El Banco Central admitió ayer que durante el tercer trimestre del año se frenó el proceso de desaceleración de la inflación registrado en la primera parte y atribuido, por la propia entidad, al congelamiento de tarifas, el anclaje del dólar oficial, la muy acotada recomposición de los salarios y a la reacción de los precios debido a las medidas de aislamiento durante la pandemia. En modo inverso, la corrección de todos estos factores tendría el efecto contrario, es decir, impulsaría mayores tasas de inflación. Así lo advirtió en el Informe de Política Monetaria (IPOM), en el que el BCRA anticipó el ajuste de los precios de los servicios públicos, el avance de las paritarias y “la búsqueda de recomposición de los márgenes” de ganancias son las principales variables que impulsarán el avance de los precios.
“Hacia delante algunos factores podrían ejercer presión sobre el proceso de formación de precios, entre los que se encuentran: la recuperación del precio relativo de los servicios, el avance de acuerdos paritarios y la búsqueda de recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores”, se afirma en el texto. Agrega que “se espera que la coordinación de estas fuerzas por parte del Gobierno” permita mantener una baja gradual de la inflación.
El Banco Central, en tanto, acotó el impacto de la brecha a sectores puntuales. “Durante el tercer trimestre la inflación minorista se ubicó por encima de los registros del segundo trimestre. En este comportamiento influyeron las adecuaciones en los programas gubernamentales de administración de precios, actualizaciones paritarias y, en algunos rubros transables puntuales, la mayor incertidumbre financiera”, se lee en el IPOM, en el que se destaca que en los últimos tres meses se repitió el patrón observado desde el inicio de las restricciones a la circulación, según el cual los precios de los bienes crecieron por encima de los precios de los servicios.
“Los precios de los bienes subieron a un ritmo de 3,1% (0,7 puntos porcentuales respecto del trimestre previo), por encima de los de los servicios que lo hicieron a una tasa mensual promedio de 1,2%. En octubre, esta tendencia implicó subas en los bienes de 4,6% y en servicios de 1,9%”, recordó la publicación del BCRA.
Ese patrón es mayormente consecuencia del congelamiento de las tarifas, ya que las subas entre los precios regulados se deben a las actualizaciones del precio de los combustibles. De ahí la extrema sensibilidad -y previsiblemente también las sucesivas prórrogas- para avanzar en el ajuste del precio de los servicios públicos, cuyo decreto de congelamiento vence el próximo 17 de diciembre. Incluso sin esos aumentos, la tasa de inflación que se prevé tanto entre privados como en despachos oficiales para este mes y el próximo se ubica por encima de 3%, lo cual hace temer el recalentamiento que podrían producir en el inicio del próximo año. Lo cierto es que el primer trimestre de cada año suele ser de alta inflación, con lo cual el aumento de tarifas a partir de marzo presenta el mismo desafío.