Lecturas, estrategias y cálculos de cada espacio
El fantasma del ausentismo recorre e inquieta a la política argentina. La baja participación es un hecho que se viene observando en las últimas elecciones nacionales y especialmente en las más recientes provinciales. El nivel de dramatismo frente a la magnitud de la abstención varía según el analista y el dirigente al que se le consulte. Pero, todos los espacios políticos hacen cálculos y miran la variable electoral con cierta preocupación, aunque por razones, muchas veces, completamente distintas.
En las PASO legislativas nacionales del 2021, la participación fue del 67,7%. Dos meses más tarde, en las generales, fue de 71,3%. En las PASO presidenciales del 2019, cuando ganó el Frente de Todos, había sido 76.40%; en las generales, 80%. Todavía no estaba la pandemia. El promedio de participación de las últimas 18 elecciones provinciales ronda el 70%, pero eso incluye distritos en los que hubo PASO, donde el máximo de participación fue del 66%, en Mendoza.
Proyectar fehacientemente cuál será la participación en las PASO nacionales del 13 de agosto es complejo, pero en el arco político hay relativo consenso de que será más bajo, al menos que la elección del 2019. Es más razonable comparar con esa elección y no con la 2021, que fue legislativa.
Más difícil parece predecir a quién afectaría la baja participación. “El error está en pensar que afectaría a un solo candidato o a un solo espacio, porque es suponer que se puede caracterizar homogéneamente al ‘no votante’. ¿Hay un solo tipo de persona que no va a votar? No es muy claro”, dice un dirigente radical que admite dificultades para responder esa pregunta, pero sobre todo cree que no hay forma certera de responderla.
Quizás eso explique por qué la misma estrategia parece atravesar a todos los espacios: por qué Juntos por el Cambio viene llamando a votar en las provincias y temía que la baja participación frustrara el triunfo en Chubut como lo hizo, supuestamente, en Córdoba; por qué Javier Milei sacó un spot y llamó a ir a votar en la elección nacional y por qué el oficialismo también está preocupado por el posible ausentismo elevado en suelo bonaerense.
Como las elecciones del 13 serán PASO y las dos coaliciones principales llevan más de un candidato, los análisis frente a la participación se hacen primero sobre la interna “Para la interna no nos preocupa mucho, los nuestros van a votar, quieren ir a votar”, dice un hombre con peso en la campaña de Patricia Bullich.
En ese campamento entienden que el núcleo duro de JxC se inclina mayoritariamente por la exministra de Seguridad y el que puede ausentarse es el voto más moderado, menos fidelizado, que suele votar en las generales y podría acompañar a Horacio Rodríguez Larreta. Pero hay dudas, porque parte del voto bullrichista es voto “enojo” o “bronca” y no hay forma de determinar si es ese votante no es también “apático”.
En el larretismo convive más de una postura. “Patricia tiene más adherentes fanáticos. Horacio mide mejor en el público general, no en los extremos. Así, de forma esquemática, la baja participación beneficia a Patricia y la alta a Horacio. Pero habría que hacer un difícil análisis provincia por provincia”, coincide, parcialmente, un operador del PRO que trabaja con el jefe de Gobierno.
“Eso es verdad”, reconoce otro armador larretista clave en el interior, aunque agrega: “Pero también se puede decir que en elecciones de bajaparticipación pesa el aparato y la estructura, por eso generalmente a los gobernadores los beneficia el ausentismo. Y nosotros tenemos más aparato, estructura y territorio que Patricia”.
Ahora bien, si de aparato, estructura y voto duro se trata, el peronismo saca ventaja, sobre todo porque controla Gobierno nacional y el de la provincia de Buenos Aires. De nuevo, de forma esquemática, habría que pensar que le convendría baja participación.
“¿La cuestión económica no pega en la participación? ¿En el conurbano no pega y al gobierno no le pega? ¿El que antes era pobre y ahora duerme en la calle va a votar?”, se pregunta el mismo dirigente radical que se había declarado incompetente antes.
Sucede que sí preocupa la participación en el oficialismo, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, que también tendrá elecciones para la gobernación, y con Sergio Massa y Axel Kicillof a la cabeza, que salen a la caza del votante desencantado que acompañó al FdT en el 2019. Ambos saben que con el núcleo duro no alcanzará.
“Para nosotros pasó a ser tal vez tema número 1. En cada reunión con los intendentes, con el equipo de campaña, con los candidatos, lo que más hacemos hincapié es en la participación. Axel dice no hay octubre sin agosto. Creemos que muchos que quizás no van en agosto son votantes nuestros desencantados, desmotivados. Salimos a buscar a ese elector”, dicen en el entorno de Kicillof.
UxP da por hecho que la elección de este año va a ser diferente que la del 2019: estará al menos peleado en lo nacional y, si se gana en la Provincia, no será por 20 puntos como hace cuatro años. En el 2021, el Frente de Todos perdió la legislativa nacional en Buenos Aires por menos de dos puntos. Como señaló alguna vez el analista político y director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, buena parte de la baja de participación se dio en zonas del conurbano en las que al peronismo le suele ir muy bien.
Eso abre otra pregunta: el votante decepcionado, vota a la oposición o no vota. Javier Milei parece temer que se incline más por la apatía que por el voto bronca.
“Los políticos te encerraron y te dijeron que te quedes en casa. El domingo 13/8 salí de tu casa, andá a votar y demostrales que este sistema corrupto del que solo ellos se benefician no va más”, pidió Milei este martes al presentar su último spot de campaña. “Te quiero pedir que el 13/8 vayas a votar. Le digas a tus amigos que vayan a votar. Le pidas a tu madre que se anime al cambio. Es la única chance que tenemos de ser un país próspero”, agregó.
Está claro que el votante de Milei es uno elector enojado y en gran medida joven (vale recordar que los jóvenes de 16 a 18 están incluidos en el padrón, pero no están obligados a votar como no lo están los mayores de 70).
“En el interior estamos viendo que la bronca con la política se está canalizando en el ausentismo y en el voto en blanco, pero sobre todo en el ausentismo. No queremos que eso se repita a nivel nacional, buscamos el enojo con la política se exprese a través del voto.”, señalan en el equipo del libertario. “Pero Milei no estaba en ninguna boleta en las elecciones provinciales”, advierten.