Gastón se encarga de darles de comer a los chicos de la zona juntando comida desechada en el mercado de frutas y verduras local.
La pobreza hoy en la Argentina creció y basta con recorrer el Conurbano para darnos cuenta cómo en calles que antes no tenían asentamientos hoy se encuentran casillas, gente durmiendo en la vereda o en los halls de algunas casas.
En el partido de Tres de Febrero, la calle Almirante Brown sobre la cual está el Cementerio Comunitario de Ciudadela, se convirtió en la casa de muchas personas que no tienen donde vivir.
Allí, se instalaron en parte de la vereda y mitad de la calle. Es gente muy humilde no tiene nada, pero que sin embargo, arma comedores comunitarios para darles de comer a los chicos.
Gastón alimenta a 30 chicos de la zona. Él vive con su pareja y sus tres hijas en una estas casillas que no tiene ningún tipo de servicio: no tiene luz, no tiene gas, no tiene agua. Casi todas las noche pueden encontrarse con una rata porque su medianera da a la pared del cementerio.
Todas las mañanas, Gastón se levanta y va a cartonear, pero los sábados va al mercado de frutas y verduras del partido de Tres de Febrero, a buscar de la basura, o de aquellos alimentos que desechan para poder llevarlos y armar una olla popular para estos chicos.
Están comiendo literalmente de la basura, se les está dando a los chicos comida que sale de los desechos o del descarte de otras personas.
Gastón se toma el trabajo de limpiar y de sacar todo lo que está podrido de las frutas y las verduras. Pero les hace falta todo. Incluso para servirle a esos chicos en cada plato desde la olla no tiene cucharón.
En la Argentina es cada vez más la gente que revuelve los desechos o que busca en la basura para alimentarse. Es cada vez más la gente que vive en la indigencia. Gastón es un ejemplo de esa gente, es uno de esos tantos personajes que abundan cada vez más en el conurbano bonaerense.