«Después de mucho pensarlo, voy a declarar y voy a decir todo» inició en tono pausado José López. Decidió hablar, declarar y «contar todo». Así lo dijo en el banquillo de los acusados en el juicio donde se lo acusa de enriquecimiento ilícito por la que lleva preso más de dos años.
En la madrugada del 14 de junio de 2016, López buscó esconder en el convento de General Rodríguez bolsos con casi 9 millones de dólares, 153.000 euros, 59.000 pesos y relojes Rolex.
Cuando inició el juicio, ante el fiscal Miguel Ángel Osorio, la secretaria del Tribunal leyó las acusaciones formuladas por el fiscal Delgado, y a continuación se escuchó la decisión del juez Rafecas, que dio por clausurada la instrucción.
Ambas lecturas coincidieron en un planteo: “hay prueba suficiente” para “tener por acreditado el enriquecimiento ilícito de López y de su mujer, y en particular la compra del terreno y la construcción de la casa ubicada en Dique Luján, el departamento de la calle Las Heras y la tenencia del dinero hallado en el Monasterio”.
López llegó a esta instancia por tres hechos: la posesión injustificada en su patrimonio del dinero de los bolsos. Horas previas al juicio, el juez Rafecas reiteró: “López admitió que ese dinero provenía de la política”.
Además, con el fin de enriquecer su patrimonio, se le atribuyó la compra y refacción de una casa en Tigre, que López decía alquilar y la justicia determinó que era de su propiedad. Fue registrada en calidad de testaferro, primero a Galera -hasta el año 2010- y después a nombre de Gutiérrez. La tasación oficial le otorgó un valor de 480.000 dólares a la propiedad.
También, el ex funcionario fue procesado por la compra del departamento de calle Las Heras 203. Allí habría utilizado como pantalla a la sociedad “Marketing y Eventos S.A.”, propiedad del empresario Carlos Gianni, y al abogado Marcos Artemio Marconi. El valor de la propiedad es de 110.000 dólares.
Pero de todo esto se corrió José López, el ex funcionario de Néstor y Cristina Kirchner que estuvo frente a la secretaría de obras públicas durante doce años. «Estuve limitado, no tuve libertad para elegir a mi defensa y esto quedó claramente evidenciado con mi primera defensora que me la pusieron», indicó en tono firme.
Temprano, a las 7 de la mañana el ex funcionario K llegó a los Tribunales de Comodoro Py. En la Sala AMIA, planta baja del edificio se realiza el juicio cuando sólo cuatro pisos más arriba su ex jefe directo, Julio De Vido, comenzaba a declarar acusado en la causa por los cuadernos de las coimas.
De campera marrón, camisa y pantalón claro, López fue enfático: «Voy a declarar porque quiero que se demuestre que no me enriquecí ilícitamente en la función pública, ni yo, ni mi esposa, ni ninguno de los miembros de mi familia. Poseo las mismas propiedades que cuando inicié».
Así, comenzó su indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1) integrado por los jueces Adrián Grünberg, José Antonio Michilini y Ricardo Basílico.
En esta misma línea, indicó que sus ingresos eran «consistentes y está a la vista en las declaraciones juradas presentadas ante la AFIP y la Oficina Anticorrupción (OA)». Dijo que éstas últimas las hacía él con su contador «mi esposa estuvo siempre al margen de la actividad laboral y política», dijo excusando a María Amalia Díaz de las acusaciones por enriquecimiento ilícito.
Fuente: clarín