En una inusual inspección, una misión de cinco técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó en forma detallada la semana última la manera en que la AFIP recauda impuestos en nuestro país. Lo hizo como parte del programa que el organismo firmó el 26 de septiembre último con el gobierno de Mauricio Macri para acordar un crédito stand-by por 57.100 millones de dólares.
Según confiaron a LA NACION fuentes sindicales del organismo recaudador que dirige Leandro Cuccioli, la sorpresiva misión visitó la sede central de la AFIP , en Hipólito Yrigoyen y Balcarce, en el microcentro, y la agencia Nº 56, de Vicente López, provincia de Buenos Aires.
Los técnicos del FMI también visitaron otros ministerios y dependencias oficiales para supervisar la administración.
Los funcionarios de la agencia de Vicente López recibieron la llamada de Cuccioli horas antes de la visita del FMI. El propio director de la AFIP les pidió que atendieran a los técnicos del Fondo Monetario, según contaron luego funcionarios, que se mostraron sorprendidos por una visita sin precedente.
El principal objetivo que exhibieron los técnicos del organismo internacional fue revisar los mecanismos de la recaudación, las deudas de los contribuyentes y las ejecuciones judiciales, entre otras demandas.
Consultadas por LA NACION, las fuentes oficiales de la AFIP dijeron que «la misión del FMI vino en el marco del programa que se firmó con la Argentina y de ningún modo tuvo acceso a datos sensibles del organismo recaudador».
Cerca de Cuccioli pusieron de relieve que el único autorizado para pedir datos sensibles es un juez para investigar a un sospechoso de fraudes fiscales y delitos económicos o corrupción pública.
«El Fondo Monetario estuvo en la sede central de la AFIP por varios días, al igual que estuvo en otros ministerios por el programa firmado con el organismo, y en ese contexto lo único que le importa al Fondo sobre la AFIP es cómo se recauda», señalaron voceros de la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Datos sensibles
«Se los llevó a dos agencias de la AFIP y se mostró cómo se trabajaba, y no tuvieron acceso a ningún dato sensible; solo se les mostró como se trabajaba», señalaron las fuentes consultadas por LA NACION.
En tanto, los funcionarios técnicos de la agencia de Vicente López contaron luego a sus dirigentes gremiales que los cinto técnicos del FMI no se metieron directamente en los sistemas de la AFIP, porque para eso deberían haber tenido las claves.
Si bien no se llevaron información que revistiera secreto fiscal, preguntaron y se llevaron información estadística, como cuántas verificaciones, inspecciones, cobranzas judiciales, ejecuciones fiscales o diligencias hacía la agencia en cuestión.
Preguntaron además cuánto personal había y a qué se dedicaba, algo que, según dirigentes gremiales, nunca había ocurrido.
Las preguntas de los enviados del FMI causaron sorpresa y cierto malestar en los funcionarios técnicos intermedios del organismo recaudador. Dicen que tenían información previa sobre todos los sistemas y las denominaciones de los sistemas, probablemente por su anterior visita a la sede central.
Bien informados
Una de las cosas que más extrañaron a los técnicos de la AFIP fue que los enviados tenían previamente el vocabulario exacto de la nominación de todos los sistemas de la recaudación, verificaciones, cobranzas judiciales y deudas de los contribuyentes con la AFIP. Pidieron datos acerca de cómo funcionaban el sistema, el mecanismo de juicios y otras operaciones.
El equipo de cinco funcionarios del FMI estaba compuesto por un funcionario mexicano, uno belga, uno chileno, uno centroamericano y otro argentino, pero los inspectores del FMI, que tenían domicilio en Washington, no dejaron sus tarjetas ni mostraron sus credenciales.
Si bien habitualmente en los acuerdos con el FMI siempre existen cláusulas de colaboración, las preguntas y las indagaciones de estos técnicos fueron mucho más allá de lo habitual, según los sindicatos de la AFIP. «No entendimos por qué vinieron ni qué pasó.
Miraban los sistemas, pero nadie les dio las claves, porque las claves de los sistemas son secretas», dijo un dirigente sindical que tuvo acceso a la información sobre el operativo.
fuente LA NACION