A raíz de la delicada situación epidemiológica y económica, por estas horas reina la tensión entre el Gobierno de Río Negro y el personal médico de dicha provincia, luego de que más de 50 jefes de servicio presentaran la renuncia. “Cuando el trabajador se juega la vida y no puede pagar el alquiler, eso no se puede tolerar”, protestaron, al tiempo que advirtieron por la saturación del sistema sanitario.
El epicentro del conflicto ocurre en la ciudad más poblada de la provincia. En Bariloche, ante la falta de respuestas del Poder Ejecutivo provincial a los reclamos de recomposición salarial, 32 jefes de servicio del hospital Ramón Carrillo sorprendieron este martes y presentaron la renuncia.
“Queremos llamar la atención al gobierno sobre la situación en materia de salud en toda la provincia”, manifestó el médico Pedro Zanardo, quien participa del grupo de trabajadores autoconvocados, al portal informativo Río Negro. El reclamo data desde hace tiempo, pero se profundizó en los últimos meses. “Esto llegó después de 11 semanas de intentar dialogar, viajar, juntarnos y tratar de hacerles entender que la situación sanitaria de Río Negro es delicada”, advirtió Zanardo.
En total, allí se presentaron 32 renuncias correspondientes a jefes de servicios médicos, de áreas técnicas y de centros de Salud de Bariloche, que se suman a la de los hospitales de Viedma, San Antonio, Cipolletti y Roca.
“Hay un equipo de salud entero en una situación desbordada por la pandemia que no llega a fin de mes. Cuando el trabajador se juega la vida y no puede pagar el alquiler, eso no se puede tolerar”, reclamó Zanardo.
Leonardo Gil, director del hospital Ramón Carrillo, fue notificado ayer por la tarde de las más de 30 renuncias. Por lo pronto, los trabajadores de la salud evaluarán nuevas medidas de fuerza.
Felipe De Rosas, otro de los médicos autoconvocados, aclaró: “No es que mañana no haya conducción, sino que tenemos un mes de preaviso donde tanto la dirección como las autoridades provinciales verán si puedan replantear la oferta”. No obstante, advirtió sobre la complejidad del funcionamiento sin los jefes de servicios médicos: “Un jefe en un centro de salud debe ver desde la vacuna hasta el medicamento que falta; lo mismo en los servicios generales y técnicos”.
En tanto, explicó que “cuando un jefe renuncia, el inmediato superior debe hacerse cargo”. “La idea no es recargar, no queremos que estas renuncias recaigan sobre nuestros compañeros”, continuó y consideró que lo sucedido ayer por la tarde es “un llamado de atención” al gobierno de Arabella Carreras “porque hay descontento y desgano”.
Por su parte, en Roca quedaron vacantes 10 jefaturas y en Las Grutas otras cuatro, sobre un total de cinco servicios que tiene el hospital. Todas estas dimisiones se suman a otras 10 que se dieron en el Zatti de Viedma.
Con las presentaciones de renuncias, el personal médico le puso un plazo a las autoridades provinciales: “Tienen 30 días para decidir qué hacer de acá en adelante. Ya tuvimos dos reuniones, a la primera no fueron y a la segunda solo fueron para informarnos y no para dialogar con nosotros”.
“No pedimos un aumento de 1.000 o 2.000 pesos más un bono, queremos que nuestros salarios estén por encima de la línea de pobreza”, concluyeron.
La respuesta del Gobierno de Río Negro
El reclamo de este martes se dio luego de que el viernes pasado el Gobierno anunciara un adicional equivalente al 30% del salario básico de cada agente esencial, además de sumas extras para quienes ocupan jefaturas de servicios. La gobernadora Arabella Carreras manifestó que seguirá con “el diálogo”. Se prevé que la semana próxima haya una nueva reunión para avanzar hacia soluciones “de fondo”, agregó la mandataria provincial.
En Roca, donde presentó la renuncia una decena de médicos, el ministro de Salud Fabián Zgaib, relativizó la situación y sostuvo que se trata sólo de un porcentaje de las 53 áreas que tiene el hospital local. “Se va a continuar trabajando de manera normal”, aseguró en diálogo con Río Negro.