El debate por la implementación de la boleta única, una iniciativa de la oposición agrupada bajo un mismo objetivo, comenzó a desandarse ayer en el Congreso. El Frente de Todos planteó su rechazo y Juntos por el Cambio marcó la necesidad de que el sistema democrático y electoral evolucione con un cambio en la forma de votación.
El tema no es indiferente para el des gobierno nacional. La postura de Alberto Fernández es clara, no cree conveniente avanzar en una reforma electoral. ¿El motivo? Cree que el sistema actual funciona bien y sin contratiempos. No tiene fisuras y puede implementarse razonablemente.
“El sistema electoral argentino es una de las pocas cosas que anda bien en la Argentina. Nunca hubo cuestionamientos de fraude. ¿Para qué cambiar?”, se sinceró el empleado público de la Casa Rosada frente a un puñado de funcionarios que lo acompañan por la gira que está realizando en Europa.
Fernández no le esquiva a la coyuntura y sabe que en Argentina el debate tendrá un lugar en la agenda política. Sobre todo porque la oposición unida ha logrado llevarlo al Congreso. Ayer comenzó su tratamiento en una reunión conjunta de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Justicia y Presupuesto.
Si hay dictamen, en junio el proyecto se debería estar debatiendo en el recinto. Una posición intermedia es la que representa el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien se inclina por la implementación de la boleta única electrónica que se utiliza en la provincia de Salta.
No hay un alineamiento total en el peronismo respecto a cuál es el mejor sistema para votar. Durante la gira europea Fernández fue claro con el tema, “En el fútbol se dice que el equipo que gana, no se toca. ¿Cuál es el sentido de cambiarlo?”, se preguntó durante la misma conversación que tuvo con los funcionarios públicos que lo acompañan, esta reflexión se llevó a cabo en un momento de desvarío alejado de la situación de la población y de lo que necesita.
En este caso parece no haber diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El diputado Leopoldo Moreau, cercano a Cristina, se expresó en la misma sintonía de lo que cree el empleado público de la Casa Rosada, “Cuando no hay un problema, no hay que crearlo. El sistema electoral funciona perfectamente bien y el proceso es transparente”, indicó.
El principal argumento del oficialismo es que el sistema funciona bien. Y que, incluso, el tiempo en el que se realiza el escrutinio se agilizó mucho con el paso de los años. Un dato que se refleja en la realidad ya que en las últimas elecciones más del 70% de las meses estaban escrutadas tres horas después de que se hubiese cerrado la votación.
En el ministerio del Interior que conduce Eduardo “Wado” de Pedro prefieren no meterse en la polémica sobre la utilización de un nuevo formato electoral. “Todo lo que es material electoral es una discusión del Congreso de la Nación. Nadie puede legislar sobre el tema”, indicaron desde la cartera. No se van a meter. No quieren inmiscuirse en la polémica.
La oposición tiene decidió avanzar con la decisión de tratar el tema porque creen que si se aplica la boleta única será importante para transparentar el proceso electoral. Lo que están tanteando ahora es si puede contar con el apoyo de algún sector del peronismo en ambas cámaras.
Cristina Kirchner ya ha sido clara sobre el tema durante la conferencia que brindó en Chaco el último viernes. Aseguró que el método de votación fomenta el ocultamiento porque “es un pedazo de papel con una cantidad tremenda de partidos donde sólo se conoce al primer candidato”.
“Es una boleta donde vos votas una lista de diputados pero no sabes si hay chorizos, si hay ajos”, fue la metáfora que usó en ese momento. En esta discusión la mayor parte del peronismo está unida. Pero empezaron a aparecer voces del interior que podrían cambiar la ecuación. Sobre todo de gobernadores que miran de reojo la posibilidad de impulsar un cambio en el sistema electoral.