Luis Majul
¿Por qué Cristina Kirchner no dijo, esta semana, ni una palabra sobre el acuerdo por la deuda, el Covid-19, la desocupación, la pobreza infantil o la desaparición de Facundo Astudillo Castro? ¿Por qué solo tuitea sobre jueces a quienes pretende desplazar y que vos ni siquiera conocés?
¿Por qué Cristóbal López, estuvo usando, desde C5N, a un periodista filonazi – un impresentable que acusó a Bill Gates, y otros miembros de la comunidad judía, de inocular el Covid a la humanidad- para atacar con imputaciones delirantes a periodistas que seguimos las causas en las que está procesado? La respuesta es una sola: están desesperados.
Saben que, a partir de esta semana, se les viene la noche. Por primera vez, no solo van a ser más visibles los graves hechos de corrupción que se les imputan, sino que también se hará más evidente el sospechoso vínculo que los une. Te lo explico sencillo. Solo te pido que retengas hechos, caras, nombres y apellidos.
Ayer, la sala uno de la Cámara Federal, confirmó los procesamientos de Cristóbal López y Fabián de Sousa por lavado de dinero. Además los consideró partícipes de una asociación ilícita. También confirmó el procesamiento, por delitos idénticos, de Osvaldo Bochi Sanfelice, socio de Máximo Kirchner, en la inmobiliaria Sanfelice, Sancho y Asociados. Sanfelice es uno de los presuntos testaferros de la familia Kirchner.
A la causa en la que están procesados la llamaremos «Agosto SA». Agosto es el nombre de la empresa que Sanfelice, según la Justicia, usó para lavar dinero sucio de Cristóbal. La causa «Agosto» es un desprendimiento de otra, denominada Oil. En esta causa, Cristóbal fue procesado por evasión fraudulenta, junto con De Suosa. Es más: ambos estuvieron presos durante casi dos años. También se procesó al extitular de la AFIP, Ricardo Echegaray por administración fraudulenta agravada.
Desde el próximo jueves 13 de agosto, cuando se reinicie el juicio oral, la causa Oil se va a volver muy popular. Vas a empezar a escuchar detalles de cómo Cristóbal, a través de Oil, se apropió del equivalente de mil millones de dólares al no girar el Estado el Impuesto a la Transferencia de Combustibles Líquidos (ITC).
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Vas escuchar y ver cómo Echegaray se lo permitió, autorizando planes de moratorias excepcionales e ilegales. Vas a informarte de cómo López, con esa plata, compró decenas de empresas, un banco, la productora de Tinelli, y las radios y el canal C5N, que eran de Daniel Hadad.
Retené el nombre de los funcionarios judiciales que lo tramitan. Forman parte del Tribunal Oral Federal número tres. Son: el fiscal Diego Velasco y los jueces: Andrés Basso, Fernando Machado Pelloni y Javier Ríos.
Ahora volvamos al expediente Agosto. En este juicio se acusa a Sanfelice de usar a Agosto S.A., supuestamente dedicada al alquiler de máquinas viales, para recibir dinero negro de Cristóbal, con el objetivo reingresarlo dentro del sistema legal. ¿Por qué ilegal? De nuevo: porque, según la Justicia, proviene de la apropiación indebida del Impuesto a Los Combustibles que dejó de pagar Oil.
Aquí se unen, entonces, claramente las causas Agosto y Oil. A los procesamientos de la causa Agosto que dictó el juez federal Julián Ercolini el 5 de junio de 2019, después de una impecable investigación del fiscal Gerardo Pollicita. Ellos describieron un hecho que es determinante para probar el lavado de dinero: Agosto S.A. tuvo, durante mucho tiempo, como único cliente, a las empresas de Cristóbal López.
Bien: si damos por cierto que Sanfelice podría ser uno de los testaferros de la familia Kirchner y también damos por cierto que Echegaray no podía aprobar un plan de facilidades que le permitiera a Oil apropiarse de mil millones de dólares sin la autorización expresa de la entonces presidenta Cristina Kirchner ¿Podríamos considerar a los pagos que recibió Sanfelice el retorno pagado por López para hacer la vista gorda desde lo más alto del poder? Eso lo debe decidir la Justicia.
Ayer, el procesamiento de Ercolini en la causa Agosto fue confirmado, después de un año y dos meses, por los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Ellos integran el selecto grupo de jueces cuyos traslados cuestiona el cristinismo.
¿Sospechaban Cristina y Cristóbal que Bruglia y Bertuzzi confirmarían el procesamiento en la causa Agosto y por eso los querían voltear? Deducimos que sí. Cristina y Cristóbal tienen el mismo abogado: Carlos Beraldi. El mismo Beraldi que, según declaró el excontador de la familia Kirchner, Víctor Manzanares, habría pactado el cobro de 7 millones de dólares por la defensa conjunta de Cristóbal, de Sousa y Cristina.
También deducimos que Cristina y Cristóbal se la veían venir porque Beraldi fue socio (¿o sigue siendo socio?) de otro abogado que defiende a Echegaray en la causa Oil: Carlos León Arslanián. Insistimos: no tenemos nada contra ningún abogado defensor. Si creemos en el lema: dime qué abogado tienes y te diré quién eres. O al revés: dime qué cliente eres y te diré que tipo de abogado tienes.
Gregorio Dalbón define a Cristina Kirchner. También define a Cristina su abogado defensor mediático, el violento y amenazador Rodolfo Tailhade. Daniel Llermanos explica a Hugo y Pablo Moyano. Beraldi pudo hacer sido, en el pasado, un buen jurista. Pero ahora está atravesado por la defensa de Cristóbal y de Cristina. Una defensa basada más en la chicana que en evidencias para probar la inocencia de sus clientes.
Lo mismo se puede decir de Arslanián: impecable como juez de la cámara que condenó a los comandantes de la dictadura, ahora quedó demasiado pegado a la defensa Echegaray.
En un país serio, ni Beraldi ni Arslanián podrían formar parte de la comisión asesora para la reforma del sistema judicial. Ellos no pueden asesorar al Estado. Porque están cobrando dinero litigando contra el Estado. No tienen un conflicto de interés: son un conflicto de interés caminando. Por eso, con pruebas, Silvina Martínez va a denunciar mañana mismo a Beraldi por el delito de prevaricato.
Es así: esta semana, a Cristóbal y a Cristina se les va a venir la noche. Por eso López corre contra reloj para que el Parlamento apruebe un inciso que le permitiría evitar la quiebra del Grupo Indalo.
En cuanto haya un fiscal, un juez, un camarista o un miembro de la Corte Suprema que sea capaz de vincular todos estos hechos, aparentemente inconexos, se encontrará con estas coincidencias: que Sanfelice es el nexo entre Cristóbal, Máximo y Cristina; que Sanfelice fue el vehículo con que Cristóbal pudo haber devuelto parte de los favores que recibió de la AFIP de Echegaray; que no es la primera vez que Sanfelice habría cumplido el rol de interpósita persona de Kirchner. Se sospecha que compró un hotel a 5 minutos del obelisco, el Waldorf, que sería en realidad de Cristina. A la causa la tramita el juez federal Daniel Rafecas, candidato a procurador del Presidente; que, a cambio de los favores que recibió de la AFIP, Cristóbal tuvo que pagar, durante varios años, un alquiler de más de 31 mil dólares por dos departamentos, una oficina y cinco cocheras en Puerto Madero. Según las pruebas que figuran en la causa Hotesur – Los Sauces, López pagó tres veces el precio promedio del mercado.
Si un periodista que sigue los casos con detenimiento puede concluir que estas partes forman un todo y que ese todo lleva a una conclusión unívoca; ¿cómo no deducir la desesperación de Cristina y de Cristóbal López, ante tan abrumadoras evidencias?
Por eso, cada vez que veas una campaña de imputaciones delirantes contra los periodistas que hacen su trabajo, date una vuelta por La Cornisa, o por Mirá. Seguro estamos intentando desarmar un nuevo montaje de impunidad y venganza.
LA NACIÓN