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Atucha III: dudas sobre la central nuclear china que se construirá en la Argentina

Se ciernen las dudas sobre el accionar de China en torno a la central nuclear. Proyecto que debería empezar en el 2023.

Se ciernen las dudas sobre el accionar de China en torno a la central nuclear. Proyecto que debería empezar en el 2023.

Atucha en duda por China, la central nuclear

Es uno de los megaproyectos energéticos que la Argentina tiene para los próximos años. Atucha III, la nueva y cuarta central nuclear del país, será una planta de generación eléctrica clave para la matriz nacional. Recolectó múltiples respaldos, pero muchos detalles sobre su construcción aún están irresueltos y siembran de interrogantes esta iniciativa.

En este contexto, TN organizó un encuentro con referentes del sector para debatir el proyecto de Atucha III. Participaron Mario Mariscotti -doctor en física y exdirector en la CNEA-; Jimena Latorre -diputada nacional por Mendoza (UCR) y secretaria de la comisión de Energía-; Emilio Apud -ingeniero industrial, exsecretario de Energía y exdirector de YPF-; y Daniel Montamat -exsecretario de Energía y extitular de YPF-.

Los detalles del contrato con China

La Argentina firmó un contrato comercial con China en febrero para empezar a construirla a comienzos de 2023 y durante 7 años. Es un contrato del tipo llave en mano, presupuestado en US$8300 millones a pagar en 20 años, contado desde el momento en que la central se ponga en funcionamiento y empiece a generar energía.

En el acuerdo inicial firmado por Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) -la empresa que gestiona las centrales nucleares en el país- y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC) se estipulaba una financiación del 85% por parte del gigante asiático. La inestabilidad económica argentina hizo que las autoridades nacionales ahora pidan un 100% del crédito.

“Sabemos menos de lo que deberíamos sobre Atucha III”, señala Jimena Latorre, diputada nacional y secretaria de la Comisión de Energía.

Las negociaciones por esa ampliación todavía no se concretaron y, según supo TN, no están cerca de hacerlo. Esta situación deriva en que desde NASA y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ya empiecen a pensar que el inicio de la obra puede atrasarse. Lo mismo sucede con la otra veintena de proyectos que la Argentina firmó con China en el último año.

Interrogantes sobre el financiamiento

Una de las grandes dudas que presenta que presenta el proyecto de construcción de Atucha III es el financiamiento y posterior repago que la Argentina tendrá con China. En el preacuerdo firmado en febrero se estipula que la Argentina empezará a devolver el crédito una vez que la central entre en funcionamiento. El repago estaba considerado en base a la venta de la energía que genere durante los 12 años siguientes a que empiece a funcionar.

Desde Nucleoeléctrica Argentina aseguran que en caso de un retraso en la obra, como podría suceder si no se llega al 100% del financiamiento, el repago empezaría cuando la central empiece a generar energía. “Hay que evitar que el Estado comprometa al país con inversiones de 20 años, pero en 20 años vamos a tener que pagar”, reclamó Emilio Apud.

“Esto no es una inversión, es un préstamo, la inversión sería en estas asociaciones público-privadas”, exclamó por su parte Mario Mariscotti, al tiempo que agregó: “CNEA y NASA tienen mucho para aportar, pero no están para hacer negocios propiamente dicho”. De todas formas recalcó el rendimiento superavitario que tienen las centrales nucleares en la Argentina.

“El Estado compromete al país con préstamos de 20 años.”

La diputada Latorre señaló que “financiamiento no es lo mismo que inversión” y añadió que con “el repago no se sabe cuál es la factibilidad financiera”. En la misma línea Montamat consideró que “la nueva central puede tener factibilidad técnica y ambiental, pero la económica no cierra”.

Una tecnología distinta a la que históricamente usó la Argentina

Desde que el prestigioso sistema de energía nuclear comenzó a pensarse en la Argentina en la década del 60′, se estipuló que las centrales funcionarían con uranio natural y agua pesada, por la posibilidad de acceso y generación de estos dos elementos de combustible. Así es como lo hacen Atucha I, II y Embalse, las tres centrales nucleares en el país.

Sucede que el Hualong One, el reactor nuclear elaborado por China y que será el que funcione en Atucha III, funciona con uranio enriquecido y agua liviana. Hoy, la Argentina no tiene la capacidad de generar uranio enriquecido. Desde el Gobierno aseguran que eso no es un problema y el propio Mariscotti señaló que “en la actualidad no debería haber problemas con los proveedores”.

“La factibilidad económica de Atucha III no cierra”.

En la misma línea, el exsecretario de Energía Emilio Apud exigió que “muchos recursos que tiene la Argentina sean puestos en valor”, para “que nos vuelvan a creer porque hemos perdido la confianza del mundo”. También señaló que los chinos están “desesperados” por instalar el reactor porque “es una buena tecnología pero sólo tienen uno en China y otro en Pakistán, necesitan expandirlo para cuando se amplíe el mercado”.

“La factibilidad económica de Atucha III no cierra”, remarca Montamat.

Argentina es uno líderes regionales a nivel nuclear. Es pionera en el desarrollo de la tecnología y medicina en el sector, junto al valor agregado por contar con tres centrales nucleares en funcionamiento. “El área nuclear es una oportunidad para el desarrollo económico”, afirmó Mario Mariscotti.

“Esto no es una inversión, es un préstamo”.

En el mismo sentido, la diputada Latorre reconoció que “hay un gran potencial por delante y la Argentina tiene un desafío importante”, al tiempo que advirtió que “tiene que haber un plan estratégico sólido porque es una energía cara”.

Otro factor a favor que tiene la Argentina es el “reconocimiento internacional”. Dan cuenta de ello los casos de los embajadores Rafael Grossi como director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y el reciente nombramiento de Gustavo Zlauvinen como presidente de la décima Conferencia del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

“En materia nuclear somos confiables”, enfatizó el exsecretario de Energía Daniel Montamat, aunque por otra parte puntualizó: “En materia de energía nuclear la Argentina tiene baja participación porque compite con otras fuentes energéticas con potencial como el gas natural o las energías renovables. Los costos de estas energías se abarataron y hace que para la energía nuclear sea más difícil competir”.

TN

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