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Policeman guard the main entrance of Argentina's Central Bank in Buenos Aires on January 25, 2010. Argentinian Central Bank president Martin Redrado, was stopped by the police when he tried to enter the building. Despite the bank's constitutional autonomy, President Cristina Fernandez de Kirchner had ordered the sacking of Redrado for refusing the government access to billions of dollars to pay down the national debt, but although her order was overturned by Argentina's courts, the government sees vice president Miguel Pesce as the provisional president. AFP PHOTO/Juan Mabromata

La emisión monetaria se transformó en el ingreso más importante del Gobierno

Antes de que se declarase la pandemia y el Gobierno estableciera la cuarentena, la política económica que adoptaba la nueva administración consistía en: aumento del gasto público financiado con expansión monetaria, mientras pisaba el tipo de cambio, las tarifas de los servicios públicos y congelaba los precios de una determinada cantidad de bienes y servicios.

Si se observa la evolución de los Adelantos Transitorios del Banco Central (lo que comunmente se llama “la maquinita”) al 30 de noviembre el stock de deuda que tenía el Tesoro con el BCRA por la emisión monetaria que había hecho para financiar el déficit fiscal sumaba $562.730 millones. Al 7 de abril, último dato disponible, sumaban $1.164.459 millones. Es decir que el BCRA emitió $601.729 millones desde que el Gobierno asumió el 10 de de diciembre, más que se duplicó en apenas 4 meses.

Por su parte, la base monetaria tuvo una expansión del 41% en los últimos 30 días y del 90% en los últimos 12 meses.

 La base monetaria tuvo una expansión del 41% en los últimos 30 días y del 90% en los últimos 12 meses

La emisión queda en evidencia con el crecimiento de los billetes de $1.000 que hay en circulación, se elevó entre el 30 de noviembre de 2019 y el 31 de marzo pasado en 251,5 millones de unidades. Pero el dato relevante es que disminuye la cantidad de papeles de 5, 10, 50 y 100 pesos y aumenta muy fuerte los de mayor denominación: los de $500 pasaron 773,8 millones de unidades a 887,8 millones de unidades, en tanto que los de $1.000 aumentaron de 255,4 millones a 451,5 millones de billetes.

La expansión monetaria se ha transformado en el financiamiento más importante del Gobierno. En marzo, el IVA DGI, el que marca el nivel de actividad económica interna, sumó ingresos a la AFIP por $99.169 millones, en tanto que el stock de Adelantos Transitorios del BCRA al Tesoro (emisión monetaria) aumentó en $125.000 millones, y no representó el 25% del total de la recaudación tributaria total del mes, sino que además se constituyó, en su carácter de generador del impuesto inflacionario, en el que más aportó al financiamiento del Tesoro.

Pero aquí hay un punto que es importante aclarar: el IVA-DGI recaudado en marzo corresponde a las ventas de febrero, cuando todavía no se había establecido la cuarentena. Si ya entonces había crecido sólo 21% respecto a marzo del año anterior, es decir 30 puntos porcentuales por debajo de la inflación y encima la emisión monetaria pasó a ser el impuesto más importante, va de suyo que cuando se conozcan los datos de abril, que reflejará la actividad comercial en marzo, con un tercio del mes en plena cuarentena, los números se proyectan desastrosos.

El grave problema económico

Es bastante claro que se está frente a un serio problema económico. Mientras se mantenga la cuarentena, todos los medios seguirán hablando y escribiendo sobre los efectos del coronavirus COVID-19, mientras la macroeconomía se agravará porque el gasto público seguirá en ascenso, potenciado por las urgencias sociales; la recaudación de impuestos continuar en baja en términos reales; el déficit fiscal crecerá y la megainflación se disparará.

 La macroeconomía se agravará porque el gasto público seguirá en ascenso, potenciado por las urgencias sociales; la recaudación de impuestos continuar en baja en términos reales; el déficit fiscal crecerá y la megainflación se disparará

Si para evitar la crisis económica que están sufriendo muchas familias se levanta la cuarentena, los medios van a empezar a hablar de la crisis económica y ahí el Gobierno tendrá un problema. El coronavirus COCID-19 es, por ahora, una especie de “malvinización”, mientras pueda sostener la idea de “vamos ganando”. El día que se acabe, la crisis económica aparecerá en escena con todo su rigor.

Por eso sería conveniente que el Gobierno empiece a pensar en serio en un plan económico que no espante las inversiones, le dé las gracias a Carlos Heller por los servicios prestados para espantar inversiones con el proyecto de Impuesto Patria, y busque una alianza política que le permita dominar una economía fuera de control por no bajar el gasto público, y creer que pueden emitir sin pagar un costo altísimo en lo económico, político y social por la inflación que se avecina.

 

 

fuente INFOK

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