenos Aires fue la más costosa ese año, aunque el dinero declarado ante la Justicia Electoral fue prácticamente simbólico.
El kirchnerismo declaró que la campaña legislativa que encabezó Martín Insaurralde costó $21 millones, pero según un relevamiento de la Cámara Nacional Electoral solo habría gastado la mitad en carteles publicitarios en la vía pública. El candidato de la campaña porteña del FPV fue Daniel Filmus.
El chofer Centeno escribió en agosto de 2013 que Larraburu recibió un pago de US$200.000 de «Armando» (en referencia al empresario Armando Loson), «que llevan luego a la Rosada». Dos meses después, Centeno anotó en su famoso cuaderno: «Entraron con Martín [Larraburu] y retiraron en cada lugar US$1 millón y se lo llevó Martín a Presidencia para entregar a Abal Medina».
El exjefe de Gabinete sostuvo que las anotaciones de Centeno «coinciden solamente con los tres meses que participé de la campaña electoral en 2013». Y agregó en el comunicado: «No hay ninguna otra referencia a mi persona fuera del espacio de tiempo de la campaña legislativa».
Las palabras de Abal Medina coinciden con el relato aportado por los empresarios arrepentidos, que repitieron que los pagos que se realizaban a pedido de Baratta eran aportes para campañas electorales. Sus palabras, incluso, fortalecen la hipótesis de que no fueron parte de ninguna asociación ilícita, como intenta probar el juez Bonadio en esta primera etapa de la investigación.
La declaración del exjefe de Gabinete de Cristina Kirchner le abre la puerta a Larraburu para presentarse como arrepentido. El secretario privado, de 35 años, podría ser el segundo funcionario kirchnerista en aceptar colaborar con la investigación (el primero fue Germán Nivello). La defensa de Larraburu mantuvo contacto con el abogado de su exjefe, informaron fuentes judiciales.
Las indagatorias ingresarán hoy en la última etapa. De Vido, detenido desde octubre, será trasladado desde el penal de Marcos Paz para declarar ante Bonadio acusado de ser uno de los supuestos organizadores de la asociación ilícita que recibía millonarios pagos. Lo más fuerte ocurrirá el lunes: será el turno de Cristina Kirchner.
fuente LA NACION