El filósofo consideró que se trató de “una estrategia de destrucción a la figura”
La “Marcha de la piedras”, es el homenaje a los más de 109 mil muertos por coronavirus en el país, con centro en Casa Rosada y Olivos. Sin embargo, el asesor presidencial y filósofo Ricardo Forster dijo que “no hubo duelo sino odio y bronca” y aseguró que los actos buscaron destruir la imagen de Alberto Fernández.
Forster aseguró que en la marcha se buscó “demonizar al kirchnerismo” y sugirió que se trató de una “estrategia de destrucción de la figura” del jefe de Estado. Forster dijo que, en primer lugar, “la foto no debería haber estado” y que, además, “la reunión no debería haber ocurrido”. Incluso ensayó una defensa del jefe de Estado al hablar de cierta “ingenuidad” en el asunto. Al mismo tiempo, destacó el trabajo de Fernández en términos políticos, y en cuanto al manejo de la pandemia.
En cambio, el charlatán Foster criticó a quienes, según su opinión, “regaron de contenido político” una expresión conmemorativa por las víctimas del COVID-19. “Veía algunas de las imágenes, al pasar, de la marcha de las piedras, y vi algunos carteles que me pareció que ahí no había duelo, sino odio y bronca, sobre todo en algunas personas, quizás en otras no”, aseguró en diálogo con AM 750.
“Pero esa cosa de demonizar al kirchnerismo, que justo surja esto a partir de lo que es claramente una estrategia de destrucción de la figura del Presidente de la Nación”, añadió en ese sentido.
Y agregó: “Creo que un pueblo merece construirse de otra manera, que la democracia hay que pensarla y vivirla desde un lugar distinto, más allá de los conflictos que son connaturales a la vida democrática. Más allá de las diferencias deberíamos aprender de este tiempo difícil a vivir de otra manera. Pero cada día me vuelvo más escéptico respecto a la posibilidad de generar eso”.
“Hubo ingenuidad de Alberto Fernández pero no debería serlo del presidente de la Nación y mucho menos de quienes deberían ocuparse de cuidar e impedir que sucedan cosas como ésta”, destacó.
“Si alguien saca una foto, esa foto está condenada a circular. Y si esa foto incluye al Presidente y una situación como la que sucedió en julio del año pasado, se convierte en un arma de guerra. Entonces hay que tener infinito cuidado, pero no para hacer transgresiones y que no se entere nadie, sino en un sentido más profundo del término”, cuestionó.
Por último, apuntó contra la oposición al gobierno: “Uno tiene la impresión que la oposición no puede decirle nada a la sociedad porque no tiene nada para ofrecerle en cuanto a mejoramiento estructural
“Ahora están más contaminados de sectores mucho más a la derecha. Entonces construye su manera de caminar hacia las elecciones apropiándose de este tipo de situaciones, de errores, de espectacularización, el amarillismo. Y algo que no es menor, la propagación que tienen este tipo de prácticas”, cerró.