La alta volatilidad en el mercado cambiario acentuó las dificultades en numerosos rubros. Cadenas, distribuidores, fabricantes y constructores advierten que sus proveedores limitan la entrega de mercadería o directamente no lo hacen ante la falta de certidumbre con respecto al valor del dólar. «No tengo precio» o «después te mando la nueva lista» son las excusas más escuchadas en estos días, según coinciden fuentes empresarias.
Esta dinámica errática impacta sobre todo en productos muy dependiente de las importaciones, como electrónicos, materiales para la construcción, motos, bicicletas, neumáticos, algunos textiles y hasta juguetes. Dos cadenas, una especializada en electrodomésticos y un supermercado, confirmaron a Clarín que sus proveedores «cumplen sólo con los pedidos comprometidos anteriormente, pero rechazan tomar nuevos porque dicen que no tienen precio».
La crisis del dólar agravó el panorama, que ya estaba complicado por el endurecimiento del cepo a las importaciones. En abril, el blue ya acumula un alza del 17,5%: este lunes subió otros $ 20 y cerró a $ 462, un nuevo récord nominal. A esto se suma las exigencias previas a los importadores para que posterguen los pagos al exterior. «No hay proveedor que te venda a 180 días. Y lo que es la alta gama, existe un faltante muy importante y la situación está muy complicada», se lamentó un distribuidor de neumáticos.
Las empresas de turismo también reaccionaron frente a la escalada del dólar. Desde Despegar eludieron las definiciones tajantes. Señalaron que operan normalmente y que si bien facturan en pesos, aplican la cotización del dólar turista ($ 452) en el precio de los viajes internacionales. La agencia Logan, por su parte, comunicó por redes sociales que «por el momento, y hasta nuevo aviso, sólo aceptaremos pagos en dólares para los servicios terrestres al exterior».
Las fuentes describen prácticas muy habituales en contextos de alta incertidumbre. Una marca de motos señaló que las ventas venían a buen ritmo en el primer trimestre del año. No obstante, subraya que la tendencia cambió abruptamente a partir de abril. «Desde entonces no tenemos precios. Y los precios que hay reflejan el salto del dólar, el cepo y la postergación de pagos al exterior«, señaló un ejecutivo del sector.
Las dudas son múltiples, porque «si obtenés el permiso para importar, recién se puede acceder al MULC (dólares de las reservas) entre 90 y 120 días después. Por lo cual hay que armar la estructura de costos para dentro de 3 o 4 meses, y todo en medio de una corrida cambiaria», razonó.
Los concesionarios ponen el precio según el segmento. En las unidades más económicas, se venden en pesos bajo el paraguas de Precios Justos (tope de 3,2% mensual a los aumentos). En la gama media «son autorregulados», es decir, se venden en pesos pero en función de la cotización de los dólares financieros, o del paralelo. «En la gama alta sólo aceptan dólar billete«, grafican.
Con las bicicletas (armadas en gran medida con componentes importados) ocurren cosas parecidas. «Desde mediados del año pasado, las autorizaciones vienen muy lentas, pero en esta tormenta estamos endureciendo las condiciones para vender. Cuando lo hacemos, tomamos como referencia un tipo de cambio intermedio entre el oficial y el blue. Esto es en torno a los $ 350″, detalló un distribuidor del sector.
En la construcción, y como ocurre cada vez que se dispara el dólar, «corralones, grandes proveedores de materiales, cerramientos y carpintería dejan de vender porque no conocen el costo de reposición», explicó un desarrollador inmobiliario.
Según dijo, esto viene ocurriendo desde hace 8 meses al menos, y «pedir un presupuesto para una pequeña obra es una verdadera pesadilla«. No obstante, aclaró que las mayores dificultades las tienen los pequeños constructores. «Los grandes tienen espalda para acopiar mercadería», señaló.