La suba va acelerándose del dólar oficial y, aunque gobierno debería hace mucho ponerlo como va en el mercado, tuvo reacción tardía
Devaluación natural del dólar
En un país con emisión descontrolada de moneda, con escasez y deudas sociales reales. Falta de criterio en resolución del salario de jubilados y sectores de la clase (ideológicamente media). No hace más que para extender dinero artificial a sus amigos, contribuye a un profundo deterioro del dólar y, en consecuencia del peso (sin respaldo o valor real).
Posible corrida y brete por escasa reserva en dólares
En los últimos días, luego que a través de una cadena de WhatsApp un pequeño estudio jurídico alertara sobre una eventual corrida de depósitos en dólares, comenzaron una serie de comentarios en el mercado financiero, en las empresas y en las redes sociales, acerca de la escasez de reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para enfrentar una corrida cambiaria en dólares. En este contexto, la gran pregunta es si el BCRA deberá devaluar fuerte el peso en el mercado oficial de cambios próximamente.
El economista Fausto Spotorno explica que «por el momento, los depósitos en dólares del sector privado están fuertemente protegidos por la elevada liquidez de los bancos y es improbable que algo así (tomar depósitos del sector privado para fortalecer reservas) suceda. Sobre todo, porque eso sería una solución para el problema equivocado. El problema no es que falten dólares, sino que faltan divisas al tipo de cambio oficial. Se trata de una cuestión de precio, no de escasez. Fue el propio Gobierno al hablar de la falta de dólares, de la restricción externa y obviar la cuestión del tipo de cambio, el que se metió en este brete».
Deslizar más rápido el cambio oficial
Por otra parte, desde la consultora M&S advierten que el BCRA hace malabares para no perder más reservas internacionales en el mercado cambiario oficial, pero no lo logra. Después de las elecciones legislativas dejó de vender dólares en el mercado CCL para intervenir en la brecha cambiaria. Luego, puso el límite a los pagos en cuotas con tarjetas de crédito en el exterior. Y desde comienzos de diciembre se confirmó que empezó a deslizar más rápido el tipo de cambio oficial.
La suba del dólar oficial
El dólar en la plaza mayorista cerró a $101,22 para la compra y $101,42 para la venta, elevándose 14 centavos por encima del cierre de del martes. La suba es algo más elevada en relación al mecanismo habitual que viene aplicando el BCRA. Para contener la demanda de importadores y otras empresas, no obstante, el Banco Central debió vender u$s45 millones, según estimaciones privadas.
Al parecer, el BCRA habría firmado la partida de defunción de la tablita cambiaria electoral de 1% por mes que no logró bajar la inflación, que se ha estabilizado en un valor de alrededor del 3 por ciento mensual promedio.
El atraso cambiario
El informe describe que «el crawling peg va más rápido y cuando entre en ritmo podría entrar en un taxi en la zona del 3% mensual». El último dato, al 7 de diciembre, muestra que las reservas internacionales netas sumaron unos u$s4.300 millones, con reservas líquidas negativas en torno a u$s1.800 millones. La sensación que flota en Wall Street y en el mercado financiero local es que el tipo de cambio oficial está atrasado.
Para entender este retraso cambiario basta con observar las cotizaciones de todos los tipos de dólar en el mercado libre, ya sea el MEP (Bolsa), el tradicional Contado con Liquidación (CCL) o el paralelo. La brecha cambiaria que supera el 100% implica que, por un lado, los exportadores no quieren liquidar sus dólares porque se sienten muy perjudicados al vender sus productos al exterior a ese tipo de cambio oficial de 101 pesos. Por otra parte, los importadores tratan de anticipar todas las compras posibles, ya que ven que ese dólar barato para importar no durará mucho tiempo.
«El problema no es que falten dólares, sino que faltan divisas al tipo de cambio oficial. Se trata de una cuestión de precio, no de escasez» explica Spotorno.
Una brecha tan elevada es un indicador de desconfianza sobre el valor de la moneda local y, en el caso particular de Argentina, se suma el hecho de que las tasas de devaluación no cubren la inflación esperada y la tasa de interés es menor que la inflación proyectada. Hay distintos trabajos econométricos que circulan entre los bancos y las empresas que indican que el tipo de cambio oficial está hoy atrasado entre 20% y 50 % respecto a las medias históricas o de largo plazo.
Por lo tanto, si se tiene que ir hacia un tipo de cambio de equilibrio bajo esos parámetros, se podría llegar a la conclusión que el dólar actual está sobrevaluado o, en otros términos, barato. No es ilógico pensar en llevar el valor del dólar a un rango entre $130 y $150, dependiendo del impacto que tenga sobre la inflación dicha devaluación. Por eso, algunos economistas dicen que $200 es un tipo de cambio caro.
Otra comparación estadística muestra que, en términos históricos, un precio de dólar de 200 pesos de hoy equivale, luego de ajustarlo por la inflación, a un máximo histórico de $4. Ese fue el valor del dólar en abril de 2002, cuando se instrumentó el corralón de Roberto Lavagna. Por eso, muchos piensan que este valor del dólar es alto. Aun así, el mercado parece convalidarlo y tiene razones para ello. Las comparaciones históricas a veces llevan al error, ya que se trata de cambios de contextos. Por ejemplo, en 2002 no había un virus como el Covid-19, que ha cambiado las formas de vivir, de producir y de consumir del mundo.
Otra de las explicaciones que dan los economistas es la que expresa Marcelo Elizondo, Director de la consultora DNI. «Para entender por qué el mercado está convalidando un valor del dólar libre que parece alto en términos históricos, hay que comprender que el problema no es el dólar sino el valor del peso, que se desploma», dice a iProfesional.
Y agrega: «El déficit fiscal, la enorme deuda del Banco Central en Leliqs y Pases y sus intereses, representan una potencial emisión monetaria que podría llevar fácilmente a una aceleración inflacionaria y a una mayor pérdida del valor del dinero. No solo porque representan un verdadero riesgo para las tenencias de pesos, sino que, además, la falta de respuesta por parte del Gobierno sobre el futuro del esquema monetario tampoco ayuda a aclarar el panorama hacia adelante».
Cambio verdadero del dólar e inflación
Cuando se habla de un atraso cambiario o dólar barato, se refiere al tipo de cambio real. Éste es la combinación entre el tipo de cambio y la inflación. Si la devaluación del peso es del 10% y los precios suben un 10% por encima de los precios internacionales, el tipo de cambio real permanecería sin cambios y la devaluación no serviría para nada. Para mejorar esa ecuación, es necesario que el valor del dólar suba más que los precios. Pero como algunos precios están atados al dólar, otros deben ser corregidos en términos de dólares y la emisión monetaria juega en contra.
Lo que se debe entender es que para solucionar todos los desequilibrios macroeconómicos fiscales, monetarios y cambiarios el ajuste del tipo de cambio que se necesita debe ser tan grande como para poder compensar todos los efectos inflacionarios. Esto es una solución de manual que siempre proponen los técnicos del FMI a los países con problemas como la Argentina. Si a eso se le suma la baja credibilidad, la posibilidad de devaluar a través de un salto cambiario se hace muy difícil.
Pero más allá de todas estas explicaciones, conviene analizar cómo se han movido hasta ahora los mercados del futuro del dólar. Los grandes, por ejemplo aquellos que vendieron dólar futuro a fin de año, lo hicieron a un precio que llegó a $112, mientras los que cerraron posiciones en noviembre ya festejaron.
En las últimas ruedas hubo una fuerte intervención del BCRA que, apenas terminó noviembre, utilizó el cupo que le dejaba libre ese mes para bajar todos los precios de los plazos más cercanos. Por lo tanto los contratos de fin de diciembre valen $103,64 y la tasa para ese plazo se ubicó en el 35% anual, la misma de un plazo fijo.
Tras las PASO de septiembre el valor del dólar de fin de año era de $ 110,50. Las ganancias van desde $6,5 por dólar hasta $8. El contrato mínimo en el Rofex Matba es de u$s100.000 y eso implica que hay ganancias que van de los 600.000 hasta los 800.000 pesos por contrato de 1.000 dólares.
Lo importante es que todavía el BCRA tiene un poder de fuego de unos u$s6.500 millones para intervenir en los mercados de futuro y, por lo general, siempre es vendedor. La principal variable que no está alineada, de acuerdo con la opinión de varios economistas consultados por iProfesional, es la tasa de inflación que proyecta el Gobierno para 2022. Recientemente, el BCRA publicó el Relevamiento del Estimador Mensual de noviembre donde se muestra que la suba de precios en la economía esperada por bancos y consultoras será 52,1%.
En otras palabras, observando la generación de pesos hacia delante provocada por el déficit fiscal y el cuasi-fiscal, la necesidad de ajustar el tipo de cambio oficial, las tarifas de servicios públicos y otros precios congelados, la probabilidad de una aceleración inflacionaria no es baja. En ese contexto, no es de extrañar que el mercado este anticipándola en el precio del dólar libre. Sobre todo, teniendo en cuenta que, al no contar con reservas o credibilidad, no queda claro cuál sería la combinación de inflación y devaluación que se observará en Argentina en los próximos meses.
La probabilidad de una aceleración inflacionaria no es baja. En ese contexto, es probable que el mercado esté anticipando una devaluación en el precio del dólar oficial. Una situación que se asemeja bastante a la de principios de 2014, que fue la última vez que el kirchnerismo devaluó fuerte el peso en el mercado oficial de cambio. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner dejó caer el peso casi un 25 % entre el 21 y el 23 de enero de 2014. ¿Volverá a hacerlo en esta ocasión?
Redacción/Iprofesional