Alberto Fernández abre una nuevo escenario al bajarse. La pulseada con la vicepresidenta continúa. El plan del mandatario
Alberto Fernández se baja pero calienta la interna
Con la sorpresiva confirmación de que no irá por la reelección, el presidente Alberto Fernández se puso como su último desafío político lograr que haya una primaria (PASO) para elegir al candidato presidencial del Frente de Todos y licuar el poder del «dedo seleccionador» de la vicepresidenta Cristina Kirchner, un objetivo que tiene no pocas dificultades.
La decisión de Fernández de no presentarse en las elecciones (y ser el primer presidente peronista en no ir por la reelección) es lo que el kirchnerismo esperaba desde el año pasado. El anuncio presidencial alimenta las esperanzas de La Cámpora sobre el «operativo clamor» por la candidatura de Cristina Kirchner. Sin embargo, el mandatario avisó que se baja solo de la candidatura, no de la interna.
«Creo que las PASO son el vehículo para que la sociedad selecciones a los mejores hombres y mujeres de nuestro frente que mejor nos represente en las elecciones generales», sostuvo el Presidente en el video con el que hizo el anuncio.
Allí, remarcó su rol de presidente del PJ y avisó que desde ese lugar buscará «garantizar que todos y todas los que se sientan capacitados para encarar este desafío puedan hacerlo». Así, la pelea que empieza ahora es por el armado electoral del Frente de Todos y Fernández medirá allí sus últimas fuerzas contra el kirchnerismo, que ya consiguió su primer objetivo.
¿Alberto Fernández puede obligar a una PASO para correr a Cristina Kirchner?
Según deslizaron fuentes del oficialismo a iProfesional, el jefe de Estado no le adelantó a Cristina Kirchner su decisión. Señal de que la interna entre ambos continúa y que todavía le quedan algunos capítulos por delante.
Lo sorpresivo no fue el anuncio de Fernández, sino el momento. El mandatario dio a conocer su decisión horas antes de la reunión del Consejo Nacional del PJ, a la cual el kirchnerismo iba decidido a presionarlo para que se bajara de una reelección en la que nadie creía pero que le servía a él para mantener una relativa centralidad y presionar por una PASO oficialista.
La pregunta que ya empieza a correr en el Frente de Todos es si habrá, como pretende el mandatario, una PASO entre más de un candidato presidencial. El intento por dar una respuesta empieza precisamente en el Consejo del PJ, donde Fernández hablará en calidad de presidente del partido.
Como contó iProfesional, cerca del Presidente se había empezado a hablar en las últimas semanas de la posibilidad de bajarse antes de lo previsto -su idea inicial era aguantar hasta mayo- para apoyar al jefe de Gabinete, Agustín Rossi, como precandidato presidencial. En los días previos, Rossi blanqueó su intención de presentarse si Fernández decidía no ir por la reelección.
Ahora se abre la posibilidad de que Rossi sea el ariete de Fernández para lograr que el kirchnerismo tenga que aceptar una PASO en el Frente de Todos. No obstante, el jefe de Gabinete -que a pesar de su buena relación con el mandatario también es valorado en el sector de Cristina Kirchner- no sería su única carta.
El ajedrez del Frente de Todos: es el turno de la vicepresidenta
Poco después de que Fernández comunicara su decisión, el embajador en Brasil, Daniel Scioli, ratificó que quiere competir en las PASO. Antes de Rossi, el ex candidato presidencial fue una de las opciones que evaluó el mandatario para presionar por una primaria del Frente de Todos y no dejarle el camino libre a Cristina Kirchner para definir una fórmula y armar las listas.
No obstante, en el tablero del oficialismo ahora le toca mover a Cristina. La vicepresidenta se caracteriza por el hermetismo en el que toma sus decisiones y el juego de las candidaturas está todavía muy abierto.
El ministro de Economía, Sergio Massa, sigue figurando como posible candidato en la consideración de todos los actores del Frente de Todos, incluida Cristina Kirchner, a pesar de no haber logrado el objetivo prometido de bajar la inflación que, por el contrario, sube peligrosamente en medio de una fuerte inestabilidad cambiaria.
Por su parte, el ministro del Interior, Eduardo «Wado» de Pedro, también se mantiene firme en la grilla de presidenciables como el principal representante del kirchnerismo, aunque atado a la posibilidad de que la vicepresidenta retroceda en su decisión de no ser «candidata a nada».
Aquí es donde se pone a prueba el desafío de Fernández a Cristina Kirchner: la vicepresidenta sigue siendo la «dueña» de los votos del Frente de Todos y, tras la decisión del Presidente, eso le da margen de impulsar una fórmula de consenso que sea aceptada por todo el arco oficialista, contra los deseos del Presidente saliente.
La hipótesis Massa-De Pedro está todavía firme, según supo iProfesional de fuentes oficialistas, si Cristina Kirchner sostiene su decisión de no competir por un nuevo mandato. No obstante, Massa también depende de los resultados de su gestión: bajar la inflación y lograr un nuevo acuerdo con el FMI son su prioridad antes de definir su futuro electoral.
Las dificultades de Fernández y el efecto del «pato rengo»
A pesar de su intención, el plan de Fernández de pulsear con Cristina Kirchner por el armado electoral es difícil de coronar. El Presidente hace rato que enfrenta la resistencia del kirchnerismo a cada uno de sus pasos y se trata, ni más ni menos, del sector mayoritario de la alianza. Pero además, tampoco goza del apoyo de los gobernadores.
El intento por forzar al kirchnerismo a dirimir la candidatura en una PASO tiene más que ver con el lógico temor al efecto del «pato rengo»: un Presidente que, sin expectativa de continuidad en el cargo, pierde anticipadamente el poder.
Si bien todos en el ámbito de la política nacional observan a un Presidente que ya entró hace tiempo en esa etapa y que al Gobierno lo sostiene el ministro de Economía, Fernández no quiere mostrarse resignado y por ello buscará tallar en el armado electoral y mantener su mínima cuota de poder dentro de la alianza.
No obstante, la sola decisión de haberse bajado antes de lo que tenía previsto originalmente da cuenta de la debilidad: Massa ya le había pedido que definiera rápido su futuro electoral y, en las horas previas, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, dejó circular que estaba dispuesto a adelantar las elecciones generales de la Provincia clave para la carrera nacional.
En ese contexto, es difícil que Fernández pueda concretar su plan. Todo terminará de definirse en cuestión de semanas: el 14 de junio vence el plazo para presentar las alianzas y frentes electorales y el 24 tendrán que estar definidas todas las candidaturas.
Iprofesional