La UCR y la Coalición Cívica también esperan que el partido amarillo avance con la incorporación de Espert.
Juntos por el Cambio entra en la última semana antes del cierre de alianzas en un clima de tensión máxima y total incertidumbre sobre cómo puede terminar la crisis que abrió la posibilidad de un acuerdo con Juan Schiaretti. La UCR y la Coalición Cívica aguardan una definición en el PRO; en el sector que comanda Patricia Bullrich avisan que bloquearán en el partido cualquier chance de alianza con el cordobés, y en el de Horacio Rodríguez Larreta prometen llevar la disputa hasta el último día
“Ellos no quieren ampliar, nosotros sí. Ahora hay que ver si Larreta logra generar las condiciones adentro del PRO para avanzar. Nosotros ya marcamos la postura”, decían en las últimas horas en el entorno de Gerardo Morales. El jefe radical debe definir si lleva el conflicto a la interna partidaria el próximo lunes, cuando se realice la Convención nacional.
El titular de la UCR, la Coalición Cívica de Elisa Carrió y Encuentro Federal de Miguel Pichetto, tres de los cuatro partidos fundadores de la coalición opositora, ya se manifestaron a favor de llegar a un acuerdo electoral con Schiaretti. Pero la reunión del lunes entre los presidentes de partido terminó rápido, entre fuertes acusaciones y ni siquiera llegó a concretarse la incorporación de José Luis Espert.
Existe una restricción. En abril pasado, la Mesa Nacional de JxC aprobó un reglamento interno que estableció que la inclusión de nuevos partidos a la coalición debía ser decidida por “unanimidad”. Ahora el presidente del PRO, Federico Angelini, hombre Patricia Bullrich y de Mauricio Macri, rechazó acordar con Schiaretti y Espert. Las últimas horas dejaron en claro que, en la interna partidaria, Macri y Bullrich están hoy más unidos que nunca.
Este martes, el larretismo, la UCR y la CC amenazaban con intentar modificar por mayoría el reglamento cambiemita de “unanimidad” si el bullrichismo no permite avanzar al menos con la incorporación de Espert. La exministra de Seguridad lo rechaza si el libertario pretende competir como candidato a Presidente. Pero anoche el Consejo Directivo del PRO se reunió por Zoom para avanzar en un acuerdo. Las conversaciones seguirán.
Pero el caso de Schiaretti no se habló y sigue completamente abierto. En el PRO se abrió en las últimas horas una batalla interpretativa: en el sector que responde a Macri y Bullrich advierten que cualquier modificación de alianzas debe ser tratado por la Asamblea General del partido, con el respaldo de 2/3 de los miembros (asambleístas de cada provincia de acuerdo a su número de afiliados), una mayoría que nadie tiene.
En el larretismo hay quienes afirman que la Asamblea le dio potestad al Consejo Directivo para definir política de alianzas, donde el jefe de Gobierno ha logrado mayorías en el pasado.
En el bullrichismo recuerdan, en cambio, que la Asamblea estableció que los acuerdos con otras fuerzas requieren de la firma del presidente del partido, Angelini, además del secretario general del partido, Eduardo Machiavelli (hombre de Larreta), y que volver atrás con esa decisión podría terminar en un conflicto judicial, a días de la fecha límite para el cierre de frentes electorales.
“Lo vamos a llevar hasta la última instancia, nunca hasta romper Juntos por el Cambio, pero hasta el 14 junio lo vamos a pelear. Tres de los cuatro partidos están de acuerdo y por lo menos el 50% del PRO está de acuerdo”, advertía un dirigente larretista.
“Hace una semana yo decía que no había chance de ruptura. Hoy digo que no lo creo. Están tomando acciones tan brutales que uno no sabe dónde puede llegar”, contestaban en la mesa chica de Bullrich.
En el entorno de la exministra creen que la jugada de Larreta para sumar a Schiaretti es un intento desesperado del mandatario porteño para retomar centralidad en JxC y el reconocimiento de que corre con desventaja rumbo a las PASO. O, al menos, un intento por equilibrar la balanza en Córdoba donde, aseguran, Bullrich duplica la intención de voto del jefe de Gobierno.
“Vamos a intentar resolverlo en el PRO y si no lo buscaremos resolver en la Mesa de Juntos por el Cambio. La regla de la unanimidad no es una ley, y se puede hacer valer la mayoría, pero buscamos alcanzar consenso”, sugería otro referente que suele participar de las fotos de campaña del mandatario porteño.
En ambos lados de la grieta del PRO había hasta este miércoles dirigentes que no salían de su desconcierto por el nivel de virulencia que alcanzó la interna partidaria en las últimas horas. La crisis se vio agravada, además, por el hecho de que todos los espacios de JxC en Córdoba salieron a rechazar un acuerdo con Schiaretti.
Por otra parte, tanto entre halcones como palomas, algunos aventuraban la posibilidad de que el larretismo terminara negociando el ingreso de Espert y su libertad de acción para competir como candidato a presidente, algo mucho más factible en las condiciones actuales, a cambio de dejar de lado un acuerdo con Schiaretti por lo menos antes de las PASO y de la elección cordobesa.
Había certeza, en cambio, en que los niveles de conflictividad interna no bajarán en los próximos días, y que el mes de junio, con el cierre de alianzas y el cierre de listas de candidatos, pondrá a prueba la integridad de Juntos por el Cambio.