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La UIA y la CGT pusieron ayer en escena el acuerdo social

Reunido la semana pasada con la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), Alberto Fernández había pedido a los empresarios una señal: diálogo fluido con la CGT, la CTA e incluso con Hugo Moyano.

Esa escenificación que pregona el ganador de las primarias comenzó a encarnarse ayer. «Hay que agradecer esta foto», afirmó Miguel Acevedo, presidente de la UIA, ladeado en la sede fabril de Avenida de Mayo por los secretarios generales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, y del gremio de la alimentación, Rodolfo Daer. «Esta es la charla entre la producción y el trabajo», celebró el directivo de Aceitera General Deheza (AGD).

La foto demandada por la oposición contrasta con el desencuentro con el Gobierno, que la UIA hizo público en un comunicado acerca de la reunión de junta directiva que había mantenido el martes por la tarde. La entidad fabril informó entonces que había hecho llegar un plan estratégico pensado para la próxima gestión a Fernández, Juan José Gómez Centurión (Frente NOS) y a Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey (Consenso Federal). «Acevedo comunicó que se aguarda la confirmación del encuentro con la fórmula de Juntos por el Cambio», señaló el comunicado, que blanqueó el congelamiento de la relación entre Mauricio Macri y los industriales. En la UIA contaron a LA NACION que la invitación fue enviada a Presidencia y al Ministerio de Producción y Trabajo.

La cuerda entre la institución y el Gobierno, siempre tensa, está cerca de romperse. Se deshilachó tras la presencia de Acevedo en Tucumán en un acto partidario del Frente de Todos y la ausencia del directivo en un encuentro industrial en Córdoba en el que Macri estaba de visita. Allí, dicen, no habría sido solo el superclásico entre River y Boca jugado esa noche lo que evitó la reunión.

Ayer, el Presidente responsabilizó a los empresarios y a los sindicalistas por la inflación en varias entrevistas. Se trata de un cambio de discurso frente a lo que decía al comienzo de su gestión, en la que tanto él como sus ministros aseguraban que el Estado era la causa de la variación de los precios.

«La UOM va a reformular su convenio laboral y se lo vamos a presentar a los empresarios», dijo Caló. «Si no lo hago me voy a quedar sin gremio», afirmó el dirigente, que recordó que ese acuerdo es de 1985 y que es necesario adaptarlo a los cambios tecnológicos. «No existían el celular ni internet cuando se hizo nuestro convenio», coincidió Daer. Ambos remarcaron, sin embargo, que esos cambios deben impulsarse cuando vuelva a haber producción y crecimiento. «Estamos en una crisis tremenda», afirmó Daer. Al tiempo, Arcor, la alimentaria más grande del país, informaba que daba vacaciones a 2500 trabajadores por la caída del consumo y la acumulación de stocks que golpea a sus 30 plantas en la Argentina, pero impactaba directamente con esta novedad en fábricas de Buenos Aires, San Luis, Córdoba y Tucumán donde se elaboran golosinas, chocolates y galletitas, según confirmaron allí.

El encuentro en la UIA de ayer tenía además otro objetivo: marcar la cancha sobre las condiciones necesarias para los industriales frente al acuerdo de precios y salarios que plantea Fernández. ¿Cuáles son esas condiciones? Fundamentalmente, previsibilidad sobre sus «costos de producción», léase: dólar, tasas de interés y tarifas de servicios públicos. Solo así, creen en la entidad fabril, es posible sentar las bases para cumplir un pacto de precios que morigere los reclamos salariales y que logre una mejora de los ingresos para activar la demanda.

En el Gobierno denuncian que el anticipo de ese plan provoca que empresas y sindicatos hagan un «colchón» con subas «desmesuradas» en precios y ajustes en las plantillas, y por otro lado, aumentos de salarios por arriba de lo esperado.

Tanto en la UIA como en los dichos de Daer y Caló se rescató el diálogo tripartito, concepto remarcado en el ideario de Fernández. «La propuesta de la UIA reivindica ese diálogo», afirmó Daer en el hall de entrada de la entidad. «La transición hacia la industria 4.0 impone la necesidad de adecuar las relaciones industriales al contexto de cambios disruptivos en las formas del trabajo», destacó la UIA en su informe, y agregó: «Esto trae aparejada la oportunidad de aprovechar la negociación colectiva como herramienta para responder a las características de los distintos sectores y empresas». La UIA pidió además «profundizar el diálogo tripartito».

La sintonía parecía ayer perfecta. Sin embargo, la UIA reclamó tratar los «costos indemnizatorios», algo que los sindicalistas dijeron no escuchar en la presentación. Son, quizá, las disonancias de la primera escenificación del pacto que viene.

 

 

 

fuente LA NACION

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