En una elección con alta incertidumbre, la provincia de Santa Fe se transformará este domingo en una caja de resonancia de la disputa nacional, luego del cierre de las alianzas electorales de esta semana. Es que, por primera vez en el año, la provincia será el escenario privilegiado de los aliados de los principales binomios presidenciales más competitivos. Sobre todo para la fórmula de Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey: su aliado el senador Antonio Bonfatti buscará retener la gobernación en manos del socialismo.
Al igual que en 2015, la competencia está abierta y el Frente Progresista Cívico y Social podría perder el poder en manos del peronismo unido después de 12 años. En un escenario de creciente politización y polarización, los candidatos a gobernador resisten a las fuerzas centrífugas del calendario electoral y confían en mantener la competencia en términos «provinciales».
En las primarias del 28 de abril, el justicialista»Frente Juntos» arrastró el apoyo de 704.168 electores, un 39,90% del total de los votos de la elección. La fórmula encabezada por Omar Perotti y Alejandra Rodenas se impuso sobre la de María Eugenia Bielsa (13,5%), quien perdió la interna frente al senador nacional. En cambio, el candidato que obtuvo la mayor cantidad de preferencias fue Bonfatti, cuyo espacio obtuvo un 28,92% de los sufragios, casi 11 puntos por debajo de la sumatoria de votos del peronismo. En tercer lugar quedó el radical e intendente de Rosario José Corral, alineado con el Gobierno nacional, que consiguió el 18,30% de las voluntades.
Con ese resultado quedó lejos el escenario de los tres tercios de 2015, cuando Cambiemos estuvo cerca de obtener una victoria con el humorista Miguel del Sel como figura central.
De cara al domingo, el principal desafío de Perotti es lograr mantener el 39% obtenido entre las dos listas de las PASO, lo cual no será una tarea sencilla. Los votos de perfil progresistas de María Eugenia Bielsa -históricamente crítica y rival de Perotti- podrían fugarse hacia otras opciones de la oferta política.
La estrategia «catch all» (atrapa todo) fue el camino que siguió el dirigente justicialista. En su apuesta por la unidad, el senador nacional mantuvo un equilibrio equidistante ante cada una de las tendencias del peronismo. La apuesta hizo dejar atrás los viejos roces con la ex presidente Cristina Kirchner, quien en el pasado tendió a apoyar a dirigentes locales de su riñón en vez del PJ tradicional, como el diputado nacional Agustín Rossi. Pragmático, su orientación lo acerca más a los jefes del PJ no kirchnerista, que se desperdigaron en este proceso electoral en las alianzas nacionales que impulsan a Alberto Fernández y Roberto Lavagna.
En este escenario, el rol de los gobernadores empezó a cotizar de cara a las elecciones nacionales. El cierre de alianzas nacionales dejó tres fórmulas mixtas con ADN peronista, tras el desembarco de Miguel Ángel Pichetto al elenco político de Mauricio Macri. Así, la opción por Fernández-Fernández dejó de ser el único camino posible para los mandatarios que se mantuvieron alejados del kirchnerismo y evitan quedar en uno de los polos de la «grieta».
Por esta horas, tanto Miguel Ángel Pichetto como Juan Manuel Urtubey aspiran a que los líderes provinciales, al menos, no se jueguen por el binomio del «Frente de Todos» y lleven una boleta corta sin candidatos presidenciales. Ese sería el caso de los electos Omar Gutiérrez (Neuquén), Hugo Passalacqua (Misiones) y Arabela Carreras (Río Negro).
En el caso de Santa Fe, es conocida la resistencia histórica de Perotti a la figura de la ex presidente. Pero un deseo rupturista con «Los Fernández» estaría limitado por su alianza comprometida con el kirchnerismo. Sergio Massa y Alberto Fernández están expectantes con el resultado.
«El peronismo está en un solo lugar y logró superar los nombres propios. Lo de Urtubey y Pichetto no fue inocuo. Uno de los puntos programáticos acordados de nuestro frente en Santa Fe es apoyar al candidato del PJ nacional, y ese candidato es Alberto Fernández«, afirmó a Infobae una de las figuras centrales de la unidad peronista local.
En la misma clave, en el entorno de Roberto Lavagna definieron que no capitalizaránuna eventual victoria de Antonio Bonfatti, aunque se trate del primer test electoral de su armado. «Es una elección del socialismo. Roberto es muy respetuoso del trabajo local, no esperamos nacionalizarlo ni hacer bandera», señalaron a este medio sus voceros. En contraste, el ex ministro de Economía estuvo concentrado este jueves gris y lluvioso en su gira de campaña por la ciudad balnearia de Mar del Plata. Es la primera actividad tras la confirmación de su flamante compañero de fórmula.
Como en el resto de la campaña, lo previsible es que brillen por su ausencia los apoyos de las figuras nacionales. Al ser un resultado es incierto, las alianzas locales buscan evitar errores no forzados producto de la polarización y pagar el costo político con alguna identificación ajena a la coyuntura santafesina. Y en los equipos de campaña presidenciales tampoco quieren ser asociados al desenlace de sus lugartenientes provinciales. Sobre todo para la Casa Rosada, que espera un derrota segura.
Aún en esas circunstancias, José Corral aprovechó la integración de Miguel Pichetto a la fórmula junto a Mauricio Macri y pidió a los simpatizantes del PJ a que apoyen su candidatura a gobernador.»A todos los peronistas que quieren un país republicano, que creen en el legado de la democracia, los convoco a que nos voten el domingo«, afirmó. Si volvemos al pasado con Perotti, porque todos sabemos del apoyo de Cristina», agregó en declaraciones radiales.
Por fuera de la disputa nacional, los comicios de Santa Fe también podrían traer otras sorpresas. Hubo un doble resultado inesperado para la intendencia de Rosario: el radical Pablo Javkin (19,77%) le ganó las PASO a la socialista Verónica Irizar (17,98%), tras 30 años de gobierno de ese espacio. Sin embargo, el candidato más votado fue Roberto Sukerman, que obtuvo 113.084 votos (23%). Cambiemos obtuvo con Roy López Molina el 13,03% de los votos y le ganó la interna al al radical Jorge Boasso, que arrastró el 8,17 por ciento. Juan Monteverde, de Ciudad Futura, juntó también un importante caudal de 54.184 votos.
Lo cierto es que los comicios estarán reñidos entre Javkin o Sukerman. Sea sea quien gane de ellos, la ciudad cambiará de color político. Será un día muy recordado si se impone la oposición: el PJ no gobierna la ciudad más populosa de Santa Fe desde 1976.
fuente INFOBAE