El jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires se refirió a la medida tomada por el gobierno porteño y apuntó contra los funcionarios kirchneristas “por incitar a la violencia”.
En medio de la multitudinaria protesta en la casa de Cristina Kirchner contra la decisión de las autoridades porteñas de colocar vallas en la zona -tomada a raíz de las denuncias de los vecinos por los acampes de los militantes-, el jefe de Gabinete de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, defendió la medida y aseguró que «no fue una provocación».
Lo hizo en una conferencia de prensa realizada pasadas las 19 en el Ministerio de Seguridad porteño, donde explicó los motivos por los cuales se colocó el vallado en la zona durante las últimas horas y acusó a los funcionarios oficialistas presentes en la manifestación de «incitar a la violencia».
«A raíz del pedido del fiscal de condenar a la vicepresidente por corrupción tuvimos un grupo de personas que fueron a acompañarla desde esa primera noche. Tuvimos una situación de violencia, de posible conflicto entre argentinos, y por eso intervino la Policía de la Ciudad para evitarlo», señaló Miguel sobre el comienzo del conflicto.
Luego, se detuvo en lo que ocurrió durante las últimas horas que derivó en la masiva protesta del kirchnerismo que comenzó en el mediodía de este sábado.
«Pero desde ahí lo que vimos es que se montó un acampe sistemáticamente que fue escalando en ruidos, en presencialidad. Se organizaban para ir rotándose para seguir con batucadas hasta las 2am, con fuegos artificiales, imposibilitando la convivencia normal en el barrio», contextualizó el jefe de Gabinete.
Y justificó: «Por eso en el día de hoy decidimos poner un vallado y reforzar la presencia policial en el barrio con tres objetivos: garantizar el orden público, la paz social y la convivencia entre los argentinos».
En este sentido explicó los hechos que sucedieron a lo largo de la tarde que desencadenaron momentos de tensión entre militantes y agentes policiales.
«Lo que vimos hoy fue que durante unas horas tuvimos la manifestación pacífica de un grupo de personas, hasta que llegaron los violentos de siempre y empezaron a empujar, voltearon las vallas, atacaron a la policía, tiraron piedras, rompieron los vehículos de la Policía de la Ciudad», detalló Miguel.
Sobre la intervención policial, además, remarcó que los agentes fueron «instruidos para reducir los riesgos a la integridad física» y que sólo «se utilizó agua para disuadir y dispersar» ante incidentes.
«Escuché muchas veces ‘la policía de Larreta’. Esta no es la policía de Larreta, es de la Ciudad de Buenos Aires. Muchos kirchneristas confunden el Estado con las personas: esta no es la policía de Larreta, es de la Ciudad, para garantizarle la seguridad a todos los que transitan por la Ciudad de Buenos Aires», apuntó quien no descartó volver a colocar la tan cuestionada valla.
Finalmente, respondió a las acusaciones del kirchnerismo: aseguró que la medida tomada no fue «una provocación» a la vicepresidenta -como habían señalado- y apuntó contra los funcionarios oficialistas por presentarse en la manifestación en este contexto.
«Vallar la casa de la vicepresidenta no es una provocación. El accionar de una de las instituciones del Estado nunca es una provocación. Es el accionar frente a una situación que ya describí donde el barrio había perdido la convivencia en tranquilidad», dijo Miguel al respecto.
Luego, concluyó: «Quiero llamar a la responsabilidad a los funcionarios nacionales y de la Provincia de Buenos Aires, que en este contexto de tanta preocupación se han dedicado a incitar a la violencia. Incluso presentándose y mezclándose con los violentos que atacaron a una de las instituciones de la República, como es la Policía de la Ciudad. Por favor, a la reflexión para evitar seguir tirando nafta al fuego, seguir provocando. Es lo último que necesitamos».