Los dos llegaron al Senado en 2013 como socios de Elisa Carrió, pero tras cinco años de deriva política terminarán sus mandatos en las antípodas de aquella oferta electoral. Esta es la historia de Fernando Solanas (Proyecto Sur-Capital) y Magdalena Odarda (RIO-Río Negro), los nuevos aliados de Cristina Kirchner en la Cámara alta.
La derrota hacia las orillas kirchneristas de ambos senadores comenzó a cristalizarse en los últimos meses, empujados por los vientos de la crisis económica y por una cerrada oposición al gobierno «neoliberal» de Mauricio Macri.
El que más claro dejó su acercamiento fue Solanas. «Estamos trabajando por un grandísimo frente sin exclusiones y eso incluye a Cristina, queremos un frente patriótico», declaró hace dos semanas, rodeado de senadores del FPV, en un encuentro con el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá.
Odarda, por su parte, no esconde su intención de armar un frente electoral en Río Negro con Martín Soria, el filokirchnerista intendente de General Roca y rival interno de Miguel Pichetto. «Hay que evitar que la provincia se pinte de amarillo», afirma para justificar su coqueteo político con el joven dirigente.
El apoyo al kirchnerismo ya tuvo gestos concretos. Los dos senadores colaboraron en dejar sin quorum la sesión del martes último, en la que Cambiemos intentó tratar el desafuero de Cristina Kirchner pedido por el juez Claudio Bonadio. En agosto, ambos habían manifestado su rechazo a los allanamientos a la expresidenta.
Como suele ocurrir con los armados políticos liderados por Carrió, las rupturas de ambos legisladores fueron traumáticas, historias de amores no correspondidos.
El divorcio de Solanas y la líder de la Coalición Cívica fue público y con escándalo, y tuvo como tercero en discordia a Macri. Muchos todavía recuerdan el acto de agosto de 2014 en el que Carrió agarró su cartera y se retiró mientras el cineasta criticaba, micrófono en mano, un eventual alianza con Pro.
Aquel desplante significó la explosión por los aires de UNEN, frente con el que ambos habían llegado al Congreso un año antes. Carrió, en la boleta de diputados. Solanas, en la de senadores. Si bien el cineasta ya tenía su nombre en la política, dos años antes había fracasado en su intento por entrar a la Cámara baja. En sociedad con la temperamental líder de la CC logró entrar al Senado.
Por aquel entonces Solanas era un implacable crítico de Cristina Kirchner. «Creo sinceramente que la Presidenta es una impostora, una ignorante o una hipócrita», había afirmado a un diario rosarino.
«Cristina fue protagonista, junto a su marido, de un armado de retornos de sobreprecios de la obra pública espectacular; por eso, que no se hagan los otarios, sabemos todo el sistema: era de 10% la cometa y pasó a ser del 20 o 30%», dijo a otro diario del interior hace dos años.
Sin embargo, mucha agua pasó bajo el puente desde entonces. «Cristina está siendo víctima de una persecución judicial, hay una vocación por hacerle el mayor daño posible», afirmó, hace diez días, un Solanas versión 2018.
Video y renuncia
La ruptura de Odarda con Carrió, en tanto, fue menos espectacular y más cercana en el tiempo. Si bien la rionegrina nunca apoyó la alianza con Macri, la relación se rompió en octubre del año pasado.
«No se confundan, yo soy de Cambiemos, no soy Coalición Cívica», fue la frase que usó Carrió para desautorizar el uso de su sello con un discurso crítico al Gobierno que hacía Odarda durante la campaña legislativa. La rionegrina interpretó el mensaje y abandonó la conducción de la CC de Río Negro, sitial desde el que había sido una implacable crítica del kirchnerismo.
Tras la separación no pasó mucho tiempo en orbitar la galaxia K, atraída por los cantos de sirena de Soria. Así, primero se los vio juntos en la Fiesta de la Manzana y, en junio último, compartieron foto en el despacho del intendente de General Roca y número puesto como candidato a gobernador del PJ en 2019.
Ese acercamiento se convirtió en una alianza por ósmosis con el FPV. «Se violan las más elementales reglas republicanas del debido proceso», se quejó la senadora en un comunicado de prensa, al justificar su ausencia en la sesión en la que se aprobaron los allanamientos a la expresidenta.
La alianza con Soria todavía no está cerrada, pero Odarda se muestra optimista. Antes deberá sortear la resistencia que genera en sectores del PJ que no le perdonan la lista colectora que le permitió a la UCR ganar la intendencia de Viedma cuatro años atrás.
fuente LA NACION