En un día de reclamo de expansión de los derechos de las mujeres, cuatro hombres se sentaron en la primera fila. En un escenario montado al pie de la Basílica de Luján, rodeados por miles de fieles, vestidos con trajes que mostraban su jerarquía dentro de la estructura de la Iglesia, leyeron el Evangelio. Pero esta vez, en una fecha que recuerda la salida a la calle de trabajadoras neoyorquinas en reclamo de mejores condiciones laborales, los integrantes de la Comisión Episcopal Argentina no sólo se centraron en transmitir «la palabra de Dios». También hablaron de la situación del país y de las mujeres.
Vídeo gentileza de EL FARO
«Venimos a pedir por todas las mujeres para que se respete su vida, su integridad y sus derechos, superando todo tipo de exclusión», dijo el obispo de San Isidro, Oscar Ojea. Al frente, tenía la Virgen de Luján reproducida en una figura del tamaño de un nene de 12 años. A su espalda, en primera fila, estaban los miembros restantes de la Comisión: Mario Poli, Vicepresidente 1º, Marcelo Colombo, Vicepresidente 2º y Carlos Malfa, secretario general.
Ellos y la multitud escuchaban a Ojea. «Por eso hemos elegido como lema de este encuentro eucarístico: Sí a las mujeres, sí a la vida», dijo. La frase se leía arriba del escenario y abajo: en banderas argentinas de más de diez metros de largo, en gorros que cubrían las cabezas del sol, en remeras celestes y folletos que se repartían gratis.
Otros objetos tenían costo. Por ejemplo, el libro «La vida es siempre un bien» de Leandro Bonnin ($ 250), el pañuelo celeste ($ 50) o un feto en muñequito que salía todavía más. «Está a $ 100. En verdad, a un dólar, que serían $ 80», explicó a Clarín una mujer integrante del grupo El Bebito.