El resultado de las elecciones en la provincia de Neuquén despertó el entusiasmo en el interior del Alternativa Federal. Hubo dos perdedores claros detrás de las candidaturas de Cambiemos y Unidad Ciudadana: Mauricio Macri y Cristina Kirchner. El perjuicio doble, si se traslada a la escena nacional, dejó ileso al espacio de Massa, Urtubey, Pichetto y los gobernadores. No solo eso. Generó expectativa. Fue, según entienden en el peronismo federal, una muestra de lo dañada que están las imágenes del Presidente y la ex jefa de Estado.
La diferencia de 14 puntos entre el gobernador Omar Gutiérrez y el candidato de Unidad Ciudadana Ramón Rioseco resultó ser un duro golpe para el kirchnerismo y para Cristina Kirchner. La ex mandataria se metió de lleno en la campaña, respaldó la fórmula del ex intendente de Cutral Co junto al diputado Darío Martínez y grabó un spot de apoyo en la antesala de la elección. Apoyó con convicción un proyecto que se diluyó en el atardecer del domingo.
En el Instituto Patria había expectativa sobre el posible resultado de la elección en Neuquén. Consideraban que podían dar un batacazo. Así lo marcaban las encuestas que consumieron. Se equivocaron todos. La jugada estratégica no tuvo un buen resultado. El armado provincial que gestó el ex secretario de la presidencia Oscar Parrilli se quebró dos horas después de cerrados los comicios. Para ese entonces en el búnker K ya advertían la dura derrota y en Buenos Aires los dirigentes del peronismo enfrentado a Cristina Kirchner analizaban el resultado como un beneficio para el proyecto que impulsan.
«Es un golpe fuerte para Unidad Ciudadana y debería potenciar el proceso de construcción de Alternativa Federal», reflexionó un legislador que contribuye en el armado del espacio. Otro dirigente que se convirtió en una pieza clave en la estructura peronista fue más enfático: «Si avanzamos bien estamos para dar el batacazo y dejar tercero a Cambiemos». En Alternativa Federal renovaron expectativas e ilusiones. El primer test electoral del año les dejó una señal que entendieron como positiva. Un nuevo impulso para crecer en medio de la grieta y ante el rechazo que concentran Macri y Cristina.
La hipótesis de que Cambiemos quede en un tercer lugar está fundada en las encuestas que marcan el amplio rechazo a la gestión de Macri y el aumento de la imagen negativa del Presidente. Sumado a la compleja situación económica y las fracturas internas de la coalición, la posibilidad de una derrota del jefe de Estado es analizada con mayor seriedad dentro de Alternativa Federal. Poco más de cuatro meses atrás pensaban que era difícil vencerlo. Los indicadores de gestión hoy les dan la oportunidad de creer que pueden ganarle.
La elección de Neuquén fue una muestra de debilidad que el Gobierno solo supo soportar con resignación porque le preocupaba más el triunfo del candidato de Cristina que la posición del candidato de Cambiemos. Horacio «Pechi» Quiroga quedó en el tercer lugar, 25 puntos por debajo de Omar Gutiérrez, el ganador. La derrota de Macri también encendió luces de alerta en Alternativa Federal. Sus dirigentes están convencidos de que el Presidente está haciendo equilibrio para no caer el precipicio y que los argentinos ya no le renovarán la confianza como lo hicieron en el 2017. En base a esa tesitura comprenden que deben acelerar las definiciones sobre las candidaturas.
Los golpes que recibieron Macri y Cristina reabrieron el sendero del medio que el peronismo federal está dispuesto a caminar, pese a las negociaciones paralelas que los gobernadores llevan en cada provincia con el kirchnerismo. Ese camino del medio ya no está solo anclado en la construcción de una alternativa, sino en la necesidad de encauzar una nueva estructura política donde Cristina Kirchner no sea la líder del espacio. En toco caso, la unidad ampliada con Unidad Ciudadana será un tema de debate al final del camino.
El pedido de unidad a Sergio Massa y los gobernadores que salió desde el Congreso del PJ parece no haber cambiado la dinámica de las negociaciones políticas. Existen llamados, cafés y promesas de acuerdos entre dirigentes del kirchnerismo y el peronismo. Por ahora, solo eso. Mientras tanto, el calendario avanza y en Alternativa Federal comprenden que hay que encauzar los esfuerzos detrás de un nombre propio.
El candidato que más adeptos ha ganado en las últimas semanas es Roberto Lavagna. Aún más después de confesar que tenía intenciones de jugar su carta en el tablero electoral. El ex ministro de Economía mantiene el perfil bajo y las reuniones semanales. La última fue este lunes con el conductor Marcelo Tinelli, que durante el fin de semana resaltó la importancia de que crezca un tercer espacio político entre Cambiemos y Unidad Ciudadana.
El reloj avanza y el tiempo de las definiciones se acerca. Cada elección provincial será una señal de aprobación o desaprobación atada a las figuras de Macri y Cristina. La próxima elección es Río Negro. Y el kirchnerismo, otra vez, sueña con patear el tablero y lograr la gobernación de la mano de Martín Soria. En el peronismo federal esperan, agazapados, el resultado de los comicios. En medio de las señales electorales intentarán lograr, finalmente, el volumen ansiado para la competencia presidencial.
fuente INFOBAE