Termina un 2020 horrible y en la Casa Rosada esperan un rebote mayor al proyectado en el Presupuesto 2021. Sin embargo, la presión cambiaria e inflacionaria que se avizora en el horizonte no dicen lo mismo. Economistas, incluso, advierten el duro impacto en un sector clave: clase media baja y baja, electorado clave para el Frente de Todos. Más allá del gran esfuerzo oficial por copar la agenda mediática con las vacunas provincia por provincia, la crisis económica es descomunal.
La inestabilidad económica que transita la Argentina desde hace una década no hizo más que afectar duramente al electorado peronista. Los resultados estuvieron a la vista en 2015 y luego la pésima Administración Macri hizo lo propio con la clase media. Esto último también quedó registrado en las urnas en 2019.
Ahora, la pandemia y la falta de un plan de reactivación económica y generación de divisas están profundizando la crisis. La Casa Rosada parece no entender su magnitud y confía en un fuerte repunte en el 2021 electoral con inflación controlada y microdevaluaciones. Sin embargo, en el mercado no están tan seguros de que esto se pueda concretar, tal como lo tiene proyectado el Gobierno nacional.
El economista Carlos Melconian advirtió a El Cronista Comercial que la inflación, que pega con mayor violencia en los sectores más vulnerables, será el doble al 37% de 2020.
Su colega Gabriel Caamaño agregó desde A24 esta mañana (28/12), «siendo optimista, creo que la inflación del 2021 va a ser del 50% porque los precios relativos corrieron a la mitad de los bienes y tenés las tarifas congeladas y las brechas».
Por momento, el propio electorado del Frente de Todos percibe una clara descripción de los problemas del pasado y del presente pero no aparece el paquete de medidas para que se terminen los parches y el Plan Aguantar, y la economía se relance. Caamaño insiste: «Lo primero que hay que hacer es anclar expectativas. Acá, la clave es que la gente deje de creer que mañana hay una crisis porque si tenés todo el tiempo a la gente creyendo que mañana hay una crisis, vas a tener a todos buscando cobertura. Se desaprovecharon las oportunidades».
«El Gobierno logró encajar la situación con algo que sigue siendo inestable pero ya no está prendido fuego, digamos, con un juego de pinzas en los paralelos mediante bonos, ajustando mucho más el cepo, cerrando importaciones y se te sumó la demanda de pesos por una cuestión estacional. El problema es que no es sostenible en el tiempo.
Este enfoque de cerrar cada vez más la cuenta capital te lleva a una encerrona, a un callejón sin salida, porque lo que deja de pasar en la cuenta capital empieza a pasar en la cuenta corriente porque todos empezamos a demandar cosas que se parecen a los dólares. Entonces, cuando vos ves el balance cambiario, te colapsó el ingreso y llega un momento en que empezás a restringir la cuenta corriente, que son las importaciones. Ahí es cuando vos decís: ok, sostengo el tipo de cambio pero me recupero menos, pierdo actividad», profundizó.
En este sentido, arremetió: «La política monetaria fue inconsistente y lo sigue siendo. El acuerdo con el FMI es una oportunidad pero para eso necesitás tener un plan económico y cumplirlo».
«Creo que, sin ser extremadamente pesimista, si no hay una crisis, algo de recuperación salarial podés tener pero para los formales», alertó el consultor de Ledesma. Este dato es clave para el oficialismo, cuyo electorado está compuesto básicamente por clase media-baja y baja.
«El gran problema de cara al 2021 es que con este enfoque del Gobierno lo mejor a lo que vos podés aspirar es a mantener esta situación, que socialmente es un desastre. Entonces, vos lo que necesitás es un cambio que te potencie y te monte sobre el rebote que vos ya sabés que vas a tener por la reapertura de la actividad económica para ir saliendo de la situación social desastrosa que tenemos. El Gobierno tiene que cambiar el enfoque y Guzmán es muy de decirte lo que va a hacer pero no te dice el cómo. Así es muy diíficil porque no tenés expectativas ni horizonte», cerró.
Fuente: Urgente24