La decisión que el Banco Central (BCRA) adoptó a comienzos de octubre en materia de pagos de importaciones para evitar que la sangría de dólares siga creciendo, generó una gran cantidad de reclamos por parte del sector privado y, lo que es peor, desencadenó en problemas concretos para producir. Se lo hicieron saber al Gobierno desde distintas cámaras empresarias y hasta hubo varios encuentros de sus directivos con la cúpula de la entidad monetaria para intentar resolverlos.
Mientras tanto, pasó el mes y el Central lleva comprados unos USD 550 millones, frente a las ventas por más de USD 600 millones durante los mismos días de octubre del año pasado.
En las últimas semanas, directivos de la entidad mantuvieron encuentros con entidades como la UIA, la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra), la Asociación de Empresarios Nacionales (ENAC); la Asociación de Fábricas de Autocomponentes (AFAC) y la Cámara de Bicicletas, entre otras. En todos los casos, los planteos apuntaron a la necesidad de poder pagar anticipadamente los bienes de capital y los insumos, ya que, en el primer caso, ningún proveedor del exterior produce una máquina sin un anticipo, mientras que en el segundo, dependiendo del insumo y del vínculo que exista con ese cliente, tampoco aceptan despacharlo sin contar con un pago previo.
Los pagos a la vista, en tanto, también fueron restringidos por la normativa del BCRA. ¿Cómo funcionan? El proveedor envía la mercadería y la empresa local la paga una vez que está embarcada, o incluso ya en la Aduana –antes de ser nacionalizada– contra la documentación correspondiente. En este caso, si la compañía no cumple, los productos terminan en depósitos fiscales y luego el proveedor puede reclamarla de vuelta. Desde el 6 de octubre, cuando el organismo monetario sólo permitió acceder al MULC una vez que la mercadería ingrese a territorio argentino, “muchos proveedores no lo aceptaron y quedó mucha producción en el puerto”, dijo a este medio un empresario miembro de la UIA.
“Les pedimos que liberen los pagos a la vista para la mercadería que ya está en el puerto. Hay mucho que quedó ahí y las empresas están pagando estadía porque no pudieron hacerse de la documentación para el pago. Eso me generó algunos problemas para hacer líneas específicas de productos”, reclamó el empresario. A su vez, consideró que “será fundamental que vuelvan a permitir un cupo de USD 1 millón –hoy fue reducido a USD 250.000– para pagos anticipados de bienes de capital e insumos”.
Desde la UIA se le planteó al titular del BCRA, Miguel Pesce, y al vicepresidente primero Sergio Woyecheszen que las más perjudicadas con estas medidas fueron las pequeñas y medianas empresas, ya que las grandes tienen mayor espalda y habitualmente vínculos más sólidos con sus proveedores. Lo mismo las que tienen su casa matriz en el exterior y la operatoria es entre ellas. En esos casos, no hay inconvenientes. Las fuentes de la entidad fabril explicaron que los funcionarios justificaron la medida planteando que “hubo empresas que pagaron plantas completas que tendrían que finalizar en 2024 de forma anticipada”.
“Saben que tienen que flexibilizar, pero no saben cómo hacer para que no se le desmadre. Todas las empresas estaban adelantando pagos, pero no pueden separar la paja del trigo. Muchas empresas patearon los pagos a proveedores diciendo que después de fin de mes se regularizará, pero si se vuelve a extender habrá problemas”, dijo una fuente del sector automotriz, desconfiado de que el BCRA avance con la flexibilización
Desde el sector de comercio exterior, precisaron que en este mes de controles “hubo renegociación de términos y condiciones con los proveedores, hubo varios días de suspensión de ventas y hay una gran incertidumbre sobre cuál será el costo de reposición”.
“Los niveles de stocks vienen bajando desde la pandemia porque es imposible reponerlos al ritmo normal. El efecto no es sobre estos 30 días; lo de este mes probablemente se vea en enero porque la mercadería por los mismos tiempos de la compra y el embarque de la mercadería”, dijeron las fuentes