El ministro de la Corte pidió políticas de Estado contra el narcotráfico, y definiciones políticas acerca del rol institucional
Ricardo Lorenzetti: “No es una prioridad ampliar la cantidad de jueces de la Corte Suprema”
Ricardo Lorenzetti se sienta en el sillón de una de las oficinas de la Facultad de Derecho de Rosario, donde se mueve con total naturalidad. «Soy Doctor Honoris Causa acá, claro que estoy como en mi casa», sostiene en tono distendido. Ese relax va cambiando cuando analiza el enfrentamiento del gobierno con la Corte y el proyecto para ampliarla: «Es una disputa absolutamente secundaria, no es una prioridad», responde contundente. En diálogo con Clarín, Lorenzetti también se refirió a las críticas de Cristina Kirchner y Alberto Fernández a la Justicia y pidió «hablar sin gritos» sobre la verdadera independencia de poderes. «Si cambiamos las instituciones cada vez que no nos gustan los fallos, el mensaje es muy malo», razonó. Sobre el narcotráfico mostró una preocupación mayor: «No hay políticas de Estado hace más de una década».
Lorenzetti habló antes del encuentro de jueces en Rosario que se juntaron bajo el lema «El juzgamiento del narcotráfico”, y que aglutinó 122 magistrados federales de todo el país.
Encuentro con Ministros de la Corte
El encuentro contó con la presencia de los ministros de la Corte Suprema de Justicia, del Procurador General, Eduardo Casal y de los principales funcionarios judiciales en materia de narcocriminalidad.
─¿En qué se falló para llegar a este escenario respecto al crimen organizado?
─La Corte en 2009 dictó una sentencia, conocida como el fallo Arriola, un fallo que salió por unanimidad con una Corte más amplia y con un arco de opiniones diversas, pero coincidimos en un tema superior a esa diversidad, que era la necesidad de contar con políticas de Estado. Pasó más de una década y esas políticas de Estado no se hicieron. Eso tiene un impacto muy grande porque el problema no sólo no disminuyó sino que creció y hoy tenemos en todo el país una situación muy difícil con el narcotráfico.
─En lo que va del año, solo en Rosario hubo 103 homicidios vinculados al narcotráfico.
─Son las consecuencias dramáticas de esa falta de políticas; la sociedad vive con miedo. Los ciudadanos son prisioneros y parece que los delincuentes están libres porque aún desde la cárcel siguen operando. Es una tragedia institucional porque es un festival de la ineficacia, que a la vez genera una reacción de enojo social, de frustración. No se puede seguir así. La mayoría de las personas piensan que hay una hoguera de las vanidades o que es una disputa política permanente.
─¿Cómo se sale de ese escenario tan politizado?
─Desde la Comisión de Narcotráfico que coordino creemos que es tiempo de un modelo diferente. Tenemos que terminar con que cada gobierno le eche la culpa al anterior, porque acá pasaron todos los partidos y ninguno logró solucionarlo.
─¿Cómo se implementa el cambio que usted sugiere?
─Proponemos un enfoque integral y permanente, porque hay que atacar todas las causas al mismo tiempo. Por una lado, una política de institucionalización de las villas, hay que crear lugares de atención en los barrios y educación permanente, como dice el fallo de la Corte. Y ayudar a las organizaciones sociales y religiosas. Por otro lado, hay que coordinar las fuerzas de Seguridad en dos planos: más visibilidad de las fuerzas y una sofisticación tecnológica y delictiva enfocada en los circuitos de la droga.
─¿Cómo se combate al narcotráfico y sus recursos económicos?
─Esa es la tercera avanzada, la lógica económica. Ahí hay que tener una ley de extinción de dominio, hay que hacer funcionar bien a la AFIP, que no pongan gente amiga sino que pongan profesionales que puedan tener penetración y análisis del lavado, lo mismo en la Aduana y la Unidad de Información Financiera (UIF), porque son centros importantes.
─¿Cuál es el rol del Poder Judicial, siendo que un tercio de sus cargos están vacantes?
─El Poder Judicial federal está prácticamente vacío, hay que cubrir los cargos. Hace años que venimos hablando y los cargos no se completan, no hay jueces en Rosario y en gran parte del país. La justicia provincial acá está trabajando bastante bien, pero en materia federal aún se discute si va a haber sistema acusatorio (que le da más protagonismo a los fiscales en la investigación) o sistema tradicional, entonces no funciona nada porque tampoco hay fiscales. No podemos seguir discutiendo en medio del río cuando se nos viene una inundación.
─¿Entonces hay problemas en todas las esferas?
─Hay que terminar con la idea de que uno se culpa al otro, terminar con la idea de las soluciones parciales y crear una agencia donde estén todos. El otro gran problema es que el funcionamiento de los planes y organismos es esporádico. Acá hay que hacer algo que funcione de manera permanente, con autoridades políticas, judiciales, las fuerzas, aduana, AFIP, UIF en cada región.
─¿Cómo se logra esto si la sociedad presencia un constante enfrentamiento de la política con la justicia, el Consejo de la Magistratura tiene una pelea política que nos lleva a tener en Rosario y Santa Fe el 36% de los cargos sin cubrir, con ternas que el Gobierno que nunca manda al Congreso o que el Senado no vota?
─Por eso reclamamos políticas de Estado, hay que terminar con la idea de que lo que están discutiendo son espacios de poder personales o sectoriales y entender que estamos hablando de la seguridad de las personas y de terminar con el narcotráfico. Nosotros censuramos fuertemente todas aquellas prácticas que priorizan las vanidades personales, las fotos personales, los egoísmos, las disputas y sobre todo la paralización y una ineficacia que es trágica. Acá estamos unidos y queremos que los demás poderes del Estado se unan y tengan políticas que pedimos hace más de una década.
─¿El mensaje de unidad también es para el Gobierno que critica constantemente al Poder Judicial?
─Es para todos los gobiernos. En Rosario convocamos a todos los partidos políticos, porque pasaron distintos gobierno de todos los partidos y ninguno pudo solucionar el problema del narcotráfico. Si no pensamos que hay algo superior, no nos concentramos en trabajar en los problemas comunes de las personas de los ciudadanos que viven con miedo, ese miedo es el que se va a llevar por delante a las instituciones. Es una situación muy grave.
─En medio de esta situación trágica, ¿qué piensa del plan del Gobierno para ampliar la Corte?
─Tenemos que ocuparnos de los problemas de las personas, de los ciudadanos argentinos, no de estas disputas que son absolutamente secundarias no porque no sean importantes, sino porque no es una prioridad. Tenemos que dar tranquilidad a las personas no sólo en materia de narcotráfico, tenemos que dar tranquilidad y seguridad jurídica en materia de división de poderes, en materia de funcionamiento de la economía y seguridad jurídica a los trabajadores, a los vulnerables.
─¿Por qué se da esta discusión?
─Si cambiamos las instituciones cada vez que no nos gustan los fallos, el mensaje es muy malo.
─¿Ampliar la Corte tiene que ver con decisiones del máximo tribunal que a este gobierno no le gustan?
─Esto pasó siempre, yo estoy hace quince años. Por ejemplo, cuando nosotros sacamos los fallos sobre la «democratización de la justicia», las críticas fueron mucho más fuertes que ahora, porque era un gobierno más fuerte.
─¿Éste no es un gobierno fuerte?
─Lo que digo es que a mí no me preocupan demasiado las críticas. La Corte tuvo en los últimos quince años posiciones muy fuertes, ataques muy fuertes, y nunca hemos cedido y tampoco vamos a ceder ahora. Siempre ha pasado. Lo que tienen que tener en claro es que por más que griten, hagan manifestaciones -que eso está bien porque cada uno puede hablar, manifestarse- la Corte no va a cambiar su posición por eso. De lo contrario, pondríamos en riesgo la Constitución y sobre todo lo que los argentinos esperan de una Corte Suprema.
─El presidente Fernández habló de Brasil que tuvo la suerte de tener una «Corte digna», Cristina Kirchner critica constantemente a la Corte…
─Lo que hay que dejar en claro es que por más que digan lo que digan, nosotros hace más de quince años tenemos una línea de principios y valores que no va a cambiar. Lo que importa acá es lo que los argentinos esperan y yo les digo: quédense tranquilos, la Corte no va a cambiar ninguna de sus jurisprudencias claves en la interpretación de la Constitución. Después que critiquen. Bueno, también los gobiernos son criticados. Las Cortes en general son atacadas.
Desde Rosario la política judicial
─¿Por qué cree que la política critica reiteradamente a la Corte?
─Porque hay que hacer un debate sobre si queremos o no la independencia de los poderes judiciales, porque en el fondo es una cuestión de que falta lo que mi mamá decía: instrucción cívica. ¿Queremos o no la división de poderes? Porque en definitiva lo que hay es una disputa política sobre el poder judicial, a ver quién tiene más jueces amigos, y eso no es lo que se entiende por división de poderes. Hay ejemplos de varios lados. Hay que hablarlo, no pelear, no andar a los gritos o con denuncias, sino con serenidad hablar de cómo fortalecemos un poder judicial independiente.
─Hay una crítica constante a la Corte respecto a la falta de plazos para resolver temas importantes, como ocurrió con el Consejo de la Magistratura. ¿No se deben una autocrítica?
─Bueno, nosotros tal vez tenemos que explicar más cómo funciona la Corte. Recibimos 20.000 peticiones al año, algunos casos no se toman. Nosotros opinamos sobre 400 casos al año, y hay casos de relevancia institucional que tienen impacto en la organización de las instituciones, como el Consejo de la Magistratura o casos de organización del sistema federal, como la coparticipación de recursos. En esos casos las partes piden que no sean tratados, porque el Congreso iba a sacar leyes.
─Presenciamos una fuerte interna en el gobierno. ¿La Corte está exenta de las internas?
─Nosotros tenemos una relación responsable. Más allá de todo lo que digan, lo que hay que ver son los hechos: la mayoría de los fallos que sacamos son unánimes. En los hechos concretos no tenemos problemas. Obviamente que hay distintas opiniones, pero eso es muy bueno.
─¿Vamos a tener muchos años una Corte de cuatro miembros?
─No podemos seguir funcionando con cuatro miembros, eso es claro. Pero es una decisión del Poder Ejecutivo.
Rosario, enviada especial/Clarín