Confiado en ampliar la diferencia que sacó en las PASO del 11 de agosto último, el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, buscará en el último mes de campaña reforzar su posicionamiento como virtual presidente electo, profundizar el mensaje de federalismo y derramar su triunfo nacional en los comicios provinciales y municipales.
Con la cabeza puesta más en su asunción el 10 de diciembre que en las elecciones presidenciales del 27 de octubre, el candidato seguirá tendiendo puentes y abriendo canales con empresarios y representantes del poder económico, a los que pretende seducir.
En forma simultánea, Fernández mantendrá su presencia en la calle e intentará transmitir un mensaje esperanzador sobre la posibilidad de «poner de pie» a la Argentina, en contraste con el postulado de que el presidente Mauricio Macri puso al país «de rodillas». Eso sí: evitará las promesas de difícil cumplimiento. «El clima social es muy duro y nada va a ser fácil», se atajan en el comando de la calle México, donde resuena el teorema de Baglini.
El primer desafío electoral será pasado mañana en las elecciones de gobernador en Mendoza. El candidato del Frente de Todos encabezó el martes en ese distrito un encuentro con gobernadores para empujar la postulación de la senadora Anabel Fernández Sagasti, que intentará vencer al radicalismo.
Ahí lanzó el programa de «democracia federal», un eje que se intensificará de cara al 27 de octubre. El plan sintetiza una obsesión de la campaña de Fernández: desarrollar un gobierno con énfasis en el federalismo, en sociedad con los gobernadores. En busca de un efecto derrame, Fernández visitará también Quilmes y Mar del Plata, e intensificará su presencia en la ciudad de Buenos Aires, para respaldar las candidaturas de Mayra Mendoza, Fernanda Raverta y Matías Lammens, respectivamente. El itinerario del último mes incluye además viajes a San Juan, Chaco, Corrientes, Rosario y La Pampa.
Las últimas dos semanas estarán marcadas por los debates, instancia que Fernández cuestiona y de la que participará solo para cumplir con la ley. En su equipo de comunicación ya empezaron a trabajar en los contenidos a discutir. El candidato les avisó que no quiere someterse a ningún entrenamiento. Eso sí: preparará con cuidado sus exposiciones y tendrá en cuenta las recomendaciones de sus asesores, que destacan que Macri «tiene mucha experiencia» en debates.
En el comando de la calle México apuestan a que los debates tengan un resultado neutro. En general, piensan que para asegurar un triunfo el 27 de octubre basta con mantener el rumbo seguido hasta ahora y no cometer errores graves. «El contraste que buscamos generar con el oficialismo antes de las PASO ya no necesita mucha argumentación», explican, y destacan que siete de cada 10 votaron en contra del Gobierno. Aunque no lo diga en público, Fernández aspira a alcanzar el 55 por ciento de los votos.
Como hizo hasta el momento, el candidato coordinará sus actividades con su compañera de fórmula, la senadora y expresidenta Cristina Kirchner, para no pisarse. Con ella y otros altos dirigentes, como el candidato a diputado bonaerense Sergio Massa, compartirá un acto el 17 de octubre, en La Pampa, para celebrar el Día de la Lealtad peronista. Será la actividad más importante antes de los comicios.
En la agenda del candidato figura mañana una caminata por Quilmes con Mayra Mendoza. La candidata a intendenta también acompañará a Cristina, que encabezará un acto en el distrito mañana a la tarde.
La campaña de Fernández sigue el martes próximo con una visita a San Juan de la mano del gobernador Sergio Uñac y del presidente del PJ, José Luis Gioja. El viernes de la semana próxima estará en Chaco y Corrientes, y el 14 de octubre compartirá un acto en Rosario con María Eugenia Bielsa, una de las dirigentes que suenan como ministra en un eventual gobierno del Frente de Todos.
fuente LA NACION