El juez Ricardo Lorenzetti dejó la presidencia de la Corte Suprema de Justicia tras 11 años en el cargo y será reemplazado por Carlos Rosenkrantz , magistrado designado por el presidente Mauricio Macri apenas asumió.
Lorenzetti perdió el apoyo de sus colegas de la Corte en una votación cerrada en la que solo logró el apoyo de Juan Carlos Maqueda. En la otra vereda se alinearon Rosenkrantz,
Horacio Rosatti y Elena Highton .
La salida de Lorenzetti fue festejada en el Gobierno, donde desconfiaban del saliente presidente de la Corte. No obstante, tras la renuncia de Lorenzetti, el ministro de Justicia, Germán Garavano, declaró: «Destacamos y valoramos la gestión de Ricardo Lorenzetti durante los últimos años. Confiamos en el coraje y la vocación de servicio de las nuevas autoridades».
Cerca de Lorenzetti plantearon su salida de la presidencia como un alejamiento negociado y dialogado con Rosenkrantz y no como una derrota. En cambio, en otros despachos hablan de una pérdida de confianza de sus pares y de una necesidad de cambio.
Al dejar su cargo de presidente, Lorezentti dijo a Clarí n: «Es tiempo de dar un paso al costado», y agregó: «Los cargos no deben ser nuestro objetivo». Señaló que ahora se dedicará a la vida académica y «la actividad internacional» en temas ambientales «tan urgentes».
Lorenzetti dio a entender que el tiempo al mando de la Corte era suficiente. «Las personas debemos disolvernos en las instituciones», reconoció. Con la renuncia de Lorenzetti, asumirá Rosenkrantz el 1° de octubre.
La acordada 29 de 2018, firmada por los cinco jueces, registra la votación de este modo: Rosenkrantz propone a Highton como vicepresidenta, Highton propone a Rosenkrantz como presidente, Rosenkrantz adhiere a esa propuesta y Highton, a la de Rosenkrantz. Lorenzetti y Rosatti adhieren a la propuesta de ambos. Maqueda, que fue el único que en lo formal se desmarcó, propuso a Lorenzetti.
El espíritu que primó en quienes apoyaron a Rosenkrantz es cambiar el modo de conducción en la Corte y pasar de un estilo personalista a otro más participativo.
Le critican a Lorenzetti su alto perfil político y su imagen.
Lorenzetti, que llegó a la Corte propuesto por Néstor Kirchner a poco de asumir, tuvo una relación sinuosa con el kirchnerismo, en la que hubo momentos en que estuvo más cerca, hasta avalar en parte su versión de la ley de medios, y otros en los que se enfrentó al gobierno anterior para defender la independencia del Poder Judicial de las reformas que intentaron condicionarlo.
Al asumir Macri, Lorenzetti auspició un fallo que condicionaba al nuevo gobierno porque lo obligaba a devolver a Santa Fe y a San Luis 30.000 millones de pesos de la recaudación no coparticipable.
Con el Gobierno Lorenzetti mantuvo una relación cordial, aunque siempre se miraron con desconfianza. Dialogaron de manera permanente sobre temas institucionales, como el presupuesto, el pago del impuesto a las ganancias, la ampliación del horario judicial, la gestión del Poder Judicial, su informatización y sumarse al ajuste económico.
Elisa Carrió , una aliada del Gobierno en Cambiemos, fue la principal dirigente que cuestionó a Lorenzetti incluso con denuncias ante la Justicia por su actuación.
Apenas asumió, Macri quiso generar un efecto sorpresa con la designación por decreto de Rosenkrantz y Rosatti. La audacia de la idea de su asesor jurídico preferido, Fabián «Pepín» Rodríguez Simón, encontró un freno en el Senado. Finalmente, cuando se cumplieron los plazos juraron los dos jueces con acuerdo de la Cámara alta. Rosenkrantz, que proviene del mundo de las empresas, y Rosatti, con raigambre peronista, le dieron otro perfil a la Corte.
Lorenzetti, que ostentaba hasta entonces una hegemonía absoluta en el cuerpo, empezó a tener quien le hiciera sombra. Quedó inaugurada así una Corte con un nuevo perfil en el que cambiaron las mayorías.
Elena Highton, que de los jueces que habían quedado era la más cercana al kirchnerismo, fue salvada a último momento por el macrismo y le evitaron que tuviera que dejar el cuerpo por alcanzar los 75 años. Ahora asoció su voto al de Rosenkrantz y Rosatti para desbancar a Lorezentti.