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La Argentina se alinea con Maduro al retirarse del grupo Lima

Cancillería cuestionó que las acciones del foro “buscando aislar a Venezuela y a sus representantes no han conducido a nada”.

El gobierno de Alberto Fernández anunció la salida de la Argentina del Grupo de Lima al considerar que las acciones que el foro emprendió para aislar a Venezuela y a sus representantes “no han conducido a nada”.

Además, “la participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar”, afirmó la Cancillería en un comunicado.

“La mejor manera de ayudar a los venezolanos es facilitando que haya un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular”, agregaron desde el Gobierno, y reiteraron un llamado a “lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional”.

También indicaron al gobierno de Nicolás Maduro que “producir las condiciones para un diálogo que resulte productivo es primordialmente su responsabilidad” y pidieron la inclusión de actores sociales como la Iglesia, empresarios y ONGs “sin exclusiones”.

El Gobierno también se expresó en contra de las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y de los intentos de desestabilización ocurridos en 2020 que “no han hecho más que agravar la situación de su población y, en particular, la de sus sectores más vulnerables”, especialmente en el marco de la pandemia de coronavirus.

El comunicado con el que Cancillería anunció al salida de la Argentina del Grupo de Lima.


El Grupo de Lima es una instancia multilateral que se estableció en la capital peruana en 2017 y reúne a una quincena de países de la región (Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía) junto a organismos como la Unión Europea y la Organización de los Estados Americanos con el objetivo de dar seguimiento y buscar una salida pacífica a la crisis en Venezuela.

Idas y vueltas entre la Argentina y Venezuela


Tras una clara oposición durante la gestión de Mauricio Macri, el vínculo entre la administración de Alberto Fernández y el régimen de Maduro quedó atravesado por las idas y vueltas diplomáticas y la intención de la Casa Rosada de mantener una postura intermedia, entre la no injerencia en los asuntos internos de otros países y el reconocimiento del informe sobre violaciones de los derechos humanos elaborado por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

El titular de la Asamblea Nacional Constituyente y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, no dudó en multiplicar los ataques contra el presidente argentino al que tildó de “tibio pa’ frío” y hasta insultó por una presunta “falta de solidaridad” con el palacio de Miraflores.

La embestida se dio después de que Fernández elogiara una carta del presidente francés Emmanuel Macron por la muerte de Diego Maradona y no dijera nada sobre la que envió Maduro, aunque el principal detonante fue el apoyo de la Argentina al informe de la ONU. El apoyo se había producido tras el malestar del Presidente con Carlos Raimundi, representante argentino ante la Organización de Estados Americanos (OEA), que previamente había rechazado el trabajo del organismo internacional sobre represión ilegal en el país que conduce Maduro.

En ese momento, el canciller Felipe Solá había ratificado también el rechazo de la Argentina a los bloqueos y sanciones económicas impuestas contra el régimen chavista.

A principios de enero, el Gobierno envió a un funcionario de la embajada argentina en Venezuela a la asunción de los legisladores afines al régimen de Maduro electos en los cuestionados comicios del 6 de diciembre y en medio de críticas por parte de la oposición. La Argentina fue parte de la veintena de países que mandaron a sus representantes diplomáticos al acto de asunción de la Asamblea Nacional, que constituye uno de los ejes de la grave crisis institucional que sufre ese país.

Ese gesto diplomático había sido precedido por la abstención en la Organización de los Estados Americanos (OEA) de votar la resolución que desconocía los resultados de las elecciones que se llevaron adelante en Venezuela. La OEA había aprobado un escrito rechazando las elecciones parlamentarias encabezadas por Maduro en Venezuela, que fueron cuestionadas por la oposición, por los Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina.

Venezuela también ansía un regreso al Mercosur, del que fue suspendido en 2017 por hechos ligados a las violaciones a los derechos humanos. El chavismo siempre esperó una señal, en ese sentido, de Alberto Fernández. Sin embargo, el presidente argentino pidió la inclusión de Bolivia como miembro pleno, pero no de Caracas.

Uno de los últimos gestos del Gobierno a favor del régimen de Maduro fue que la Argentina fue, junto a Bolivia, uno de los países del Grupo de Contacto Internacional para Venezuela que evitó firmar un repudio a la expulsión de la embajadora de la UE en Caracas, Isabel Brilhante Pedrosa, a principios de mes.

TN

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