El mercado señala razones para preocuparse por un «salto discreto» del dólar. Gobierno con el BCRA sumaron la importante suma de divisas
El dólar y los objetivos de captar por parte del Gobierno
En el mercado siguen sonando voces que alertan sobre un «salto discreto» del tipo de cambio del 15% al 20% en febrero. Las fuentes de la desconfianza son diversas. La primera es que pasado el dólar soja de septiembre, el Banco Central comenzó con la dinámica de vender dólares.
Y lo que hay detrás de ello: las reservas que lograron acumular hasta aquí probablemente alcancen solo para mostrarle al FMI que se cumplió con las metas del programa económico que acordó Martín Guzmán a principios de año.
Pero el Gobierno está pariendo los resultados con fórceps, los objetivos alcanzados no fluyen. Todo es a fuerza de inventar tipos de cambios especiales para cada sector, sumar impuestos para que la gente no se lleve los billetes con la cara de Washington y que las empresas importadoras tengan que pedirle a sus proveedores que esperen hasta seis meses para poder pagarles.
El Banco Central juntó más dólares pero no alcanzan
A fuerza de esta suerte de «crédito comercial obligatorio» la cantidad de dólares que pudo juntar en los últimos doce meses el Banco Central, como diferencia entre ventas para importar y compras por liquidación de exportaciones, fue bastante mayor al saldo que declara el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Según estimaciones del consultor Salvador Di Stéfano, el BCRA tuvo un saldo favorable de u$s20.255 millones, lo que marca una diferencia de u$s15.086 millones respecto del devengado del INDEC de u$s5.169. La diferencia obedece a que el organismo que conduce Marco Lavagna se limita a registrar la documentación aduanera. Allí solo se indica el monto de las operaciones, pero no el plazo en el que se van a pagar. El BCRA en cambio, tiene los datos al momento sobre los dólares que van y vienen.
Básicamente, los dólares que logró juntar el BCRA a lo largo del último año, a costo de hacer que las empresas posterguen pagos al exterior de todo tipo (incluso obligando a hacer reestructuración de deudas financieras de una docena de empresas multinacionales) y tratando de juntar billete tras billete del campo y el turismo receptivo, no le alcanza.
Uno de los casos es el textil: mientras que por un lado presionan a las empresas para congelar precios de la ropa por dos meses, los industriales advierten que tienen frenadas inversiones por unos u$s350 millones de máquinas que se encargaron hace dos años. Ahora llega el momento de pagar y desde la Secretaría de Comercio Interior miran para otro lado. Todavía no les han indicado el día en que van a poder acceder al dólar barato.
El parche que encontró el Gobierno fue permitir a los importadores que usen sus propios billetes para importar, aunque ello implique que el dólar de referencia para los costos de las empresas pase a ser de $300, es decir, una devaluación por abajo de la mesa. Por otro lado, cuando el Senado termine de aprobar el Presupuesto 2023 en los próximos días, irá con ello un blanqueo especial para las pymes, un segmento de la economía que no logra siempre tener sus papeles en regla como recurso de subsistencia. Los directivos de las cámaras pymes nunca lo van a reconocer públicamente, pero saben que todos tienen dólares en negro guardados en las cajas fuertes de sus empresas. De allí saldrán las divisas del 2023.
Otro elemento hace suponer que hay un riesgo de salto discreto
Desde hace un par de meses, en las licitaciones de deuda en pesos el Gobierno está procurando pasar de deuda indexada a deuda con tasa fija. Se estima que ente julio, agosto y septiembre del año que viene acumula vencimientos con bonos CER (inflación), duales o dollar linked por el equivalente a 3,5% del PBI. Si hubiera un evento disruptivo afectará de manera negativa a las finanzas del Estado. Es por ello que en las últimas colocaciones de Ledes (letras de descuento) tuvo que avalar tasa del 117%. Parece ser que en Economía también creen que puede «pasar algo» en el camino a las elecciones presidenciales.
Di Stéfano plantea que «el Banco Central le permitió a los importadores ingresar mercadería pagando a 180 días, en los próximos meses vencen los pagos y el BCRA debería una suma cercana a los U$S10.000 millones (es una estimación ya que es difícil llegar al número correcto)». El economista se pregunta si la entidad monetaria tiene esa plata: «No la tiene disponible en su totalidad, pero la puede conseguir restringiendo importaciones, o seguir con la normativa de pagar a 180 días de plazo. Lo que está claro es que se vienen restricciones muy severas para las importaciones. Si no hay dólares, no se podrá importar», advierte.
Paula Gándara, CIO de la administradora de fondos Adcap Aseet Management advierte que la economía está «entrando en un período de estacionalidad electoral bastante acalorada, muy adelantada considerando la fecha de las próximas elecciones, sumado a diferentes frentes abiertos en torno a inflación, devaluación y tasas».
«El Gobierno quiere evitar un salto discreto del tipo de cambio, aunque el tipo de cambio oficial ya se está devaluando a un ritmo del 6,25% mensual y la inflación de octubre andaría cerca del 7%, entonces la sugerencia que damos es diversificar los riesgos en los dos frentes, pero priorizamos la cobertura por inflación (60% de la cartera) y la cobertura por devaluación (40%)», señala Gándara.
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