La Cancillería israelí trasmitió una fuerte queja al embajador Sergio Urribarri: consideró «inaceptable» la posición argentina.
La relación de Alberto Fernández con Israel atraviesa el peor momento, justo cuando el gobierno argentino había iniciado gestiones para lograr la producción local de la vacuna que se desarrolla en ese país.
La Cancillería israelí citó formalmente al embajador argentino, Sergio Urribarri, para expresarle el malestar del gobierno por el voto de Argentina en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a favor de la creación de una comisión para investigar posibles crímenes de guerra en Palestina.
Urribarri fue recibido por el Director General Adjunto para América Latina y el Caribe, Modi Ephraim, quien le expresó formalmente que Israel considera «inaceptable» la posición argentina. El funcionario agregó que «es inconcebible que Argentina, que sufrió graves y dolorosos atentados terroristas (…), no condenara el terrorismo de Hamas y apoyara esta resolución».
Ephraim añadió que «la expectativa» del gobierno israelí es que Argentina los «apoye en momentos difíciles a la luz de la amistad entre los países a través de los años y la alianza en la lucha contra el terrorismo».
El conflicto con Hamas en la Franja de Gaza detonó una inesperada tensión de Alberto con Israel, primero cuando la Cancillería condenó el «uso desproporcionado de la fuerza» israelí y luego con el voto en la ONU, donde Argentina se alineó con Rusia, China y Venezuela.
Además de la queja formal a Urribarri, Alberto tuvo que dar explicaciones a las autoridades de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) a quienes recibió en la Casa Rosada.
Según el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits, en la reunión Alberto explicó que siguió la postura planteada por la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre el conflicto de Israel y Palestina.
«Que sea Bachelet no le da un manto de razón a la investigación. Se ha equivocado claramente en este caso», retrucó el presidente de la DAIA. «Creemos que la abstención, ni hablemos de rechazar la moción, para Argentina hubiese sido un escenario más prudente», dijo Knoblovits.