Al terminar este año, el incremento anual de las jubilaciones será del 28,4%, con un haber de 9307,4 pesos. Si se compara con la inflación, 2018 registrará una notable pérdida del poder adquisitivo.
Sin embargo, los haberes jubilatorios se recuperarán casi en su totalidad el año próximo, según estimaciones de Juan Luis Bour, director y economista jefe del estudio FIEL.
Luego de la aplicación del cálculo de actualización de haberes jubilatorios fijado el año último por una ley del gobierno de Mauricio Macri, las jubilaciones aumentarán un 40,1% durante todo 2019, con lo cual la mínima quedaría en 13.038,5 pesos.
El índice de inflación que prevé la consultora para este año es de 47%. Si el incremento jubilatorio es de 28,4% entre enero y diciembre, la pérdida del poder adquisitivo en términos reales será de 13%, según FIEL.
En contrapartida, en 2019 se prevé una inflación del 25% (23%, según el presupuesto nacional), pero un aumento jubilatorio de 40%. Por lo tanto, los haberes ganarían un 12% en términos reales.
Esto es así porque la inflación de 2018 arrastrará al alza las jubilaciones del año próximo, que se actualizan sobre la inflación del último trimestre.
«En este escenario de inflación más alta que la prevista, que era de 25%, claramente somos conscientes de que las jubilaciones perdieron poder adquisitivo en 2018», señaló a LA NACION una fuente allegada al director de la Anses, Emilio Basavilbaso. Sin embargo, el organismo no suministra proyecciones.
Con el anterior mecanismo de cálculo, que se obtenía con un promedio de recaudación tributaria y de los aumentos salariales, con base semestral y no trimestral, en 2018 las jubilaciones hubieran terminado unos cinco puntos por encima, alrededor de 33% de suba, según estimaciones de FIEL.
Por ahora, el Gobierno no prevé el otorgamiento de un bono para compensar esa baja.
Según la reforma previsional de diciembre de 2017, el mecanismo de cálculo para los aumentos de todas las prestaciones sociales se compone de un 70% sobre el índice de
precios al consumidor (IPC) y un 30% del Ripte (Remuneración Imponible Promedio de los
Trabajadores Estables), que es el promedio de los salarios registrados.
Las prestaciones sociales comprenden las jubilaciones, la Asignación Universal por Hijo (AUH), las asignaciones familiares y las pensiones no contributivas. La Anses paga 18 millones de prestaciones. Y las actualizaciones son cuatro veces al año: marzo, junio, septiembre y diciembre.
Si se mide la masa del gasto en prestaciones sociales, en 2018 se pagarán $1,68 billones, mientras que en 2019 el total será de 2,26 billones, por lo cual el incremento de las partidas será de 34,4%.
Desde septiembre último, la jubilación mínima se ubicó en $8673,13 y según estimaciones de FIEL, en diciembre aumentará un 7,8%, esto es a $ 9307,4. Había arrancado el año en $7246,64. El aumento anual será de 28,4%, índice que rige para todas las escalas jubilatorias.
El próximo aumento previsto será en marzo de 2019 y sería del 12,2%, con lo que fijará el haber en $10.442,9; luego, en junio se incrementaría el 10,8%, con lo cual la mínima se ubicaría en $11.566,5; en septiembre subiría un 6,9% hasta alcanzar los $12.361,1, y en diciembre del año próximo la suba se estima en 5,5%, para quedar en $13.038,5.
«En términos interanuales prevemos una caída de la jubilación real hasta mayo. Desde junio empieza una recuperación que es muy fuerte (siempre en términos interanuales) entre septiembre y diciembre (poco más de 11% anual)», dijo Bour. En términos mensuales, los aumentos trimestrales empiezan a ganarle a la inflación desde diciembre (antes eran aumentos en marzo y septiembre). Desde marzo el aumento será más fuerte.
Fallo
En tanto, en el Gobierno preocupa el inminente fallo de la Corte Suprema sobre el «caso Blanco», que podría ser adverso para la Anses. El conflicto se planteó sobre qué índice usar para el recálculo de los haberes previsionales.
El motivo del pleito fue que la Anses pidió que los jueces no recalculen haberes con el Índice de Salarios Básicos de la Industria y la Construcción (Isbic), sino sobre la base del Ripte. Eso implicaba llevar los haberes a la baja al momento de la jubilación. Para quienes aceptaron y cobran sus haberes según la reparación histórica, la decisión de la Corte no cambiará nada. El tribunal se enfocó en el caso del jubilado Lucio Blanco. En 2003 se le calculó una jubilación del 42% del último salario; con el Ripte esa relación se elevaría al 53% y con el Isbic, al 56%.
El fallo de la Corte favorecería a Blanco y el impacto fiscal no está calculado porque no se sabe cuántos juicios sobrevendrían y sus diferentes características.
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