“La situación la tenemos bajo control”, aseguró el presidente Alberto Fernández al analizar las medidas adoptadas recientemente para evitar la propagación del coronavirus, la enfermedad que nació en China y se expande rápidamente por el mundo.
Si bien aseguró que el Gobierno está trabajando minuto a minuto sobre el tema, planteó: “Nos están pasando cosas que no esperábamos, es un virus que se transmite con facilidad y no sabemos hasta donde puede llegar”. “Estamos haciendo lo necesario para minimizar el riesgo, que no es eliminable, no lo puedo erradicar con una medida, y además es responsabilidad de todos nosotros que no se difunda”, agregó.
En declaraciones a radio Mitre, el jefe de Estado pidió especialmente que la población tome conciencia de que el riesgo existe y de cuanto menor contacto tenga con personas que no conocen, será mejor para evitar la circulación local del covid-19. “A los mayores de 65 años les pido que si se pueden quedar en su casa, que lo hagan”, continuó.
En las últimas horas, el gobierno nacional prohibió el ingreso de extranjeros provenientes de Corea del Sur, Japón y China. Además, dispuso medidas especiales para quienes arriben de otros países donde hay circulación masiva del virus. A la par, ordenó retrotraer el precio del alcohol en gel y de los barbijos.
El jefe de Estado aseguró que por el momento no está prevista la suspensión de clases aunque aclaró que están siguiendo el tema con mucha atención. “Por ahora no lo hemos hecho, allí están los nenes que son el grupo de riesgo más bajo, pero también hay maestros y ahí uno tiene que apelar a la responsabilidad de todos”, analizó.
Y agregó: “Ayer me criticaron porque fui a dar clases y uno tiene una responsabilidad como profesor, que es la obligación de dar clases, pero estamos siguiendo muy cerca el tema y debemos tener la responsabilidad de no causar daño a quienes queremos”.
Fernández rechazó las críticas de quienes dicen que la Argentina subestimó la cuestión. Contó a modo de ejemplo que en la Antártida empezaron a implementarse los protocolos hace dos meses por las bajas temperaturas y por la presencia de ciudadanos chinos en las bases.
“El Gobierno atendió el problema desde la hora cero. Es un virus que muere a los 26 grados y la Argentina estaba en un escenario climático con temperaturas promedio de 30 grados. Se hacía muy difícil pensar que sobreviva con esas temperaturas. Incluso la Organización Mundial de la Salud recomienda tomar bebidas calientes. Por eso, pensábamos que el problema lo íbamos tener en invierno, pero lo tuvimos anticipadamente”, desarrolló.
fuente INFOK