En una semana difícil para el Gobierno tras la derrota en las PASO, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, estuvo en Mesa Chica y analizó el panorama del oficialismo. «El golpe de las PASO ha sido duro, pero no nos vamos a rendir. No nos damos por vencidos, ni aún vencidos», enfatizó. Y, pese a los resultados, señaló: «Más del 50% de los argentinos creen en nuestras ideas».
Si bien dijo que le «sorprendieron bastante los resultados», contó que un politólogo cercano a ella le comentó el sábado por la noche que los números estaban peor de lo que ellos creían. «Una de las cosas que más me preocupa como miembro de Juntos por el Cambio es que necesitamos mejorar nuestra percepción respecto a cuán duro es para la gente este momento y cuánto tenemos que trabajar para que vislumbre y pueda mirar un horizonte distinto», reconoció.
Bullrich recordó cómo vivió el domingo y dijo que, por el gota a gota de los fiscales, se vio venir el resultado pero que, cuando se supo, tuvo «un shock fuerte». «Es fuerte porque lo que tenemos que remontar es una épica», dijo en diálogo con LN+. «Tenemos que convencer a la sociedad de que la Argentina no es incorregible».
«Estamos solos porque la Argentina no tiene políticas de Estado. Estamos solos pero nos la bancamos», dijo al hablar sobre los riesgos a la gobernabilidad. «Estos son días duros para Cambiemos», describió, y reconoció el «lugar de debilidad» en el que los dejó las PASO. «Desde que asumimos, teníamos una gran ilusión de poder generar un cambio de rumbo estratégico que le permitiese a la Argentina salir de los vaivenes permanentes y de estas luchas por el poder que hacen que vaya y venga, y establecer una autopista de cambios profundos que nos llevasen a un cambio para siempre».
Al hablar de cómo se vivió en el Gobierno el día posterior a las PASO, Bullrich contó que el mensaje de Mauricio Macri fue: «Ahora tenemos que discutir cómo transitamos este tiempo». «Este es un tiempo en el que sabemos que las PASO fueron duras, pero no fueron una elección y nosotros representamos un proyecto de país», explicó ella. Y, pese al resultado electoral, Bullrich fue optimista: «Creemos que más del 50% de los argentinos, aunque hoy estén golpeados económicamente, avalan las ideas que nosotros tenemos».
Según explicó, en este camino, el oficialismo se encontró con «muchísimos escollos y problemas que tienen que ver con una estructura de poder difícil de remover en la Argentina» que, tal como señaló Beatriz Sarlo, impactó principalmente en las capas medias. «Debemos apuntar todo a esa Argentina que quiere salir», señaló. Y reforzó: «Sabemos que el golpe de las PASO ha sido duro, pero no nos vamos a rendir. No nos damos por vencidos, ni aún vencidos. Vamos a pelearla a fondo». Entonces dijo que ya están «repuestos, dispuestos y cada uno con su barquito» para remar esta situación. Además, si bien dijo que no quiere ser «una idealista estúpida», consideró: «Vamos a pasar esta prueba».
«Recuerdo esa película tan impresionante de Las horas más oscuras donde, de golpe, nadie sabía qué hacer y dijeron: ‘Negocien con el Eje’ y [Winston] Churchill dijo: ‘No, llame a cada uno y que cada uno ponga su barquito que Inglaterra va a ser libre'», comparó. Y fue más allá: «Nosotros hoy tenemos que poder poner lo que representamos para una Argentina que no se rinde a ser mediocre, populista y a que su gente esté más empobrecida y tenga que vivir de planes sociales y no de trabajo».
Bullrich señaló que uno de los obstáculos con los que lidia el Gobierno es el hecho de que, por el contexto inflacionario del país, la sociedad está acostumbrada a vivir en un «corto plazo permanentemente». Para ella, la Argentina está hoy «en medio de la selva» y se hace difícil para el Gobierno abrir el escenario para ver el horizonte. «Estamos convencidos de que el voto a lo que ya gobernó es ese voto de un horizonte nublado y de una selva en la que no se ve, y nosotros necesitamos abrir el horizonte», contó. Y sostuvo: «Nosotros siempre tenemos la vara mucho más alta que la del peronismo».
Además, al referirse al discurso de Alberto Fernández tras las PASO, en el que dijo que con su triunfo se terminó el concepto de la grieta, definió: «La grieta es la construcción de que hay argentinos que son los dueños de hacer y le imponen al resto qué tienen que decir, hacer y pensar. Yo creo que la grieta no se terminó porque este núcleo, que hoy se llama Frente de Todos, expresa eso. La grieta no es un problema de personas, es la construcción de un enemigo a quien uno tiene que destruir».
fuente LA NACION