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Los ojos de Washington y Wall Street, puestos sobre los planes de BETITO FERNÁNDEZ

La información circula entre los jefes de bancos locales e internacionales: Alejandro Werner sería desplazado y dejaría su cargo en el FMI, a causa del fracaso del acuerdo con la Argentina. Werner es el actual, poderoso director del Hemisferio Occidental del Fondo y, por lo tanto, el máximo responsable técnico del convenio con la Casa Rosada. Lo cuestionan porque la Argentina incumplió tres veces lo pactado y el organismo hizo la vista gorda. Ahora, el convenio está virtualmente caído.

Werner sólo instrumentó técnicamente las órdenes que emitió el Tesoro de EE.UU. La ayuda extraordinaria y el aval a Mauricio Macri surgieron de una decisión política de la Casa Blanca. Pero Donald Trump no pagará ese costo político. Tampoco Christine Lagarde. En el FMI ahora hay un mal clima hacia la Argentina y los directores -todos los europeos- quieren “cabezas”. Es costumbre en el FMI que los errores los paguen los burócratas: en este caso sería Werner y hay dudas sobre Roberto Cardarelli. No es la primera vez que algo así ocurre. Christian Brachet fue encargado de la negociación con Alfonsín y terminó en la biblioteca del Fondo. El catalán Joaquín Ferrán, desplazado al ostracismo, y Claudio Loser, jubilado por su aval a la década del ‘90.

En Wall Street afirman que el desplazamiento no sería abrupto y llevaría un tiempo. Se presentaría como una reorganización de Kristalina Georgieva. Warner tendría un destino: se iría al Banco de Ajuste de Basilea. Su titular es el influyente mexicano Agustín Carstens.

Un vocero del FMI trató de poner paños fríos, ante la consulta de Clarín: “El señor Werner sigue completamente empeñado y comprometido con su tarea. No se va”. También está en observación Roberto Cardarelli. Werner fue el interlocutor -dos veces- de Alberto Fernández. El candidato le dijo que el FMI era co-responsable de la crisis.

Pero entre los hombres de negocios aumentan las dudas sobre el futuro inmediato. Eso se refleja en la fuerte caída de reservas a pesar del -poco efectivo- control de cambios de Guido Sandleris. Los banqueros están inquietos por lo siguiente:

  • Quiénes serán los futuros presidente del BCRA y ministro de Economía. La duda vale para Macri y para Alberto. Están inquietos por algunas nombres que circulan, y por la ausencia de talla profesional en candidatos a conducir la economía.
  • No saben qué política económica se implementará. Macri dio un giro kirchnerista y poco se sabe de lo que haría Alberto F. El Presidente siempre dijo que la inflación era causa del déficit fiscal del Estado… Ahora acusa a empresarios y sindicalistas por la inflación.
  • Cómo será la reprogramación de la deuda. Todos esperan una quita. Hay una pelea entre el FMI y los fondos de inversión sobre a quién le corresponde admitir una pérdida. El Fondo Templeton desmintió que propicie que el FMI absorba la pérdida y haga una quita a los préstamos con Argentina. El vocero de Templeton, Brian Schaffer, dice que el poderoso Michel Hasenstab -líder de Templeton- nunca se manifestó sobre ese tema. En el FMI, en cambio, insisten en que son los bonistas como Templeton, BlackRock y Pimco los que deben pagar el “riesgo moral” de las especulaciones financieras con la Argentina.
  • Qué va a pasar con los impuestos y las amenazas de tributos de emergencia. El trabajo de los equipos técnicos peronistas para Alberto Fernández contiene definiciones fuertes. En su texto -118 carillas- participó el círculo íntimo de Alberto y tiene propuestas “calientes”. El documento propone una novedad: un “impuesto extraordinario” exclusivo a los bancos sobre la rentabilidad extraordinaria de los años 2018-2019. También da precisiones sobre un “impuesto extraordinario” al blanqueo de capitales. Sería por dos años y la tasa del tributo, del 2 al 15 %. Ahora, en el campamento de Alberto F. se trata de minimizar la cuestión. Dicen: ”Son ideas, no hay nada concreto”. El “paper” habla de Venezuela y propone alinearse con México y Uruguay.

Esta semana hubo un encuentro importante en el Centro de Estudios Americanos. Estuvo la plana mayor de la Embajada de EE.UU. y buena parte del establishment local: el embajador Edward Prado y sus operadores -recién llegados de Washington- Christofer Andino y Silvio González.

Prado fue cauto en público, pero de mensaje claro en bambalinas: Trump exigirá una censura contundente contra Maduro para ayudar a un eventual gobierno kirchnerista.

El tema también estuvo en la reunión del Council of the Americas, donde expuso Sergio Massa frente a un nutrido grupo de financistas. Estaban los jerarcas del JP Morgan, UBS, Citibank , Santander y Goldman Sachs.

Las preguntas reflejaron la inquietud que existe. Massa intentó tranquilizarlos: “No esperen medidas extremas. Sí prudencia y racionalidad. Nos tienen que juzgar por nuestras decisiones”. Un financista preguntó sobre Cristina: ¿qué influencia tendrá en el gobierno? Massa respondió: “Cristina es una dirigente muy importante, pero el presidente será Alberto”.

Había sólo tres empresarios argentinos presentes: Hugo Dragonetti hijo, Eduardo Eurnekian y Jose Luis Manzano. Manzano aspira a tener influencias sobre YPF. También Miguel Galuccio, que viajó a Cuba para hablar con Cristina. Existen -un absurdo- media docena de candidatos para la petrolera. Y una sorpresa: los fondos de inversión en YPF pretenden que continúe Miguel Gutiérrez.

 

 

fuente CLARIN

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