La tasa de desempleo del 10,1% que dio a conocer la semana pasada el INDEC, y registró una cifrar récord que no se veía desde el 2006, no es la única mala noticia para el mercado laboral argentino. La radiografía del empleo resulta ser mucho más preocupante: el 49,3% de la población activa se encuentra ocupada en el sector micro-informal de la estructura productiva y dentro de este grupo de argentinos el 81,7% tiene un empleo de baja calidad, el 75,9% carece de aportes del sistema de seguridad social y en promedio recibe salarios de 10.283 pesos mensuales, un sueldo que ubica a un jefe de hogar al borde de la pobreza.
Los datos abrumadores de la situación laboral en la Argentina surgen de la última encuesta del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) sobre el panorama del empleo en la Argentina en el 2018 y revelan que en los últimos años siguió aumentando la proporción de ocupados en el sector micro informal de la estructura productiva (actividades laborales autónomas no profesionales o llevadas a cabo en pequeñas unidades productivas de baja productividad, alta rotación y baja o nula vinculación con el mercado formal).
Según el último informe de la UCA, al que tuvo acceso exclusivo Infobae, a finales de 2018 los ocupados en el sector público representaban el 14,9% (se incluye tanto a los empleados que cubren las necesidades operativas del Estado como a los trabajadores que contraprestan en los programas de empleo directo), y solamente el 35,8% de los ocupados realizaban actividades en el sector privado formal (actividades laborales profesionales o en unidades económicas de media o alta productividad e integradas a los mercados formales).
En el 2018 el 81,7% de los trabajadores del sector micro-informal tenían un empleo precario o un subempleo inestable, mientras que este empleo de baja calidad solo lo presentaron el 24,8% de los trabajadores del sector formal y el 12,6% de los del sector público.
«El parate en el mercado laboral sumado a la crisis cambiaria y a la inflación generaron en los últimos años un incremento del mercado laboral informal», expresó a Infobae Eduardo Donza, el investigador a cargo del trabajo de la UCA sobre la situación del empleo en la Argentina.
Esto explica que la situación del empleo informal se agravó sustancialmente en la Argentina en el último año: mientras que en el 2017 había un 47,9% de trabajadores en situación precaria en el 2018 este grupo pasó a ser el 49,3% de la población económicamente activa del país.
¿Cuáles son los factores que inciden en la inserción de un empleo pleno de derechos en la Argentina?
Según los datos del estudio del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, los trabajadores del sector público presentan 2,5 veces más de probabilidades de poseer un empleo pleno que los trabajadores del sector privado formal. Esta probabilidad disminuye un 86% si los trabajadores pertenecen al sector micro-informal de la estructura productiva. Y los trabajadores de hogares de nivel medio bajo poseen un 31% menos de probabilidades de estar en un empleo pleno, pero esta posibilidad disminuye en un 65% y un 84% si poseen nivel socioeconómico bajo o muy bajo.
La brecha salarial entre un trabajador del sector formal y un empleado no registrado es abismal: mientras que un trabajador que esta en el mercado laboral pleno recibió en el 2018 un promedio de 24.985 pesos mensuales el empleado de la economía informal sólo obtuvo $10.283. Esta brecha se mantiene relativamente constante en todo el período analizado ya que el 26,4% de los trabajadores del sector micro-informal se declaran asalariados, mientras que el componente no asalariado representa el 73,6% de estos puestos.
La mayor parte (52,5%) de los trabajadores del sector micro informal tienen trabajos de cuentapropistas mientras que el 20,3% tiene un trabajo en relación de dependencia pero sin recibir aportes. El 14,9% pasó por empleos temporales.
La clase media argentina parece haber sido castigada en el último año. Según el estudio de la UCA, en el 2017 había un 13% de sectores de clase media que estaban con empleos no registrados. Pero en el 2018 este sector saltó al 17,3% del universo de los trabajadores de empleos informales.
Todo esto explica también una parte importante del trabajo que realizó el Observatorio de la Deuda Social en relación al impacto que todo esto tuvo en los hogares argentinos.
«Es importante observar que el 74,8% de los ocupados del 25% de los hogares de más bajo nivel socioeconómico desarrolla actividades en el sector micro-informal, mientras que en el 25% de los hogares de mayor nivel socioeconómico esto se reduce a sólo el 17,3%», explicó Santiago Poy, otro de los investigadores a cargo del estudio de la UCA.
En general, los factores objetivos del escenario laboral son más adversos para los trabajadores del sector micro-informal: el 75,9% no cuentan con aportes jubilatorios y el 51,3% no posee cobertura de salud nominativa. Al mismo tiempo, el 30% estuvo desempleado por lo menos una vez en el último año, el 13,2% declararon una antigüedad menor a un año y el 45,1% demanda más horas de trabajo. Pero también las condiciones psicosociales son más endebles en los trabajadores del sector micro-informal: el 23% presenta malestar psicológico, en el 24,1% se observa un afrontamiento negativo ante los problemas, el 16,6% expresaron sentirse nada o poco felices y el 14,1% tienen creencia de control externo.
En este sentido, Poy remarcó a Infobae que el nivel socioeconómico del hogar típico argentino es el factor que más incide en las limitaciones de inserción en trabajos de calidad. «La probabilidad de ocuparse en el sector microinformal aumenta 13,5 veces al comparar a los trabajadores de hogares de nivel socioeconómico muy bajo con los del nivel medio alto, anulando el efecto de las otras variables», añade este investigador de la UCA.
También el lugar donde viven los trabajadores tiene una incidencia importante a la hora de buscar un trabajo. Los empleados habitantes del Conurbano bonaerense presentan 1,8 veces más de probabilidades de encontrarse ocupados en unidades productivas del sector micro-informal que aquellos trabajadores residentes en la Ciudad de Buenos Aires. Esta brecha es similar al comparar los trabajadores residentes en otras grandes áreas metropolitanas y los del resto urbano del país con los de la Ciudad de Buenos Aires, la probabilidad de que se encuentren en el sector micro-informal aumenta 1,8 y 1,6 veces, respecto a la de estos últimos.
El estudio que realizó el Observatorio de la Deuda Social de la UCA sobre Heterogeneidad y fragmantación del mercado de trabajo en Argentina se hizo sobre 5.800 casos en aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más en todo el país.
fuente INFOBAE