Mauricio Macri llegó esta madrugada desde Zürich, la última escala de su exitosa gira internacional, y luego de descansar por unas pocas horas en la Residencia de Olivos se dirigirá a la Casa Rosada para participar de la primera reunión de Gabinete donde el tema casi excluyente será el histórico acuerdo Mercosur-Unión Europea, verdadera plataforma de una nueva era para la integración de la economía argentina en el mundo, no exenta de desafíos.
Está prevista la presencia de Jorge Faurie, el emocionado canciller que coronó más de 20 años de tortuosas negociaciones desde el bloque que conoce desde su misma conformación, ya que fue el primer director de Mercosur del Palacio San Martín. El sueño de este acuerdo nació poco tiempo después, pero siempre se trató de algo parecido a un imposible, ya que las estructuras de algunos países de la Unión Europea, como el caso de Francia, hacían imposible una apertura que beneficiara a ambas partes.
La expectativa es que, después de Gabinete, Faurie y el ministro de la Producción y el Trabajo, Dante Sica, brinden una conferencia de prensa para dar detalles del acuerdo. Hasta se especuló con que el propio Presidente se dirija ante la opinión pública para darle relevancia al esfuerzo realizado bajo su liderazgo, tal como se lo reconocieron otros líderes europeos, entre ellos el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. Sin embargo, nada se pudo confirmar al respecto.
Las redes sociales de Macri estuvieron muy activas desde Osaka, Japón, mostrando el backstage del G20, instantes privados perfectamente editados para demostrar la familiaridad de Macri con Donald Trump, Angela Merkel, Emmanuel Macron, Sebastián Piñera y el mencionado Sánchez, con los que mantiene un trato habitual vía Whastapp.
Antes de tomar los vuelos, y ante las duras críticas que recibió desde el Frene de Todos el acuerdo alcanzado, circuló la declaración del frenteamplista ministro de relaciones exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, «el Mercosur ha logrado el acuerdo comercial más importante del mundo, porque tiene 800 millones de personas y en Europa no hay ningún acuerdo que junte 32 países».
Exultante, al regresar a Montevideo desde Bruselas, Nin Novoa habló con los medios de su país donde hizo un relato que demuestra el involucramiento que tuvieron los gobiernos kirchneristas en el tema. Dijo que «hay que decirlo sin falsa modestia que todo comenzó por Uruguay con una visita del presidente Vázquez a la ex presidenta Rousseff de Brasil en el mismo año que asumimos, después vino el cambio de gobierno en Argentina, tuvimos una reunión con la Unión Europea y con el Gobierno anterior argentino, el ex canciller Héctor Timerman de la presidencia de Fernández y cuatro años después, luego de innumerables negociaciones y mucho trabajo, con un equipo de la cancillería (logramos cerrar este acuerdo que significa) una oportunidad que viene acompañada de muchas responsabilidades, de cuidado del medio ambiente, de normas laborales, por lo estamos realmente muy satisfechos por este logro».
Igualmente eufórica fue la postura que expresó el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien en su cuenta de Twitter expresó: «Celebramos el acuerdo comercial alcanzado por la UE y el Mercosur, organismo que tiene a Bolivia como miembro en proceso de adhesión. Es importante trabajar juntos en complementariedad y solidaridad en beneficio de nuestros pueblos».
Muy lejos de ambos dirigentes de la izquierda latinoamericana, Alberto Fernández, Máximo Kirchner, el presidente del PJ José Luis Gioja, y el secretario general de SMATA, Ricardo Pignanelli, hablaron de «avivada de los europeos», «una pelea de Goliat contra Pulgarcito», «un acuerdo firmado de rodillas», y otros comentarios del estilo, que demuestran que la campaña presidencial del 2019 transitará también por esta grieta.
fuente INFOBAE